miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capitulo 31 Y realmente quiero que te rías y que digas que es un juego no más

Jenny pasaba las hojas de una revista de moda con desgano, mientras fumaba un cigarrillo. Eva la miraba desde su escritorio. Era lunes, y si bien eso podía justificar la cara que tenia Jenny, le pareció que algo mas debía haber, sobre todo porque era muy alegre, era raro verla así. Se acercó y se paró frente a ella, Jenny apenas levantó la vista.
-¿Que hay?
-Nada. Quería saber, si se puede, qué te pasa
-No, no se puede –respondió indiferente mientras le daba una calada a su cigarrillo


John estaba literalmente tirado sobre la mesa, con una tostada en la mano. George lo miraba, no sabía si reírse o pegarle.
-Dale George, ponele algo a esta tostada, untala con algo –dijo mientras la sostenía en alto, aunque seguía con la cabeza clavada en la mesa
-Hacelo vos
-Estoy cansado ¿no ves? Quiero dormir....-bajó la mano y siguió recostado, mientras George hacía caso omiso y se tomaba un café servido por Ringo
-Tengo sueño...dale George, ¡no seas malo!
-A ver, corré tu cabezota -Ringo lo empujó para poder apoyar su taza en la mesa. John sólo lanzó un gruñido
-¡Buenos días! –Paul se desperezaba alegremente en la puerta de la cocina
-Buenos días maldito cerdo –respondió John
-Dejá de refregarnos tu alegría por la cara –agregó George
-Ya sé que me odian –dijo Paul mientras se servía café- pero no tengo la culpa
-No te odiamos, sólo te detestamos –dijo Ringo entre risas
-Callate vos, que no sé porqué andás tan contento también, algo ocultás –dijo George
Los interrumpió el timbre, era Brian
-¿Qué tal chicos? Acá traigo lo que tendrán para hoy –sacó una agenda, los cuatro resoplaron- Paul, esta noche cena con la señora del programa de la BBC
-¡No! ¡Esa vieja es aburridísima!
-George –continuó Brian sin hacer caso a las protestas- una entrevista en la radio y posterior banquete....mas vale que no tomes de mas
George hizo un gesto de fastidio
-John, fiesta de celebridades, estarán Mick, Bob, los Who...
-¡¡¡Bien!!!
-Pero también estará lleno de periodistas, así que no quiero problemas –a John se le borró la sonrisa al escuchar esto último
-Y Ringo, noche libre. Los veo en dos horas en el estudio –Brian se marchó y todos miraron amenazantes a Ringo
-Borrate esa sonrisa de pavo –dijo John- ya sabemos qué estás planeando para tu noche libre
-No planeo nada –respondió haciendose el inocente
-No mientas porque ya lo hiciste –continuó George- la otra vez también todos tuvimos compromisos menos vos y trajiste a Eva. Asi que no digas que no vas a hacer lo mismo.
-Bueno, está bien ¿Y? ¿Acaso no es mi novia?
-También es NUESTRA novia –dijo Paul. John y George lo miraron con ganas de matarlo
-El sábado a la noche no pensaste lo mismo
-Oigan...-dijo Ringo- si cada vez que alguno planee algo con ella estaremos así, lo mejor será que acabemos con esto
-Tiene razón –afirmó Paul- Esta bien. Vos divertite con ella, yo me aguantaré a la vieja aburrida sin chistar.


-¿No pensás decirme nada? –Eva continuaba tratando de sacarle algo a Jenny, que se negaba a hablar
-Ya te dije que no –cerró la revista y el teléfono sonó- ¿Hola? Si...ya te paso...-le dio el tubo del teléfono a Eva- para vos
-Hola ¿quién habla?
-Hola Evy, soy Rich
-Ey, ¿cómo estás lindo?
-Bien! Ehh...quería invitarte a cenar esta noche ¿podés?
-Si, si.
-Ok, a las 8 paso a buscarte
Eva colgó con una amplia sonrisa pintada en los labios y Jenny comenzó a mirarla inquisitivamente
-Era Ringo ¿no?
-¡Si, me invitó a cenar!
-Jeje, cenar...¿y qué mas?
-Ay Jenny como sos
-Escuchame....¿ya pasó algo con...alguno? Vos me entendés a lo que me refiero.
-Si. Con Paul
La cara de Jenny cambió totalmente, ahora los ojos se le habían iluminado y estaba boquiarbierta
-AAAAHHH! ¡¡¡CON PAUL!!! ¡¡¡MI PREFERIDO!!!
-¡Jenny por favor callate! –le tapó la boca
-Está bien...-dijo calmada, pero luego continuó- ¡¡¡quiero detalles!!!
-¿Detalles? ¡Sos una degenerada!
-Bueno, no me cuentes entonces, tendré que imaginarmelo jeje
-Ahora que te dije esto, espero que me digas aunque sea qué te pasó para que estés asi
Jenny largó un bufido y se mordió los labios
-Está bien....otra vez tuve una discusión con Joseph. Y creo que será la última.
-Jenny....¿por qué? –preguntó tratando de ser suave
-Es que...ay, en realidad, no sé que hacer....estoy cansada de ser “la otra” y me dice que ya comenzó con los trámites para el divorcio, que son cosas que lleva tiempo hacerlas, pero nunca pasa nada. Pero es obvio....por mas que su matrimonio sea un fiasco y que ni hijos tengan, que no se vean en todo el día, solo a la noche y a veces, su mujer tiene dinero y gracias a ese dinero él tiene esta revista. En cambio yo....yo no puedo ofrecerle nada...
-Te voy a decir lo que pienso –dijo mientras tomaba las manos de su amiga- creo que te merecés ago mejor que esto
-Eva...yo no soy una santa y lo sabés bien...
-¿Y con eso qué? Sos una buena persona, y te merecés que alguien te quiera bien...pensalo mejor, pero creo que estás en lo correcto: ésta tiene que ser la última discusión. Tenés que cortar con esto, te está haciendo mal.
-Gracias amiga....voy a pensarlo bien

Eva abrió la puerta de su casa, apurada, tenia que bañarse y cambiarse
-¡Anne! ¡Ya llegué! –gritó hacia adentro
Anne salió de su habitación
-¡Hola! ¿cómo va todo?
-¡Muy bien! ¿Y Dante?
-En la casa de la nueva vecina, tiene un niño de su edad y lo invitó a jugar
-Ahh...que bueno. Anne te aviso que esta noche no comeré acá
-Ajá. ¿Vas a salir con el beatle George? –preguntó mas que picara. Eva se sonrojó y largó una risita
-No exactamente...
-Mmm...¿con el beatle Paul?
-Tampoco jaja
-¿John?
-No...
Última opción: Ringo
-¡Si, ganaste!
Las dos rieron
-No quiero ser entrometida pero...¿salís con alguno?
-Ehh...algo así –respondió un poco nerviosa
-Por curiosidad ¿con cuál?
Tomó aire. Se lo diría, Anne le despertaba muchísima confianza
-Mirá Anne...sé que lo que te voy a decir es raro, y quizás te escandalices....si considerás que soy un mal para la moral de tu familia, podés hecharme, la casa es tuya.
-Ay Eva ¿qué decís? ¡Ni que fueras una criminal!
-No, no...es que....no estoy saliendo con uno...estoy con los cuatro
La expresión de Anne cambió. De extrañada pasó a alegre
-Mujer....¡eso quisiera cualquiera! Aunque no entiendo cómo hacés para que entre ellos no se enteren...
-Lo saben. Me dijeron que los cuatro están enamorados de mi y yo la verdad no puedo elegir a uno...así que estamos así
-No sabés cuanto te envidio nena –dijo riendo- ¡todos los beatles, enamorados de vos!
-¿No te molesta?
-¡Ay claro que no! ¿Sos feliz asi?
-¡Si!
-¿Y ellos son felices?
-Si, creo que si
-Y bueno ¿que mal hay en eso? Son felices y no le hacen ningún mal al mundo, no veo que es lo incorrecto. Cada uno hace con su vida lo que quiere
-¡Gracias Anne! –se abrazó a ella -¡gracias por entenderme! Eso si, por favor, no le cuentes a nadie
-No hace falta que lo digas. Pero...mi silencio tiene un precio jaja
-Lo que quieras
-¡Un póster firmado por los cuatro!

Dos horas después, Anne golpeaba la puerta de la habitación de Eva, informándole que habia un auto esperándola. Se miró una vez mas en el espejo, se acomodó la vincha roja que se habia puesto y planchó con sus manos la blusa banca con florcitas rojas y su falda blanca. Bajó apresurada, saludó a Anne y subió al auto
-Hola...estás hermosa –dijo Ringo con una sonrisa, para luego darle un tierno beso
-Gracias...no sabía que ponerme, no sé cómo es el restaurant
Ringo sólo arqueó las cejas y sonrió, y puso en marcha el auto. Viajaron en silencio, hasta que estacionó.
-Bien, ya llegamos –informó con una sonrisa. Eva lo miró, poniendo cara de enojada
-Veo que otra vez me engañaste. La otra vez dijiste que la cena era con todos y no habia nadie y que la comida la habias hecho vos y era comprada. Ahora que íbamos a un restaurant y resulta que es tu casa
-¿Perdón? Que yo sepa la única que dijo la palabra “restaurat” fuiste vos. Yo sólo te invité a cenar, no dije adonde
-¡Maldición! Tenés razón, por esta vez me ganaste –bajó del auto riéndose y entró junto a él a la casa
-Voy a calentar la comida. Porque la compré, pero se enfrió. Espero que no te importe comer comida recalentada
-No Rich, de hecho es aun mas rica jaja
Ringo se fue a la cocina y Eva caminó hacia el comedor, donde vio la mesa arreglada con velas. Sonrió y volvió a la sala. Comenzó mirar las estanterías, llenas de discos.
-Mmm...¿Evis o Jerry Lee Lewis? Tengo ganas de mover los pies –riendo para si misma puso un disco, con el máximo volumen. De inmediato comenzó a bailar “Great Balls of Fire”. Era imposible resistirse a ese tema
-¡Vení Rich! ¡Vamos a bailar!
Ringo apareció enseguida, no le costaba nada dejar todo para ponerse a bailar. Rieron y bailaron, hasta que el tema finalizó, pero Ringo quería mas.
-Sigamos con el disco de Elvis –sugirió Eva- ese tiene “Hound Dog”
-Pavada de tema pediste –comenzaron a bailar, haciendo coreografías locas y partiéndose de risa, pero el tema finalizó para continuar con “Hearthbreak Hotel”. Ringo la acercó a él y la abrazó, para bailar mas que pegados mientras le daba pequeños besos en el cuello.
-¿Sabes qué Evy? Me encanta estar así con vos. Te amo. –se abrazó mas a ella, ocultando su rostro en su pelo
-Yo también te amo, Rich y quisiera estar asi siempre
-Todavía me cuesta creerlo. Que cuatro tipos amen a una mujer, bueno, puede ser común, pero....¿una mujer de cuatro tipos? No sé...
-¡Rich! –dijo separándose un poco- ¿no me creés? ¿No creés que te amo?
-Si, te creo. Es mas, siento que me amás, como nadie me amó. Pero me cuesta creer que también quieras los otros tres....
-Es así, por mas raro que parezca. Pero te pido que no dudes por un momento de lo que siento por vos.
Ringo solo sonrió y le dio un beso largo y dulce. Eva se dejó llevar, aunque notaba como ese beso estaba tomando temperatura. Pero ¿que mas le daba? Lo que le había dicho era la pura verdad, lo amaba y también amaba a los otros. Pero en ese momento se olvidaría de la rara situación que vivía, solo pensaría en él, porque en ese instante estaba con el y nadie mas.
Se separó, solo para mirarlo, y él le tomó la mano y la llevó hasta la escalera, donde subieron, rumbo a su habitación.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Capitulo 30 Caprichos del corazón

