martes, 28 de junio de 2011

Capitulo 3 Bichos raros del trabajo....

Eva mordía su lápiz, no se le ocurría absolutamente nada para escribir, nadie le había dicho que tenía que escribir, sino ni hubiera entregado su currículum.

-En fin-dijo para sí misma-todo sea por conocer estrellas de la música

Empezó a mirar la foto de sus “niños mimados”, sus “preciosos”, sus “amados” y demás apodos con los que se refería a The Beatles

-Ringo…si te agarro te parto en ocho….ay, como puedo ser tan mal hablada, las cosas que digo!...sin embargo, George está buenísimo…esa mirada, esa sonrisa…y ni qué hablar de Paul…mmm que rico….y John, bueno, John…¡a John me lo como! Ayyy…como puede ser que me gusten los cuatro? Nunca me gustaron cuatro personas juntas, ni tres, ni dos…si me ha gustado alguien fue solo una persona….

-Como vas con la columna?

La voz de su jefe la sacó de sus pensamientos “babosos”.

-Ammm…bien, bien

-Ok, suerte

Su jefe se fue por una puerta y ella siguió pensando qué escribir

-Ah! ya sé! Escribiré una crítica sobre algún disco de….¿quién puede ser? Buddy Holly! Mmm…pero sus discos salieron hace años….ay, no importa

Comenzó a escribir, por suerte era buena inventando, argumentando, imaginando y tenía un brote de inspiración así que comenzó a escribir mas rápido para que no se le escapara ninguna idea. Pero, una voz, que no era la de su jefe, la interrumpio

-Hola, sos la nueva ¿no?

Eva levantó el rostro lentamente, su mirada despedía odio, no soportaba que la interrumpieran y menos en momentos como este. Vio la cara de un hombre joven que enseguida lo calificó de estúpido.

-Hola, mi nombre es Eva, no “la nueva”-dijo con total desprecio

-Ahh jaja, disculpame, es que no sabía tu nombre, yo me llamo Edward, es un gusto conocerte Eva

-El gusto es mio-respondió de mala gana

-Y…¿qué columna harás?

-Rock

-Ahh…yo hago la de jazz…¿no te gusta el jazz?

-No, me aburre

-Ahhh jaja, qué chistosa, bueno espero poder aprender sobre rock gracias a tu columna

Ella solo lo miró y el, haciendo una cara de estúpido mayor de la normal, se fue hasta su escritorio que quedaba al otro lado del salón

-Que idiota-dijo volviendo a su escrito-ahora se me fueron todas mis ideas

Al rato pudo continuar con su escrito hasta terminarlo y decidió pasarlo por la máquina de escribir.

-Ummm…¿cómo se usará esto? Creo que sólo una vez en mi vida usé una…

Comenzó a tratar de maniobrar la máquina, pero no pudo

-Veo que Joseph cada vez contrata mas inútiles

Eva se dio vuelta y vio a una mujer mayor, pintarrajeada y apestando perfume barato

-Correte-le dijo la mujer

Eva obedeció y la mujer colocó la hoja en la máquina

-Escribes y con esto corres la hoja, luego aflojas aquí y sacas la hoja

-Gracias, es muy amable

-No lo hago de amable, lo hago para que no se pierda tiempo

-Ahhh…¿cuál es su nombre?

-Margaret y no se te ocurra llamarme vieja cuando creas que no estoy, yo siempre escucho todo y aunque parezca tu abuela puedo bajarte tus bragas y llenarte de azotes.

-Ok…mi nombre es Eva y hago la columna de rock

-¿Rock? ¿Desde cuándo el rock es música para que esté en esta revista? Yo hago la columna de música clásica

-Ahh, me imaginé

-¿Cómo dijiste?

-No, nada

Eva empezó a escribir en la máquina, sentía que “la vieja” la miraba hasta que dejó de hacerlo

-Uff…vaya compañeros tendré…-pensó-un estúpido y una vieja, que ni piense que no le voy a decir vieja, mis pensamientos no los adivina nadie

sábado, 25 de junio de 2011

Capitulo 2 ¡Trabajo!

Eva se peinaba frente al espejo. Era de Manchester, y había llegado a Londres buscando un trabajo como fotógrafa, en su antiguo hogar había quedado su madre. Había presentado su currículum en una revista de música, aunque pedían alguien que supiera entrevistar y ella jamás lo había hecho, la habían llamado. Así que estaba casi lista para presentarse a su entrevista laboral.

Tomó un autobús en la esquina del rasposo hotel donde estaba viviendo y en pocos minutos estaba en el centro de la ciudad. Buscó el número del edificio hasta que lo encontró y entró. Una recepcionista le pidió sus datos y casi enseguida la hizo pasar a un despacho donde un hombre gordo y desalineado tomaba café y fumaba.