Eva entreabrió los ojos pero la luz del día la obligó a cerrarlos nuevamente. A juzgar por la luz, debía ser temprano. Se abrazó mas al pecho de Paul, tratando de seguir durmiendo, pero ya no pudo. Los pensamientos comenzaron a atacarla. La noche anterior había sido lo mas extraordinario que habia vivido. Ya sabía que esa noche la iba a terminar durmiendo con cualquiera de los cuatro. Se escuchaba a si misma diciendo eso y comenzaba a sentir desprecio por ella, eso de “terminar con cualquiera de los cuatro” le parecía horrible, la hacía sentir una vez mas, una groupie. Pero no tenia la culpa de amarlos como los amaba. Aunque ahora....se sentía mucho mas unida a Paul, no sólo por lo de la noche, sino que porque durante todo el día anterior ya sentía una conexión especial con el. Y la noche....bueno, es volver casi al principio, en la noche habia vivido lo mas extraordinario que hubiera pensado. Nunca se habia imaginado sentir esos besos, esas caricias, ese contacto de pieles, ese placer y sobre todo, ese amor. Era algo loco, pero sintió que Paul la amaba, que la amaba de verdad. Quién sabe, quizás después de tanto lío, a quien verdaderamente quería era a él.

Sonrió y se dispuso a tratar de dormir otra vez.

-Preciosa....-Paul comenzó a acariciarle el pelo largo y castaño

-Paulie...-abrió los ojos y buscó los de él, con una sonrisa

-¿Cómo estás? –preguntó ya acariciando su espalda desnuda

-Muy bien, amor –le acarició el pecho

-Perdón

-¿Eh? ¿Perdón porqué Paul? –preguntó levantando la vista, extrañada

-Por haberte robado así la virginidad –respondió con sonrisa traviesa

Eva rió, pero no pudo evitar sonrojarse

-No debo ser la única víctima de tu robo

-No. Pero creeme que cometer este delito me gustó mucho mas que antes. No sé...cosas de la delincuencia...-dijo haciéndose el interesante

-No te preocupes que no irás a la cárcel, señor ladrón. Te conseguiré abogados.

-¿Ah si? ¿Quiénes por ejemplo?

-Bueno... yo misma puedo serlo...-se acercó a su boca y lo besó con pasión

-Eva...-dijo Paul cuando se separaron, mientras le acariciaba el rostro con los dedos- ...no sabés cuánto te amo.

-Lo sé, lo sé. Lo que no sé es si vos imaginás cuanto te amo yo.

-También lo sé.

Y era verdad, cada uno tenía claro qué sentía y qué sentía el otro. Lo que quizás Paul no se imaginaba era que Eva estaba amándolo mas que antes, ahora se sabía perdidamente enamorada de él. Se tentó a decírselo, pero quizás sería un error, lo ilusionaría y después podría terminar lastimándolo y eso era lo que menos quería en el mundo. Además ella conocía que su corazón tenía caprichos, caprichos que le estaban complicando la vida, pero también haciendosela mas hermosa.

-Voy a bañarme –dijo Paul dandole un beso rápido- ¿qué vas a hacer vos?

-No sé, me quedaré acá, esperandote –respondió pícara

-Mmm...me tentás –rió- Ya vuelvo –se puso una bata y se dirigió al baño

Eva se quedó allí, en la cama, con lo ojos cerrados, sintiendo el perfume de Paul, hasta que se quedó dormida.


-Ey, preciosa, es hora de almorzar –Paul sacudía suavemente a Eva, que seguía enroscada entre las sábanas.

-¿Q..que? –respondió somnolienta

-Ya está el almuerzo

-¿Como? ¿Tan tarde es?

-Si, algo. Te dormiste y me dio pena despertarte, te ves hermosa cuando dormís

Lo miró bien, tenía una sonrisa soñadora. Qué hermoso era.


El almuerzo transcurrió divertido, entre bromas y juegos, pero le pareció que los otros tres la miraban distinto, quizás porque sabían o imaginaban lo que habia pasado con Paul. Le dolió, sentía que los traicionaba. Mientras juntaba las cosas de la mesa, siguió pensando en eso, y también en que algún día iba a tener que decidir si o si por uno. O por ninguno. O quizás ellos se aburrieran y la dejaran. De pensar eso le corrió un escalofrío por el cuerpo, que cesó cuando sintió unas manos en su cintura.

-¿Rich?

-¡Muy bien, acertaste!

Se dio vuelta con una sonrisa y le plantó un beso.

-¿Vamos a caminar por ahí? –preguntó risueño

-Vamos. ¿No habrá caballo hoy?

-Pero, tu pierna....

-Tenés razón, lo dejamos para otro día.

Salieron de la casa a caminar por el amplio parque, mientras bromeaban sobre todo e imaginaban locuras.

-¡Ay, no me digas que hay un estanque! –gritó emocionada

-Si ¿por qué tanto asombro?

-¡Decime que hay patitos!

-Si, hay patitos

Corrió hasta el estanque y, efectivamente, habia patitos. Se sentó en la orilla, hipnotizada por los animales.

-¡Son preciosos, bonitos, hermosos, tiernos, adorables!

Ringo reía a mas no poder, pero ella parecía no darse cuenta.

-¡Mirá ese, que chiquito! ¿De qué te reís?

-De tu emoción por esos patos

-Bueno, me gustan...si ya sé, parezco una nena.

-No te preocupes, yo también soy como un nene. Cuando vi esos patos por primera vez tuve exactamente tu misma reacción –dijo mientras la acercaba contra si con un brazo

Eva rió, la verdad no costaba mucho imaginarselo con su misma reacción.

-Como sabía que te ibas a encantar con esos patos, traje esto –sacó de un bolsillo unas galletitas- Tomá, para que les des de comer

Eva sonrió y a él le pareció que era como una niñita asombrada y feliz. Comenzó a tirarles migas a los patos mientras él se recostaba sobre el pasto. Siguió dandoles de comer hasta que se acabaron las galletitas y se dio vuelta para verlo. Sintió algo extraño, nunca habia visto los ojos de él así, tan azules, con el cielo reflejándose en ellos. Sin embargo, vio un dejo de tristeza en ellos.

-¿Estás bien? –preguntó con cierto temor

-Claro –tomó su mano y la hizo recostarse junto a el, ella apoyó su cabeza en su pecho y el comenzó a juguetear con un mechón de su cabello.

Se quedaron en silencio, la verdad es que se sentía muy bien estar así con él.

-Paul nos contó lo que pasó anoche con vos –bastó que dijera eso para que Eva sintiera que toda la magia del momento se desintegrara. Se incorporó.

-Rich...yo....-no sabía que decirle, si darle explicaciones o pedirle disculpas.

-Shhh...no digas nada –le apoyó su dedo índice en la boca- Evy, no tenés que dar explicaciones, ya sabemos como es esto

-Me molesta un poco que Paul se los haya contado –en realidad no le molestaba, le daba vergüenza

-Dijimos que nos contaríamos todo lo que pasara, no tiene que haber secretos. Son extraños pactos que hacemos –dijo sonriendo apenas

Solo suspiró hondo, tenía la sensación de que haberse acostado con Paul le iba a traer complicaciones.

-Evy ¿qué pasa? ¿Te pusiste mal porque te dije que lo sabía? No me molesta....aunque claro, a todos nos hubiera gustado ser el primero....pero eso es algo muy machista, no me hagas caso.

Ella le acarició la cara, mientras él cerraba los ojos. Era tremendamente tierno.

-Estás un poco celoso ¿no?

-Algo. Un poquito. Es imposible no estarlo.

Sonrió y volvió a recostar su cabeza en el pecho de el. Si a la mañana se creía perdidamente enamorada de Paul, ahora también lo estaba de Ringo. Ya sabía: caprichos del corazón.

Pero dijo algo que ni bien terminó de decirlo le pareció que destruía ese momento, le pareció “frase de puta”, aunque a él le sonó a música.

-El próximo sos vos.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Capitulo 29 Miraba de reojo, celosa, la luna...

Eva cerró la puerta del auto tras de si y respiró profundamente el aire fersco, cerrando los ojos. Había llegado el esperado fin de semana y estaba allí, en la casa de campo con los chicos. Una casa realmente grande y hermosa, blanca, de dos plantas y con parque lleno de flores alrededor.

-¿Entramos? –dijo Paul tomándola de la cintura. Durante el viaje había charlado mas con él, que conducía, mientras John, George y Ringo peleaban en el asiento trasero porque había desaparecido “misteriosamente” un paquete de porros y al parecer, ninguno lo tenía.

-Si, vamos –respondió alegre, entrando con el, y siguiendo a los otros tres que continuaban peleando- ¿es de ustedes esta casa?

-No, Mal la alquiló por nosotros. Te digo la verdad, no sé de quien es –dijo Paul riendo

Una acogedora sala con chimenea y varios sillones esperaba. George se tiró en uno ni bien entró, y le pegó unos gritos a Ringo, que seguía echándole la culpa por los porros perdidos

-Ay, parecen unos nenes –dijo Eva riéndose

-Bueno mamá, no nos retes –respondió George haciéndose el bebé.

-Aww, sos un amor –le dio un beso- voy a llevar mi bolso a mi habitación. Por cierto...¿cual es mi habitación?

-La que quieras –dijo Ringo- ocupá la mas grande, aparte esta pintada de rosa

-Ok –rió y subió las escaleras apresuradamente. Fue hasta esa habitación y vio que en efecto, era todo rosa. Muy lindo, aunque demasiado empalagador para su gusto. Igual dejó su bolso y un abrigo y bajó raáidamente.

-¿Querés? –John le ofrecía un cigarrillo

-Claro –iba a tomarlo pero John alejó el atado

-No pienses que es gratis –dijo haciendose el mafioso

-¿Y cual será el precio, señor Lennon? –dijo siguiéndole el juego

-Mmm...no saldrá caro

-Mmm...-quiso hacerse la interesante pero John no le dio tiempo, para cuando quiso darse cuanta le estaba robando el beso mas largo de su vida.

Cuando al fin la soltó, le sonrió

-Bien...ha pagado señorita, ahora tome cuantos quiera

-Gracias caballero –dijo riendo y dándole un pequeño beso

Salieron juntos al parque, donde Paul fumaba sentado en el porche de entrada.

-¿Qué hacen? –preguntó un poco soñoliento

-Nada –respondió John- ¿los chicos?

-No sé, creo que fueron a buscar caballos

-¿Caballos? –preguntó Eva sorprendida

-Si, ¿nunca viste uno? –dijo John riendose

-Ay claro, pero no sabia que acá tenían

Justo en ese momento, George se apareció con un caballo blanco

-¡Eva! ¡Mirá lo que tengo!

Corrió hacia él y acarició al animal.

-Se llama Lennon jaja

-Estúpido –dijo John acercándose

-Mentira, se llama Jerry, como el ratoncito

-¿Querés subir? –Ringo estaba a su lado

-Ehh...no creo que sea buena idea....-dudó, en realidad tenía bastante miedo

-No pasa nada, es manso.

-Ringo ¿por qué no subís vos y la llevás a ella? –propuso Paul

-No...le va a costar mas subirse. Mejor nosotros te ayudamos a subir y yo lo llevo de tiro ¿si?

-Bueno...está bien

George puso sus manos de modo que ella apoyara su pie para subirse

-No Goerge –dijo apenada- mirá si te hago mal en los dedos...

-¿Y?

-¿Como vas a tocar?

-¡Pero si no pesás nada! Dale, subí.

Eva obedeció y en un abrir y cerrar de ojos estaba sobre el caballo.

-¡Ayy es muy alto!

Los demás se le rieron y Ringo la llevó a dar una vuelta. Cuando se alejaron los suficiente, le enseñó a manejar las riendas.

-Bien, ahora los vas a sorprender volviendo sola.

Eva rió e hizo caso a todas las instrucciones, y al rato ya estaba andando sola por el parque y por el camino de entrada.

-Evy, voy a tomar algo de agua, ¿si?

-Claro, andá

-Volvé sola, no pasa nada. Pero no lo hagas galopar, eso será para la clase de mañana –le sonrió y caminó hasta la casa. Vio como se alejaba, y su picardía infantil la invadió ¿por qué no galopar si Jerry parecía un amor?

-Jerry, aunque mi amor Rich diga que no, hoy vamos a galopar. Como se hace, no sé, pero lo vamos a hacer –taloneó al caballo y éste salió disparado. Pensó que había sido mala idea desobedecer, porque ahora no sabia como frenarlo. Y, efectivamente, no frenó él, sino que frenó ella, que terminó en el suelo y el caballo siguió corriendo como loco hasta que se metió en su corral y tranquilamente se puso a tomar agua.

-Auuuuch.....mi piernaaaa...¡mierda!

Desde la casa, los chicos la vieron

-¡Ringo ¿porqué la dejaste sola! –le gritó John

-¡Le dije que no hiciera eso!

Corrieron hasta donde había quedado tirada

-¿Eva, estas bien? –Preguntó Ringo preocupado- perdoname, fue mi culpa dejarte sola

-Si, estoy bien, gracias....no es tu culpa, es mía, porque no te hice caso...perdoname vos a mi

-¿Pero estas bien? –preguntó George preocupado

-Si...pero mi pierna me duele mucho, la izquierda....-dijo mientras se tocaba la pantorrilla- creo que me golpeé con algo del suelo

-Vamos a ver...-Paul le tomó la pierna y levantó con delicadeza la pierna del pantalón. Eva sintió un estremecimiento y lo miró, él también la estaba mirando fijo a los ojos, pero ella le apartó la vista- sólo es un moretón, con hielo se irá.

-Gracias...-se puso de pie ayudada por ellos y se sentó en un sillón blanco de mimbre que estaba en el porche.

Pasaron la tarde charlando y tomando té, ellos seguían preocupados por lo oque le había pasado pero ella los tranquilizaba. La cena pasó divertida, con sobremesa de póker.

-¡Pagando, pagando! –exclamó Ringo

-No puede ser, ninguna de mis trampas sirvió! –dijo John haciendose el enojado

-Asi que hacías trampa, eh? –dijo Eva- ¡devolveme mis 30 dólares!

-Ni sueñes. Los usaré para comprarte algo.

-¡Qué vivo! Ahora no juego mas....-se puso de pie, mientras John le daba el poco dinero que tenía a Ringo y Paul también.

Salió afuera a tomar aire. Se encontró con George, que fumaba.

-Ey, estabas acá...pensé que te habías ido a dormir –dijo sentándose a su lado

-¿Irme a dormir sin despedirme de vos? Ni loco.

Ella solo sonrió, se veía mas lindo allí, sentado, fumando, con la luna iluminándolo.

-¿Querés? –le ofreció lo que estaba fumando

-Mmm...por el olor veo que no es ningún cigarrillo común....Un momento ¿vos tenías los porros? –preguntó risueña

-Shh....no digas nada jajaja

-Sos un pequeño ladrón –dijo mientras le acariciaba el rostro

-Si, claro que si, soy muy malo jaja. Y al final... ¿querés?

-No sé...no me animo...

-Esto no será como el caballo, que te dejará tirada en el suelo

-Je, pero no me digas que es muy distinto.

-Bueno, a lo sumo algún mareo.

Miró al porro, miró sus ojos y lo tomó entre sus dedos índice y pulgar. Se lo llevó a la boca y aspiró profundo.

-Uff...

-¿Y?

-No sé...es raro...

Se quedaron en silencio, compartiendo el porro y mirando la luna, las estrellas, sintiendo el aire frío que corría.

-Voy a irme a dormir –informó George- si querés, te dejo otros mas, los tengo conmigo

-No gracias señor traficante

-¿Estás bien?

-Si, ya se me pasó todo

-¿Segura?

-Si, segura.

-Bueno, hasta mañana –se acercó y le dio un profundo beso –Te amo

Ella solo le sonrió y vio como entraba a la casa. A los dos segundos, los otros tres estaban detrás de ella.

-Eva, es hora de dormir –dijo John con autoridad

-No quiero papá –rió

-Esta niña siempre igual. Bien, yo por lo menos si me voy a dormir porque estoy cansado.

-Nosotros también –dijo Ringo

-Bueno, vayan, yo me voy a quedar acá

-Pero...¿sola?

-Si ¿pasa algo?

-No, no...cualquier cosa, gritá

Eva rió con el comentario de Ringo. Saludó a cada uno con un beso y se quedó allí, sentada, continuando con su contemplación a la luna y escuchando los nocturnos sonidos campestres. También reflexionaba sobre su vida, lo que había sido, lo que era ahora....cuando le dio sueño, decidió entrar.

-¡Mierda! Está todo oscuro –dijo al abrir la puerta- ah no, hay una luz allí. Igual no veo nada. Mañana los voy a retar por esto.

Comenzó a subir la escalera, tratando de pisar bien. No se veía mucho y encima seguía mareada por el porro. Su primer porro. Llegó hasta el descanso de la escalera y se maldijo por ese porro, no sabia si estaba bien o no lo que habia hecho, y encima creía que se le habia pasado todo y justo ahora volvían los mareos, no sabia si lo que veía era verdad o no, así que trató de seguir subiendo con el máximo de los cuidados y también sin hacer mucho ruido. Al fin llegó hasta el pasillo que la conduciría hasta su habitación, caminó tanteando las paredes hasta que se chocó con algo.

-¡Ay! ¡Mi pierna otra vez! ¿qué es esto? –miró bien, una mesita con un florero, apoyada contra la pared era la culpable de pegarse justo donde se habia golpeado al caer del caballo- ¿a quién se le ocurre poner una mesa acá? Ayy...me duele...

Una puerta se abrió, y salió Paul, restregándose lo ojos.

-¡Eva! ¿Qué te pasó? –preguntó preocupado al ver que era ella quien estaba ahí

-Me golpié otra vez...con esta cosa...

-¿Estás bien? ¿No te hiciste mal?

-No, parece que no, solo fue un golpe sobre otro golpe....quedate tranquilo.

-Bueno, me alegro.

Se quedaron mirándose en la penumbra. Al mismo tiempo, como empujados por la misma fuerza, cada uno avanzó, para besar apasionadamente al otro. Paul se separó de ella unos segundos y la miró fijo. No necesitó mas que leer sus ojos para besarla otra vez, para saber qué era lo que ella quería en esos momentos. Y, mientras se besaban, la condujo hasta su habitación, cerrando la puerta.

martes, 8 de noviembre de 2011

Capitulo 28 Con ella quieren dármela mis amigos, y se amargan la vida mis enemigos...

George abrió los ojos y miró el techo. No sabía porqué estaba durmiendo en el sofá de la habitación de John. Sabía que él estaba despierto, así que comenzó a hablarle.

-¿Creés que hicimos bien? –dijo sin mirarlo, sin despegar la vista del techo

-¿Mmm?

-No te hagas, sé que estás despierto

-No hay forma de engañarte. No sé a qué te referís

-Si creés que hicimos bien en proponerle a Eva lo que le propusimos

-Ay Harrison no empieces con tus dudas. Ya está, ella aceptó, estamos todos contentos, fin. –se dio vuelta en su cama y se tapó hasta la cabeza

-John...

-Uy ¿ahora qué querés?

-¿Por qué estoy durmiendo acá?

-Qué se yo...Ringo llevó a Eva a su casa y....

-¡La llevó a su casa! –gritaron al unísono. Hechos un rayo, corrieron hasta la habitación de Ringo. Si el no esta a allí, procederían a asesinarlo. Pero lo encontraron durmiendo plácidamente

-Está acá...quiere decir que la llevó y volvió, no hizo nada –dijo John rascándose la cabeza

-A lo mejor sí, pero volvió

-Naaa....parece que hace mucho que está dormido. Bueno, vamos a desayunar, ya se me fue el sueño

Fueron hasta la cocina y se encontraron con Paul

-¿Qué hacen, lauchas?