-Buenos días-dijo el hombre

-buenos días-contestó ella

-Vos sos…Eva Victoria Sheels, no?

-Exacto

-Sentate

-Ok, permiso.

-Leí tu currículum, buscábamos a alguien que entrevistara, ¿por qué te presentaste vos, que sólo sos fotógrafa?

-Es que…necesitaba el trabajo, estoy decidida a intentarlo, además tengo ganas de trabajar en una revista

-Mirá, sos la única que se presentó, y si decís que te animás a intentarlo te tomamos….además nos conviene, tendremos entrevistador y fotógrafo en una sola persona, claro que tu sueldo será un poco mayor porque harás dos trabajos. ¿Aceptas?

-Si!! Gracias!

-Firmá acá-le extendió un papel y una lapicera-muy bien, harás la columna de rock.

-Columna de rock?

-Si, ya sabes, comentar discos, cosas así, poner las entrevistas que hagas, las fotos…

-Ahhh…ok, me encanta el rock

-Perfecto, acompañame por acá

Salieron aun pasillo y el hombre la guió hasta un salón donde había muchos escritorios con máquinas de escribir y empleados.

-Éste será tu escritorio. La revista sale el jueves, hoy es lunes, así que empezá a escribir

-Pero qué escribo?

-lo que sea. Buena suerte

Eva miró su escritorio y se sentó. Había lapiceras, hojas y la máquina de escribir. Colgó su cartera de la silla.

-Mmmm…que hago? No se me ocurre nada...un momento! Este escritorio necesita ser decorado!

De su cartera sacó un calendario muy bonito que tenía, un espejo rosa y unas lapiceras, además de una foto de sus amados: The Beatles

-Ahora si! Empezaré a escribir mas inspirada

martes, 21 de junio de 2011

Capitulo 1 ¿Quién es esta chica?

“A los 21 días del mes de junio de 1967, se procede a la detención de la señorita Eva Victoria Sheels, de 22 años, nacida en Manchester el 14 de enero de 1945, ocupación fotógrafa, columnista de rock y groupie, por portación ilegal de marihuana”
-Oiga, yo no soy una groupie
-Callese y firme aquí sino quiere pasar la noche en el calabozo
La aludida firmó de mala gana y debajo firmó quien la había retirado de la comisaría de Londres, Paul McCartney.
-Por favor, que esto no se sepa-pidió el beatle
-Veremos que hacemos-respondió el comisario
-No, se lo estoy pidiendo por favor-pidió suplicante
-Son 500 libras -respondió cortante el policía
-Usted es un mafioso
-Paul….-dijo la “casi” convicta
-Todo con tal de que no hable-dijo con tono resignado Paul, mientras sacaba su billetera
-Sos una tonta-dijo Paul mientras manejaba su coche-a quien se le ocurre ir por la calle fumando marihuana?
-Esto pasa porque este es un país de mierda-respondió casi indiferente
-Ahora la culpa la tiene el país
-Si, porque es un atraso, ¿o me vas a decir que un país que sigue manteniendo a la monarquía no es un país atrasado?
Paul solo suspiró de rabia y ella esbozó una sonrisa ganadora mientras miraba por la ventanilla y recordaba como había empezado todo….
Simplemente se anotó para pedir trabajo en la revista de música, ¿su idea? Entrevistar estrellas de rock, no le interesaba mucho lo que dijeran, solo le interesaba conocerlos. Quizás el policía tenía razón, era una groupie. Primer entrevistado Ringo Starr, le encantaba y al parecer lo tenía en la palma de su mano, pero todo se dio vuelta cuando conoció a los otros tres….¿por qué también le gustaban los otros? ¿Por qué todos ellos quedaron “pegados” a ella? Solo era Eva Victoria Sheels, una chica común como cualquier otra chica, que ahora estaba viviendo nada mas y nada menos que con la banda mas famosa. Tenía 22 años, no era muy alta su cabello largo, castaño con bucles, sus ojos almendrados color marrón, delgada y con un buen par de piernas. Alegre, tocaba la guitarra y tenía buena voz. Nada del otro mundo. Y sin embargo estaba aquí, en el auto de Paul McCartney, que la había sacado de una comisaría, dirigiendose a la casa que compartía con los otros tres beatles. ¿Qué era lo que había pasado?
-¡¡¡Usted lo sabrá próximamente!!!-gritó mientras estiraba sus brazos hacia arriba
-¿Qué te pasa?-preguntó molesto Paul
-Recordaba mi vida
-Uyy, todavía te dura el efecto de la hierba
Eva Victoria solo hizo una sonrisa.