-Queremos comida –dijo George restregándose los ojos

-¿No sabes a qué hora volvió Ringo anoche? –preguntó John

-Volvió enseguida, yo me quedé haciendo guardia

-Oigan –George dejó una tostada en la mesa- ¿vamos a estar siempre así? Digo...vigilándonos. Le dijimos a Eva que no habría celos....

-Tenés razón George –Paul afirmó- si nos vamos a poner así, terminaremos a las trompadas en cualquier momento y lo único que lograremos es que Eva se asuste y nos deje. Que cada uno haga su vida.

-Y si...habrá que aguantarse –dijo John, resignado.



-Espero que sea algo muy importante para citarme un domingo por la mañana –Jenny tomaba su Coca-Cola mientras caminaba con Eva por un parque

-Si...es muy importante

-No me digas cual es el tema porque me imagino....son tus cuatro pesadillas

-No. Son mis cuatro dulces sueños

-Bué, bué....ahora aceptás todo...¿qué pasó?

-Bueno...anoche, después de actuar...

-¿Anoche actuaste? -interrumpió

-Si, no me interrumpas...anoche después de actuar...

-Eso ya lo dijiste ¡contame qué pasó!

-¡Ay, si no me dejás hablar! Bueno, empiezo de vuelta...

-No, no empieces...ya sé que actuaste anoche, seguí

-Bueno, se me aparecieron en el bar

-¿Los cuatro?

-Si...

-¿Y?

-Salí corriendo

-¡Eva vos te pasás!

-Pero me siguieron y me hablaron y me llevaron a su casa

-¡Te violaron!

-¡Jenny por favor! Dejá de decir locuras! No pasó nada de lo que tu mente perversa imagina...me dijeron que los cuatro me aman

Jenny escupió su Coca

-¿Por qué siempre escupís cuando te cuento algo?

-¡Nena, es que me contás cada cosa que lo menos que puedo hacer es eso! ¿Y vos qué hiciste?

-Nada...bueno, les dije yo primero que los amo y todo eso

-¿Qué es todo eso?

-Todo lo que siento, lo que vos ya sabés

-Ahhh...¿y?

-Me dijeron que sea su novia

-¿La novia de cuál de los cuatro?

-De todos

Jenny lanzó una carcajada.

-¿De qué te reís?

-¿Como vas a hacer para estar con los cuatro en la cama a la vez?

-¡Jenny! ¡Pará un poco, te zarpás mucho!

-Bueno, es lo menos que puedo imaginar jajajaja...ay, que buena broma...porque es broma ¿no?

-No.

-¿No? Entonces...¿qué resolviste?

-Les dije que si

-Pará, pará. ¿Aceptaste ser la novia de los cuatro?

-Si...

-¡Eva eso es una locura! ¿qué te pasa?

-¿Quién dice que es una locura?

-No sé...todos, eso se llama promiscuidad, falta de moral, qué se yo...

-No hay que darle bola a eso

-Cuál de los cuatro te habrá dicho eso...

-John lo dijo

-Hace menos de 24 horas que sos la “novia” –marcó las comillas con los dedos- de los cuatro y ya te están metiendo ideas raras. Te van a usar Eva, es imposible que los cuatro te quieran, aprovechan a que estás confundida

-No entiendo porqué decís eso Jenny...

-Es la verdad...si aceptaste eso estás enferma

-Mirá quien habla, la que anda con un tipo casado –Eva ya estaba enojándose por la actitud de su amiga

-¡No me salgas con eso! –Jenny no se quedaba atrás- ¡es muy distinto! ¡Hay mujeres que andan con tipos casados desde el principio de los tiempos! Pero no hay minas que anden con cuatro a la vez

-En el Tibet lo hacen

-¿Y eso quién te lo dijo? ¿John también?

-No, George.

-¡Que tonta sos! Te estás dejando engañar

-¡No te metas en mi vida, Jenny, es mi decisión!

-¡Y entonces para qué me contás!

-¡Porque sos mi amiga, no mi jueza!

-¡Bueno, te digo la verdad! ¡estás enferma! ¡O sos una puta!

Eva miró a Jenny. No podía creer que le estuviera diciendo eso. Dio media vuelta y se alejó, tratando de no pensar en todo lo que Jenny le habia dicho y diciendose una y otra vez que todo lo que habia dicho fue de pura envidia.




Mientras, los chicos preparaban el almuerzo y esperaban a Eva, a la que habían invitado. El timbre sonó y John fue a atender.

-¿Brian? –preguntó extrañado

-Hola John, vine para hablarles del próximo show que tienen que hacer...-entró a la casa y siguió hablando, John solo hizo una cara de fastidio y lo siguió.

Les siguió hablando y hablando hasta que notó que ninguno de los cuatro le prestaba atención.

-Oiganme, a ustedes algo les pasa...ah, cierto que dijeron que no sé quienes estaban enamorados, pero no es para tanto, tienen que ponerme atención, después no saben qué hay qué hacer

El timbre sonó de vuelta y esta vez fue Paul el que atendió la puerta.

-¡Hola! –Eva saludó muy sonriente

-Hola preciosa, pasá...ehh, está Brian, no sé si querés verlo...

-Mmm...no sé, no tengo problema

Llegó hasta la sala donde Brian seguía retándolos. La miró un poco extrañado y también sorprendido.

-¿Y ésta chica?

-Hola soy Eva –se adelantó

-Es....una amiga –dijo Paul un poco nervioso

-Ah, un gusto Eva –saludó Brian- Bueno, me voy –saludó al resto y se dirigió a la puerta, seguido por Paul

Eva saludó a los chicos y comenzaron a charlar animadamente entre risas.

-Paul –dijo Brian, ya en la puerta, mirandolo con cierta sospecha- espero que ésta chica solo sea “una amiga” como vos dijiste...

-Si, es solo una amiga, quedate tranquilo

Brian se fue y Paul respiró tranquilo.



El domingo pasó de lo mas divertido. Después de almorzar salieron a pasear, como siempre, disfrazados, cosa que a Eva le causaba mucha risa. Pero no podía sacarse de la cabeza todo lo que Jenny le habia dicho. Le resultaba feísimo el hecho de haber peleado con ella, pero le revolvía el estómago todas las cosas que le habia dicho. Sobre todo porque eran mentiras. No la usaban, en todas sus actitudes podía notar todo lo que la querían, los abrazos, los besos, las miradas, las risas, todo la hacía sentir no solo la mujer mas feliz, sino también la mas amada del mundo.

-Evy –John la abrazó mientras estaban sentados en el césped- ¿mañana qué tenés que hacer?

-Mmm...aparte de trabajar, nada

-¿Trabajar? Ya podés ir dejando ese trabajo...

-¿Por qué?

-Porque ahora estás con nosotros

Se separó para mirarlo mejor

-¿Estás queriendo decir que viva de su dinero?

-¿Por qué no? Tenemos mucho...

-No John, yo no soy así, me gusta tener mi dinero y no quiero que ustedes me mantengan, soy así, independiente

-Por eso me gustás tanto linda –la besó

-¡Victoria! –John y Eva se dieron vuelta y vieron quién era el que la llamaba así. Era George

-Georgie...¿por qué me llamás así?

-¿Acaso no te llamas Victoria?

-Si...

-Y bueno, me gusta llamarte así...ya que los días de semana trabajás, podrías salir con nosotros todo un fin de semana ¿qué te parece?

-No sé...los sábados también trabajo...

-¿En el bar? –dijo John- eso sí podrías dejarlo

-¡A mi me gusta cantar ahi!

-Pero no es un buen ambiente –acotó George

-Jajaja, te acostumbraste a lo bueno Harrison –dijo John- cuando estábamos en Hamburgo hubiéramos dado todo por estar en un bar como en el que está Eva

-Ay pero eso ya pasó....aparte nuestro deber es cuidarte y ahi está lleno de tipos que te pueden hacer mal

-Mmm...voy a pensarlo...

-Bueno, este sábado no trabajes, ¡vayamos todos al campo! –gritó George, tan fuerte que Ringo y Paul lo escucharon y se acercaron

-¿Qué planean? –preguntó Ringo mientras apagaba un cigarrillo

-El fin de semana que viene, vamos al campo, a la casa...ahi estaremos tranquilos, sin disfraces, sin miradas de extraños....

-Me parece buena idea –dijo Paul- ¿Venís?

-Ok, está bien –respondió Eva riendo.



Al día siguiente, llegó al trabajo y Jenny estaba tomando un café mientras leía el diario. No levantó su vista para mirarla y Eva se sentó en el escritorio. Al rato, Jenny estaba parada a su lado.

-Eva...lamento mucho lo de ayer...tenés razón, no soy quién para juzgarte...-comenzaron a caerle algunas lágrimas y Eva se puso de pie, para abrazarla

-No te preocupes Jenny...pero veo que esas lágrimas son por otra cosa ¿o me equivoco?

-Ayer fue un día pésimo, porque no solo pelié con vos, si no también con Joseph...

-¿Por?

Jenny se separó de Eva y ella vio que su amiga estaba realmente mal

-Lo de siempre, me dice que se va a separar y no lo hace nunca...Eva vos sos mi amiga, si yo sufro y solo estoy con un hombre no quiero imaginarme lo que sufrirías vos con cuatro...por eso no me gusta nada esto, porque quiero cuidarte

-Amiga, no te preocupes...todo va a estar bien. No sabía que me querías tanto

-Tonta, claro que si

-¡Entonces a partir de hoy te declaro como mi hermana!

Jenny rió y se secó sus lágrimas

-Ok, aquí las dos hermanas mas inmorales, que venga la Inquisición –las dos rieron y se abrazaron de vuelta



Cuando salió del trabajo, vio un auto muy conocido en la puerta y tocaron bocina. Miró un poco mejor y vio a Paul. Se despidió de Jenny y subió al auto.

-¡Hola Paul! –lo saludó con un beso- no esperaba que vinieras, pensaba que estaban en el estudio

-Si, pero me escapé jaja ¿quién era la chica esa?

-Una amiga

-Eva, tratá de no contarle lo nuestro

-Ehh...ya lo sabe....-respondió algo nerviosa

-¿Sabes qué pasa? No queremos que se divulgue, si no nos mataran

-No te preocupes, la única es ella y sé que no dirá nada

-Ok. ¿Qué te parece si vamos al cine?

-¡Sii!

Después del cine, Paul la llevó a su casa y al abrir la puerta, vio a Dante estaba muy compenetrado con la guitarra, tanto que apenas la saludó para seguir tratando de sacarle unas notas. Fue hasta la cocina para tomar algo y Anne estaba allí, mirándola cómplicemente. No entendía el porqué de esa mirada.

-Los vi –solo dijo

-¿Eh? –preguntó extrañada

-¡Tenés algo con Paul McCartney! –dijo emocionada

-Ehh...Anne....

-¡No te preocupes, no voy a decir nada! Aunque pensé que la cosa era con George...¿o es con los dos? ¿O con lo cuatro? –Anne rió al decir esta última posibilidad

-Por Dios, ¿tanto se me nota? –pensó Eva

-Ehh... digamos que algo así, pero nada serio –trató de salvarse

-Ya ves, podría ser columnista de chismes del corazón en la revista donde trabajas

-Jajaja no hay esa sección

-Bueno, entonces la sección de música country, que es mi preferida

-¿Ah si?

-Si, tengo colecciones de discos. Pero no te preocupes, no necesito trabajo.

-Cuando quieras, sólo pedímelo, y quizás te pueda conseguir un puesto- sonrió y se fue a su habitación, iba a tener que cuidarse mas, porque sino todo el mundo acabaría por enterarse.

domingo, 23 de octubre de 2011

Capitulo 27 And WE love her

Sentada en un sofá, los miraba. Cuatro pares de ojos posados sobre ella y solo un par tratando de mirarlos a todos.

-¿Querés? –George le ofreció cigarrillos

Iba a contestar, pero Paul se adelantó

-Mejor dale de éstos –le dijo a George

-Bueno...¿querés de éstos?

Los miró, no eran iguales, no eran cigarrillos comunes, eran...

-¿Porros? –preguntó con cara rara

-Si...te relajan, hace que estés mas suelta –explicó Paul

-No, gracias, nunca probé

-Hoy puede ser –dijo George con una media sonrisa

-Apestan

-Eso si, no lo voy a negar, pero que te relajan, te relajan. Yo me voy a fumar uno –Paul prendió uno, le dio una larga calada mientras entrecerraba los ojos. Eva pensaba lo lindos que eran sus ojos, vistos así, detrás del humo, pero tosió

-Uy, perdón, cierto que no te gusta el olor

-¿Y bien? –John se veía impaciente- ¿vamos a estar así, mirándonos las caras?

-¿Quién empieza? –preguntó Ringo, que hasta ese momento se había dedicado a observar el fondo de su vaso de wiskey, sin tomarlo.

-Umm...vos –dijo Ringo mirando a George

-No, empezá vos, o Paul

-¿Yo? ¿por qué no John?

-Ey, ey, ey, a mi no me hablen

-Ay, ¡parecen chicos! –dijo Eva riendo

-Parecemos, pero somos chicas –el porro le estaba haciendo efecto a Paul

-Bien, empezaré yo –inmediatamente se arrepintió de decir eso...¿por dónde empezaría? Optó por comenzar todo como en un cuento...

-Soy de Manchester, tengo casi 19 años, me crié sola con mi madre y vine a Londres a buscar trabajo haciendo lo que mas me gusta, tomar fotografías...

-Eso ya lo sabemos

-John, no me interrumpas

-Ay, está bien

-Bien, decía que vine a Londres para eso, y también para conocer a todas las personas que admiraba, ya que todos viven aquí...entre ellos están ustedes, que los conozco desde que los pasaron por primera vez en una radio de mi ciudad, y de inmediato me hice fan, una encarnizada fan, y aún mas cuando llegó a mis manos una revista donde estaban ustedes...me gustaron los cuatro de inmediato, no solo por lo físico, sino por sus voces, la forma de tocar...ni hablar cuando los vi por primera vez en televisión, cuando fui a la casa de una vecina solo para verlos, aunque le puse le excusa de ir a buscar azúcar -vio que la escuchaban con mucha atención, tomó aire y continuó, no debía parar, ahora que estaba permitiendo que todo aquello saliera- nunca me hice mucho problema por saber cuál era mi beatle preferido, mas bien me parecía cosa de colegialas, que eligen uno sólo para pelear con sus compañeras acerca de cuál es el mejor...cuando Joseph, mi jefe, me dijo que le haría una nota a Ringo, bueno, de mas está decir que me la pasé saltando, y cuando lo vi quedé obnubilada, pero pensé que sería por culpa de mi fanatismo...y después cuando los conocí a todos me di cuenta que no, que me estaban gustando los cuatro por igual, pero tampoco me hice problema, hasta que empezaron con sus persecuciones y terminé entendiendo que los cuatro....

-Estábamos interesados en vos –otra vez John interrumpiendo

-Si...bueno, vos no

-Jaja, yo pensaba que eras una bruja. Y no me apures porque creo que aún lo sigo pensando...

-Entonces todo se convirtió en un infierno para mi, no sabía si estaban jugando o de verdad les pasaba algo, no podía, ni puedo, sacármelos de la cabeza, pensaba que todo se relajaría un poco cuando le conté a Ringo, pero saber que el resto también se enteraría de lo que me pasaba me hizo sentir peor, con vergüenza o no sé que...por eso traté de alejarme, pero ya ven, me es imposible, ustedes me persiguen, no queriendo, sino que sin querer, porque están en todas las radios, en todos los canales, en todas las revistas, la gente habla de ustedes en la calle, en el autobús, en los taxis, en el trabajo...bueno, no hace falta que les diga que son como una plaga...y después van y me secuestran, o sea, es totalmente imposible lograr sacármelos de la cabeza, y no solo de la cabeza, sino del corazón, porque estoy enamorada como loca, y si quieren ríanse, ya no me importa, ya sé que terminaré en un psiquiátrico....-no sabía si era el aspirar el humo del porro de Paul, pero estaba irracional, había dicho todo eso sin pensar antes de hablar, mejor dicho, habia hablado desde el alma. Sólo cuando dijo la última palabra y se frenó a tomar aire se dio cuenta que habia “largado todo” y sintió ganas de que la tragara la tierra. Recorrió sus rostros con su mirada, temerosa, pero no vio ni burla ni enojo...mas bien vio comprensión.

-Nos pasa algo parecido –Paul arrojó el porro al suelo y lo pisó para apagarlo. Era el único que habia hecho un gesto, ya que el resto simplemente la miraba, casi sin pestañear. Pero Paul volvió a la misma actitud de antes.

En esos momentos rogaba que pasara algo, lo que fuera, para que dejaran de mirarla así, ya no podía vislumbrar qué era lo que pasaba por esas mentes.

-Bien...-John sólo dijo eso, miró a sus amigos y tomó aire, para luego continuar- Paul dijo algo cierto, nos pasa algo parecido...pero totalmente distinto, aunque suene paradójico. No sé que tenés, por eso digo que pensaba que sos bruja. Pero, ya sabes, tenemos un sinfín de mujeres, es mas, si abrimos la puerta de esta misma casa enseguida aparecerán así, como por arte de magia...pero es obvio que eso se acaba cuando sentís algo muy especial por alguna...

-El tema es que los cuatro sentimos lo “especial” por la misma...-interrumpió Ringo

-O sea....ustedes...-Eva no sabía si había comprendido bien

-Si, si, eso que estás pensando –dijo George, que al parecer le leyó la mente- los cuatro...

-¡Estamos enamorados de vos! –dijeron al unísono y estallaron en carcajadas

Sólo pestañeó dos veces. Era un sueño, una broma o alguien la había drogado demasiado, o quizás habia tenido un accidente y en estos momentos estaba en coma en algún hospital, soñando esto... pero si era cierto, era algo muy grave, y no motivo de risa como a ellos les parecía

-¿No es gracioso? –George la tomó de la mano

-No le veo la gracia

-¿Cómo que no? ¿Sabes qué?...esto es un chiste del destino, un chiste muy bueno, y como tal, ¡hay que reírse!

-Pero...para mí es algo horrible...¿o todo esto es una broma para pasar bien el rato?

-No, no, querida Eva –dijo Paul- es la cruda realidad, ¡pero es gracioso!

-No entiendo, la verdad que no los entiendo

-Eso es porque no nos conoces bien –John había dejado sus carcajadas por una risa mas discreta- por eso nos conocerás...o sea...

-A ver chicos –Ringo se paró en medio de ellos y se puso solemne- esto tenemos que decirlo muy seriamente...1,2,3...

-¿Querés ser NUESTRA novia? –preguntaron todos

Si, evidentemente se había fumado algo mas que un porro. De otro modo no se explicaba la risa y la semejante propuesta. O quizás era un cuarteto de locos escapados de un manicomio que se habían hecho famosos, o la fama les había dado vuelta la cabeza...sus pensamientos, al parecer se reflejaron en su cara

-Pensás que estamos locos ¿no? –dijo George

-La verdad que si.

-A ver...esto es lo mas puro que podemos decirte, ni siquiera nos detuvimos a pensar qué te íbamos a decir, solo que te escucharíamos y veríamos qué hacíamos, como solucionábamos todo....pero ya ves, todo terminó en esto, salió así, espontáneo.

-Si –asintió John- estamos locos. Estamos locos por vos. Hacete cargo

-¿Yo?

-Si, vos.

-¡Te amamos! –otra vez estallaron en risas

-Nunca pensé que pasaríamos del singular al plural con tanta naturalidad –razonó Paul

-Ja, te quedó una rima, te puede servir para una próxima canción –rió Ringo

-De verdad Eva, esto es así de raro, es la vida misma, a veces es aburrida pero a veces se pone muy loca, un ejemplo es esto –dijo John- los cuatro estamos enamorados de vos, te amamos y te pedimos que seas nuestra novia. No es muy complicado después de todo

-No, claro que no. Lamento decirles que esto no es la vida, esto es el resultado de vaya a saber cuántas drogas se metieron en el cuerpo. Así que adiós, me voy de acá –tomó su bolso, su guitarra y enfiló hacia la puerta

-¡No!

-¡Por favor no te vayas!

-¡Eva, no es broma!

-¡Volvé!

Fingió no escuchar ninguno de esos ruegos, y ya estaba por abrir la puerta cuando sintió que no podía, lo que intentaba era imposible. Se dio vuelta y corrió hacia ellos.

-¡Los odio! ¡Pero los amo al mismo tiempo!

Los cinco se abrazaron, como si fueran un montón de chiquillos, y sin saber porqué comenzaron a llorar. Quizás lloraban la desgracia que les habia caído o la alegría de saberse unidos.

-Y bien...¿qué hacemos? –preguntó secándose las lágrimas, que ya le habían corrido el rímmel

-Bueno, ¿aceptas o no? –preguntó John

-Que mas da, acepto. Si no lo hago moriré

-No, solo recibirás fastidios de nuestra parte –rió George

-Si, continuaríamos insistiendo hasta que aceptaras

-Esto no está bien, no está bien

-¿Y qué importa si no lo está? –dijo Ringo

-¿Y quien dijo qué está mal? ¿La Iglesia? ¿nuestra educación?¿el pensamiento occidental? ¿la moral? ¡Caguémonos en todo eso! –gritó John

-Nos condenaremos al infierno, pero no nos importa –resolvió Paul

-O quizás, en la otra vida, solo seamos lechugas –dijo George- o microbios...

-Uy, ya saliste con la reencarnación –Ringo negó con su cabeza

Ella rió, eran adorables, si, ¿cómo no amarlos?

-Qué bien, te reíste –dijo Paul

-Bueno..entonces...lo que ustedes me están diciendo es...

-Si, que vivamos como en el Tíbet –dijo George, los demás lo miraron raro

-No es en el Tíbet –corrigió John- es en Arabia

-No, tonto, en Arabia un hombre tiene muchas mujeres. En el Tíbet, una mujer tiene muchos hombres.

-O sea, lo que ustedes me proponen es...¿Poliandria?

-Me suena a liendre jaja –rió Paul

-Qué tonto –dijo George- si, básicamente es eso

-Veo que Hari ya se tenía todo estudiado...¡podrías habernoslo dicho! –acusó Ringo

-Solo lo leí alguna vez...

-Ay...esto es muy raro...me duele la cabeza...-se dejó caer en el mismo sofá donde antes estaba- un momento...esto no es poliandria...¡esto es ser una groupie de cuarta! ¡una puta!

-¡No, Eva no! –negó Paul- una groupie va a fiestas y se acuesta, con uno o con todos, pero no ama a ninguno o si ama no lo dice y si lo dice nadie le da importancia..solo es un pasatiempo, un cuerpo...vos sos distinta para nosotros.

-Creo que hay que establecer reglas....-dijo Ringo- primero, Eva nunca se sentirá una groupie y... no sé, también habría que fijar qué días salís con uno o con otro...

-Idiota, ni que fuera hija de padres separados...-rió John- no habrá régimen de visitas, cuando quieras estar con alguno, venís, llamás, o si alguno quiere salir con vos te pasa a buscar...lo mismo con las llamadas, cualquiera te llama, dentro de un horario razonable, hacen lo que quieran...eso si, prometemos nada de celos.

-Ah, eso es muy importante –afirmó George- no pienses que nos pelearemos, no, eso no, sabemos los limites de cada uno. Haremos todo con el corazón.

Sólo sonrió. No, no era un sueño, y si lo era, era el mejor del mundo. No sabía si lo que le planteaban era una solución, o estaban complicando todo aún mas. Por lo pronto sabía y había reconocido que los amaba con toda su alma, y ellos también le habían dicho lo que sentían. Tenia razón John ¿que mas daba todo lo que dijeran si así podían ser felices? Se puso de pie, se acercó a ellos y cerró los ojos.

-No Eva –se dijo a sí misma- no elegirás, es mejor que no veas por quién empezarás...aunque dijeron que no habría celos...

Abrió los ojos y les sonrió nuevamente. Sentía una extraña sensación. ¿Las famosas mariposas en el estómago, multiplicadas por cuatro? No, era felicidad. En esos momentos era plenamente feliz.

Se acercó a Paul, tomó su rostro y cerrando los ojos lo besó. Se separó de él, la miraba dulcemente. Se alejó de él, para acercarse a Ringo. Tomó su cara entre sus manos y ambos sonrieron. Se besaron, y se separó, ahora le tocaría a John, que no esperó a que ella se acercara, sino que la tomó por la cintura y la besó, se di cuenta que Lennon era así, impetuoso y ansioso. Por último, George, con una sonrisa la esperaba, y tomó su rostro para besarla. Se separó, se alejó un poco para mirarlos a los cuarto. Así, seguramente, sería en los días venideros. Sonrió, mas para sí misma que otra cosa, quizás era como John decía, era una bruja, pero ella no se habia dado cuenta. Pero eso ya no importaba. Lo que importaba era que ahora reinaría el amor, de una forma bastante poco convencional. Pero amor al fin.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Capitulo 26 Tú, no podrás faltarme cuando falte todo a mi alrededor

Paul se tapaba la boca porque tenía arcadas. Había sido mala idea acompañar a George al baño del avión. Lo que menos se imaginaba era que el guitarrista estaba descompuesto, pensaba que le convidaría algo para fumar. Ahora le daba lástima irse dejandolo solo, pero se estaba sintiendo mal él también, siempre le dio un tremendo asco ver a alguien vomitando.

-George la culpa es tuya -dijo cuando su amigo paró de tirar la mitad de su estómago al exterior- ¿a quién se le ocurre tomar wiskey con vodka después de una platada de papas fritas, cuarenta y cinco minutos antes de subir a un avión?

-Pensé que no me haría nada –respondió apenas

Golpearon la puerta y Paul se asomó, vio que era John

-¿Qué hacen ustedes dos ahi? –preguntó mirandolo pícaramente. Sin embargo, Paul no hizo caso al gesto de John.

-George está vomitando –informó con cara de asco

John se abrió paso y entró al pequeño baño.

-Uy George, se te ve mal...estás medio verde...-no terminó de hablar porque George se inclinó de vuelta sobre el inodoro- uy...si seguís así vas a quedar mas flaco de lo que estás.

-¡George correte! –Paul sacó a George de su lugar, para inclinarse él también hacia el inodoro. Listo, ya se había descompuesto él también.

-Bueno, cuando terminen, me avisan –John salió de allí, haciendo arcadas también.



Eva luchaba con su pelo, frente al espejo de su habitación. Quería hacerse rulos para la actuación de esa noche. Se miraba y sonreía, la actuación del día anterior había salido genial. Hasta le dijeron que pronto ese bar le quedaría pequeño, era para otros lugares. Pero su intención no era ser famosa ni cantar en grandes teatros, esto era su pasatiempo, su terapia, algo que la hacía sentir bien, no solo cuando actuaba, sino de mucho antes, el hecho de estar ahí, por la tarde, arreglándose, o ensayando, ya la “metía en otra atmósfera”. Eso pensaba cuando, en la radio que tenía encendida, anunciaron:

-¡Chicas y muchachos! ¡Esta noche vuelven The Beatles a Londres!

Sólo suspiró. Se le había arruinado todo. Otra vez volverían las llamadas misteriosas. O quizás no. Mejor sería olvidar el asunto, y seguir con los rulos.



-Cuando lleguemos, tendrán la conferencia de prensa, luego la cena y luego...

-¿Nos vamos a dormir? –preguntó Ringo, interrumpiendo a Brian

-No.

-Brian, no tuvimos ni un día, ¡terminemos con esto de una vez! –dijo John fastidiado

-Eso, ¿por qué todo hoy? Las entrevistas y esas cosas las podemos dar durante la semana, no se van a morir por no saber de nosotros –dijo Paul

-Eso lo decís vos, matan por hacerles sólo una pregunta

-Pero mirá como está George –John miró a su amigo, que evidentemente no se sentía bien

-Ok, solo porque George está así, van a pensar que tiene algo grave y armarán un escándalo

-Brian ¿sólo te preocupa eso? ¿No te preocupa en verdad como se sienta George? –Paul miraba enojado al manager

-Si, también me preocupa como se sienta

-No parece –George intervino, pero salió corriendo hacia el baño

-Oigan parece que no les interesaran las entrevistas, las cenas, las...

-No, no nos interesan. ¡También tenemos vida aparte de eso! –John se quejaba y los otros dos solo asentían

-Si John, tu vida son las mujeres

-Una mujer

-Ahh...estás enamorado...

-Estamos

-¿Qué? ¿Ustedes también?

-Si...-respondieron quedamente

-Ahh...bueno, ya saben las reglas...a ver cuando me las presentan

-Si, claro –dijeron mirandose entre ellos.



-¿Por qué no te ponés esto? –Jenny estaba en la casa de Eva, se había compenetrado mucho con su papel de asesora de moda y sostenía en sus manos un vestido negro con puntillas que había llevado

-Voy a parecer una viuda

-Ufff....¿y este? –ahora mostraba otro vestido color borravino, corto pero de mangas largas

-No, tiene mangas, me molestan para tocar

-¡Ay, no te viene nada bien! ¿Y este azul?

-A ver....no está mal, tiene mangas cortas, es corto, con volados...si, este está bien

-¡Al fin! Bueno, te ayudo a ponertelo...¡uy! ¡Escuchá! –se acercó a la radio para ponerla mas fuerte

“En este momento llegan The Beatles al aeropuerto!” –dijeron

-Vos sos idiota ¿no? –Eva la miró con bronca

-Bueno, que vos tengas una “historia” –movió los dedos para marcar las comillas- con ellos, no significa que yo deje de ser fan...¡volvieron!

-Si, no hay dudas, sos una idiota. Y no sé porqué eso de “historia”-imitó el gesto de Jenny

-Bueno, es que no se sabe qué carajo es...

-Mejor callate. ¿Vas a acompañarme hoy?

-Con todo lo que me dijiste ahora, no.

-Bueno, vos te lo perdés.



Estaban en la conferencia de prensa, no veían la hora de salir de allí. Al final, John terminó inventando que debían irse rápido porque tenían que ver a la Reina.

-¡Lennon te voy a matar! –le gritó Brian- ¿por qué dijiste eso?

-Fue lo primero que se me ocurrió, ¿no viste como estaba George? Ya se desmayaba...aparte no aclaré a qué Reina tenemos que ver....-le guiñó el ojo a Ringo, que estaba a su lado

-¡Pero hubieras dicho otra cosa! Ahora van a querer saber que van a hacer con la Reina!

-Deciles que vamos a ir a hacerle el amor

Paul largó una carcajada, las respuestas de su amigo siempre eran geniales.

-Bueno, entonces ¿nos podemos ir? –preguntó Ringo impaciente

-No hasta que aclaren que no van a ver a la Reina ni a nadie

-Pero...

-¡Pero nada! Es hora de que te responsabilices, John!

-Uff...está bien, voy a decirles que fue un error, la visita a la Reina será otro día y...

-¡No! ¡No hables de la Reina!

-Bueno, diré que fue una confusión, que tenemos que ir a otro lado, y que es urgente...

John salió nuevamente a la conferencia, dijo cuatro palabras para explicar el “malentendido” y se fue muy sonriente.

-Gracias John –George estaba esperandolo, no se veía bien

-¿Vamos al médico?

-No, no, quiero ir a casa...



Eva ya estaba en “su” escenario, cantando y sonriendo. No había mucha gente aún, le gustaba que fuera así, porque después hacía demasiado calor, y eso, mezclado con el humo de los cigarros y el olor a alcohol, no le gustaba mucho. Paró un rato para descansar y bajó del escenario. Un hombre la estaba esperando.

-¡Hola Eva!

Revoleó sus ojos. No se esperaba encontrar allí al “estúpido”, a Edward, el gran pesado.

-Hola Edward, ¿que haces acá?

-Vine acompañando a Margaret, quiso verte

Vio que en una de las mesas estaba Margaret y su hijo, y se acercó, dejando a Edward hablando solo.

-¡Eva, que bien cantas! –Margaret se veía contenta. Era raro como esa mujer habia cambiado su actitud hacia ella.

-¡Gracias Margaret!

-La verdad –dijo Bill- lo hace muy bien, los clientes están muy conformes.



Ya en la casa, los chicos fueron a bañarse, menos George, que se recostó. Cuando terminaron de bañarse, se les apareció como un fantasma.

-George ¿estás bien? ¿Por qué te levantaste? –le preguntó, preocupado, Paul

-Creo que se olvidaron de algo...-sacó del bolsillo de su pijama un papelito doblado- Adivinen qué tengo acá...

-Maldito, ¡vos tenías ese papel! –le gritó John, y se abalanzó sobre él para sacarselo

-¡Un momento! Estoy enfermo

-¡No parece!

-Oigan, no se peleen –dijo Ringo- a ver...yo no me olvidé, pero no recordaba el nombre del lugar, así que les iba a decir si mañana ibamos a su casa, o la llamábamos....

-No será necesario –John al fin le arrebató el papel a George- es el Chester Bar

-¿Y bien? ¿Vamos a ir? –preguntó Paul

-¡Qué pregunta! Esperen que me visto –George corrió escaleras arriba

-¡Apurate o te dejamos! –gritó John

-Miren si nos denuncia por acoso –rió Ringo

-No...si es como te dijo a vos, que nos quiere, no lo hará



Eva estaba nuevamente sobre el escenario, ya había mucha mas gente, y le pedían canciones. Todo iba bien hasta que escuchó que alguien gritó:

-¡Yesteday!

Sentir el nombre de esa canción le dio escalofríos. Miró hacia el lugar de donde supuestamente provenía el grito. Se quedó paralizada. Cuatro tipos, cuatro tipos que por mas disfraces que se pusieran, podía reconocerlos siempre.

-Maldición –pensó- ¿cómo saben que estoy acá? –se sentía aterrorizada, pero hizo acopio de todas sus fuerzas, y comenzó a cantar la canción.

-Ya verás, señor McCartney, qué bien canto tu canción –pensó, casi como una venganza Luego, dio por terminada su actuación y bajó rápidamente.

-Eva que bien cantas -lo miró y vio a esos ojos entre marrones y verdes, sin dudas, era Paul

-Paul, dejame por favor

-Pero Eva, vinimos solo para hablar con vos

-No quiero, dejame

-Pero..

-Oiga, deje a la chica tranquila –Bill estaba detrás de Paul, mirandolo fijo

-Ehh...yo...solo quería hablar con ella....

-Pero al parecer ella no con usted, déjela

Eva aprovechó la situación para tomar su guitarra y su abrigo y salir de allí lo mas rápido que pudo, auque sabía que sería inútil, los otros tres la habían visto salir.

-¡Eva! ¡Eva por favor! –reconoció la voz de George, pero siguió caminando rápido, si corría, le daría la impresión a los policías que estaban allí de que la estaban persiguiendo (algo cierto) y los llevarían detenidos.

-¡Eva pará!

Frenó y se dio vuelta. Los tres estaban a escasos metros de ella.

-¡Déjenme en paz! –les gritó, ya con lágrimas en los ojos

John se acercó lentamente.

-Eva, solo queremos hablar con vos, nada mas, después serás libre y...

-No quiero hablar, por favor....ay, esto es horrible...-se largó a llorar como nunca, sentía una mezcla de vergüenza, rabia, tristeza

-Ey, tranquila...-John la tomó por los brazos, se odiaba por haberla hecho llorar

Ella solo asintió con la cabeza y George le di su pañuelo, mientras que Ringo y John la hicieron sentar en el alféizar de una vidriera de un negocio. Paul llegó corriendo.

-Eva, ese hombre casi me mata

Ella sólo rió apenas, y Paul también se sentó en el alféizar. Se quedaron los cinco en silencio, por unos minutos, mirando a la gente que pasaba por la calle.

-Así que cantás....-George rompió el silencio- nosotros pensábamos que eras mesera jaja

-Jaja ¿Cómo supieron dónde estaba? –se había reído, pese a que tenía ganas de matarlos por haberla perseguido así, pero era imposible, eran cuatro contra una, le ganaban

-Bueno...-comenzó Ringo- llamé a tu trabajo y me dijeron, primero que estabas, y después que te habías ido, no sé, me pareció extraño....-la miró, dándole a entender que esa mentira no se la creía nadie.

-Je...si...mentí –dijo mirándolo con una media sonrisa

-Lo supe –continuó Paul- porque fui hasta tu casa y la chica que vive allí me dijo que no estabas

-Si, supe que fuiste...bah, supuse que eras vos

-Y después nos fuimos, resolviendo dejarte en paz –dijo John- pero...al parecer, no podemos pactar la paz con nadie...

-Y llamé a tu casa, y me dijeron que no estabas porque trabajabas acá –terminó George

-Y acá están

-Si...-dijeron al unísono

-¿Y entonces? ¿Cómo sigue esto?

-Sigue con que tenemos que hablar –dijo John

-Pero....seguro que ya saben todo ¿no? –miró a Ringo

-Si, ya lo saben –respondió él

-Entonces no hay nada que decir

-Te equivocás –dijo Paul- hay mucho que decir.

-¿Nos acompañás a casa? –preguntó George

Ella los miró un poco sorprendida, y ellos entendieron que era lo que pasaba

-Tranquila, ninguno te va a violar –John rió mientras la tomaba del brazo

-Bueno...entonces...supongo que no me queda otra que ir...digo yo...¿por qué no se emplean como secuestradores?

-Porque sólo estamos interesados en secuestrar a una personita –Paul le sonrió y ella se estremeció...¿eso quería decir algo? ¿acaso el también...o....? ¿Los cuatro? Le picó la curiosidad, ahora sí tenía ganas de hablar con ellos, para que le dijeran qué les pasaba.

-Eva...-pensó, hablándose a sí misma- ¿conquistaste a los cuatro? No...eso no puede ser...¿o si? Bueno, supongo que falta poco para saberlo....

Subieron a un taxi y viajaron en silencio. Cada uno miraba hacia la calle, y ella se dedicó a mirarlos uno por uno. No tenía dudas, lo que sentía por cada uno era indescriptible, algo de otro mundo, algo que nadie podría sentir nunca, por cuatro personas juntas. Lo que no sabía, era que cada uno de ellos, estaba pensando lo mismo sobre ella. Y faltaba poco para que lo supiera.

viernes, 7 de octubre de 2011

Capitulo 25 Silencio, que no es silencio

-Eva, teléfono para vos –Jenny miró a Eva, con el tubo en la mano.

-Estoy hablando con Margaret, ahora no puedo –dijo sin darle importancia- Y bien ¿Me decía?

-Te doy el número de teléfono y la dirección –contestó Margaret

Jenny se acercó a Eva

-Eva...teléfono

-Te dije que ahora no puedo

-Por la voz, creo que es Ringo –dijo al oído de su amiga

Cambió de color, y se puso visiblemente nerviosa

-Decile que no estoy –contestó al fin

-¿Qué?

-No quiero hablar con ninguno

-Pero le dije que estabas...

-Inventale cualquier cosa, no sé. Por favor Jenny, no quiero hablar

Jenny la miró un poco enojada y fue hasta el teléfono

-Hola...Eva no está

-¿No está? –preguntaron del otro lado

-No...se sintió mal y se retiró a su casa

Ringo agradeció y cortó.

-No quiso atender –informó al resto

-¿Cómo?

-Primero me dijeron que estaba y después que se había ido. Me pareció extraño

-Que raro –dijo George- Bueno, vamos a la casa –propuso entusiasmado

-Ok, voy yo –se ofreció Paul- le digo que necesitamos hablar con ella y que nos diga cuando podemos

Los demás aceptaron y Paul salió hacia la casa de Eva. Anne lo atendió.

-No está acá, está trabajando...¿quién la busca? –preguntó Anne, que no habia reconocido a Paul, ya que estaba disfrazado

-Ehh...un amigo...bueno, vuelvo después. –se alejó de allí. Sin dudas, Eva habia mentido.


-¿Por qué no quisiste hablar? –preguntó Jenny, casi amenazando a Eva

-Me quiero alejar

-Pero a lo mejor te decía que habló con los otros y...

-No quiero saber que piensan los otros. Basta. Se terminó esto.

-Hasta hace un rato dijiste que ibas a esperar a que él te comunicara lo que pasaba y ahora no querés atenderlo.

-Me da pánico pensar que podría verlos, y que saben lo que siento. No quiero verlos ni hablarles, aunque resulte imposible.

Jenny resopló y se fue a su puesto de trabajo


-Mintió –dijo secamente Paul- no está en la casa, está en el trabajo.

-¡Vayamos a buscarla! –dijo Ringo

-Oigan...-comenzó John- si mintió es porque no nos quiere ver. Es como dije, desaparezcamos, le hacemos daño.

Los otros tres se quedaron pensando.

-Si, quizás sea eso...-suspiró George


-Hola, soy Eva, una compañera de trabajo de su mamá, me dijo que...

-¡Si ya me habló de vos! –interrumpió el hombre- ¡gracias por haber aceptado!

Eva había ido a la casa del hijo de Margaret, Bill. Parecía un buen hombre.

-Y bien, como me quedé sin trabajo y me indemnizaron, se me ocurrió poner un bar, pero lo bueno es que haya cantantes en vivo, ya sabes como están todos con la música, todos quieren ser un beatle

-Si, claro...-respondió quedamente

-¿Cuándo quisieras trabajar? No puedo pagar mucho...

-No se preocupe, no lo necesito para vivir, lo hago para distraerme un poco. ¿Viernes y sábado puede ser?

-¡Claro! ¡Muy bien, estás contratada!

-¿Así? ¿Sin prueba

-Si, no sé mucho de música. Tu prueba será el público


El resto de la semana trataron de no hablar del tema, ni ellos, ni Eva. El viernes tenían una actuación, ellos y Eva.

-¡Anne estoy nerviosa!

-Tranquila muchacha, ¡vas a lograrlo! –Anne ayudaba a peinarse a Eva, que temblaba como una hoja frente al espejo de su habitación

-¿Yo no puedo ir a verte? –Eva miró a su costado y vio a Dante paradito a su lado.

-Es un bar, y allí no van hombres tan importantes como vos...morirían de envidia los otros –contestó sonriendo Eva

-¡Cuando cumpla 18 voy a ir a todos los bares de la ciudad! –respondió enojado el chiquito

-Ya ves Anne, tu hijo será un vago

-¡Ayyy no quiero ni pensarlo! ¡Listo, terminé y estás hermosa!

Dos horas después, Eva subía al pequeño escenario del bar recientemente inaugurado, abrazada a su guitarra. Se paró frente al micrófono y desde allí divisó a Jenny y a Anne que la miraban felices. Dante no había podido ir, así que se quedó con una vecina.

-¡Buenas noches a todos! –dijo alegremente- me llamo Eva y estoy muy feliz de estar aquí...es la primera vez que actúo, así que no les aseguro que todo salga bien

El público rió y la hizo sentir mas animada. Comenzó a cantar “Blowin’ in the Wind” de Bob Dylan. Cuando terminó la aplaudieron. Cantó cerca de una hora y se despidió. Bajó muy contenta.

-¡¡¡Estuviste genial!!!-Jenny y Anne la abrazaron

-¡Gracias chicas! Veo que se llevan bien –dijo mirando a las dos, que se habían sentado juntas en la misma mesa. Desde el escenario había visto que charlaban animadas

-Si, Anne parece muy buena, no como yo –rió Jenny

-Jajaja no creas –dijo Anne


-John...¿podés regresar al mundo? –George pasaba su mano delante de los ojos de John

-Perdón...estaba distraído...

-En 5 minutos salimos

-Ok.

-¿Estás preocupado por algo?

-No, no. Solo me preguntaba qué estará haciendo...

-Yo también me pregunto lo mismo...-respondió mirando el suelo

Salieron a escena, obviamente todo fue un éxito. Gritos, llantos, caramelos volando, carteles, flashes...Cuando terminó todo Brian se acercó a ellos.

-Chicos, salió todo perfecto. Recuerden que la semana que viene... ¡empieza la gira!

-¿La qué? –preguntaron al unísono

-¿Qué les pasa? ¡No me digan que lo olvidaron!

-Si...

-No sé que tienen últimamente, ¡parecen tontos!

Los cuatro se miraron preocupados. La gira duraría un mes o quizás mas tiempo.


-¿No te llamaron mas? –preguntó Jenny. Era el lunes, y habían vuelto al trabajo.

-No, por suerte no. Aunque no me los puedo sacar de la cabeza

-Que raro que no hayan insistido.

-A lo mejor se dieron cuenta que es mejor así, que nos olvidemos de todo

-La semana que viene empiezan con una gira ¿te enteraste?

-No, no.

-Y eso que estás en la columna de rock

-¡Eva! –Joseph estaba asomado a la puerta de su oficina- ¿podés venir un segundo?

Eva se acercó y entró a la oficina, Joseph la invitó a sentarse.

-Quisiera que les hagas otra nota a The Beatles, ¿te parece? Ya arreglé con su manager, irás el miércoles a las...

-No puedo Joseph –lo cortó

-¿Cómo?

-No puedo

-¿Tenés algún compromiso? Lo paso para otro dia...

-No es eso. No puedo hacerles notas a ellos

-Pero ¿por qué?

-No puedo decirte.

-¿Tuviste algún problema con ellos cuando los entrevistaste o...?

-No, no. Perdón, sé que estoy desobedeciendo una orden tuya pero...no. Si querés bajame el sueldo –quería terminar con esa conversación lo mas rápido posible, ya que sentía que estaba a punto de llorar, y no sabía porqué

-No, no quedate tranquila...

-Gracias Joseph. Permiso. –se puso de pie y se alejó.


En silencio, armaban el equipaje para la gira. Era extraño, siempre bromeaban mientras acomodaban la ropa y sus objetos personales. Paul cerró su valija con un golpe.

-Escuchen, antes de irnos debemos llamarla –dijo cortando el silencio

-¿Para qué? –preguntó George

-No sé...para avisarle o...sinceramente, no sé.

-John tiene razón –intervino Ringo- lo mejor será que la dejemos tranquila. Será lo mejor para ella y para nosotros. Y lo mejor también será que no hablemos mas de ella.

Todos asintieron con la cabeza, dejar de hablar del tema sería lo mas apropiado.

Al día siguiente, partieron en avión rumbo a la primera escala de la gira.


El viernes, Eva bajaba feliz del escenario. Realmente le estaba yendo bien, se sentía cómoda haciendo lo que hacía, nunca se había imaginado cantando. Por lo menos en ese momento, se olvidaba del mundo, de su vida, y de todo lo que eso conllevaba.

-Eva...-Bill se había acercado a ella, en la escalera del pequeño escenario.

-¿Si?

-Gracias, los clientes están muy contentos. Esto es para vos –le entregó un sobre blanco.

Salió del bar y abordó un taxi. Mientras viajaba, abrió el sobre y vio que allí estaba su paga, no era mucho, pero tampoco esperaba un gran sueldo. Se había propuesto que con el dinero que ganara allí compraría una guitarra para niños y se la regalaría a Dante.


Pasaron quince días. Eva se veía radiante, mostraba una gran alegría. Sin embargo, todo era una máscara. Aquello de lo que había decidido no hablar, estaba a cada instante en su mente. En sus manos tenía un diario, que anunciaba en su tapa el gran éxito de la gira beatle. En su mente se repetía que si o si, tenía que escribir una nota sobre ellos, sino acusarían a la revista de desactualizada. El problema sería qué poner.

-Por mas que no hables y te hagas la alegre, yo sé que estás mal

-Jenny ¿por qué no te empleás en una agencia de videncia?

-Porque no necesito plata. Además la videncia solo me funciona con vos. Tu silencio es demasiado sospechoso.

El sábado, antes de irse al bar, Eva le dio su clase a Dante.

-Bien Dante, colocas tu dedito acá, y así formás el Fa.

-Es muy difícil –se quejó el nene- ¡se me van a abrir todos los dedos!

-Jajaja, si, este es el mas complicado, practicalo cuando no esté. Y hablando de no estar, me voy al bar

-Pero...

-Pero nada. Su clase ha terminado señor. Practique el Fa, así dentro de poco está en el bar conmigo.


Esos días habían sido de locura. Conciertos, entrevistas, sesiones de fotos, fiestas, alcohol, mujeres, drogas...cosas a las que se estaban acostumbrando. Sería por eso que la última semana de gira se les estaba haciendo insoportable. Una noche, que sería de fiesta, George estaba demasiado pensativo, tirado en un sofá. Ringo se acercó a él.

-¿Y? –preguntó el baterista

-¿Y qué? –respondió secamente George

-¿Qué pasa? –dijo sentándose a su lado.

-Estoy harto Rich. Quiero volver. Quiero...

-Verla –le cortó su amigo

-Si...

-Llamala

-¿Qué?

-Que llames a su casa. Ahora.

-Pero...no sé...¿te parece? Es tarde....

-Tiene que estar. Los sábados no sale

-No creo. Quizás esté con algún tipo, no creo que seamos los únicos cuatro en su vida

-¿Qué decís? Dale. Llamá. Yo les digo a los chicos.

Ringo se puso de pie y buscó a sus dos compañeros. Los encontró sentados casi frente a frente, sin decirse una palabra, en la misma actitud de George.

-George va a llamarla –solo les informó

-¿Qué? –dijo John sobresaltándose

-Si. Hay que hablar aunque ella no quiera

-Pero...eso sería estar acosándola

-No –intervino Paul- esto no da para más. Dijimos que no hablaríamos de ella, y sin embargo los miro y con la mirada me doy cuenta que están pensando en ella, y sé que si ustedes me ven a mí también se dan cuenta. El silencio no tapa lo que sentimos.

John sólo suspiró y miró hacia donde estaba George

-¿Y, George?

-Estoy esperando la comunicación con Londres. Tardará unos minutos.

Golpearon la puerta y se escucharon risas femeninas.

-Son las chicas –dijo Ringo

-Yo no quiero fiesta esta noche –anunció Paul. Todos lo miraron, era raro que Paul no quisiera mujeres

-Yo tampoco –dijo George con el auricular del teléfono pegado a su oído

John miró a Ringo

-¿Y vos? –le preguntó

-No pienso ser el único en enfiestarme con cuatro o cinco chicas –dijo tratando de poner humor a la situación, pero evidentemente, nadie quería chistes- Bah, no sé si vos...

-No –lo cortó John- yo tampoco quiero nada.

-Entonces llamo a Mal para que les diga que se vayan.

John miró a Paul y con la mirada le preguntó si tenía lo que en esos momentos necesitaba. Paul no precisó mas para saber qué quería su amigo, y buscó en su bolsillo, sacando un paquete misterioso. Lo abrió y sacó dos porros.

-Ya le dije –Ringo había vuelto

-¿Querés? –dijo Paul señalando el paquete

-No, prefiero un wiskey –se sirvió su bebida y se sentó frente a ellos

-¡Está llamando! –gritó George

Los tres dejaron lo que estaba haciendo, se acercaron, y casi se pegaron a George, tratando de escuchar lo que pasaba detrás del auricular.

-¿Hola? –dijo Anne

-Ho...hola....¿está Eva? –preguntó George nervioso

-¿Quién habla?

-Un amigo

-¿Qué amigo?

George miró a los otros tres, apretando los dientes. John entendió que lo que necesitaba su amigo era un nombre falso

-Gene –le dijo lo mas despacio posible para que no se escuchara por el teléfono

-Gene –dijo al fin George

-Ahhh...Eva ahora no se encuentra, está trabajando

-¿Trabajando? –preguntó incrédulo

-Si, trabajando en el bar ¿O no sabía que está en el Chester Bar? –preguntó ingenua

-¡Ahh si, lo había olvidado! –dijo tratando de parecer creíble, los demás fruncieron el ceño- bueno, muchas gracias, perdón por las molestias. –colgó lo mas rápido que pudo.

-¿Qué pasó? –preguntaron los tres al unísono

-Trabaja en un bar. Anoten, en el Chester Bar

-Jamás lo escuché –dijo Paul

-¿Qué hará allí? –preguntó John

-Seguro que es mesera –supuso George

-¿Y entonces? ¿Cuál es el próximo paso? –preguntó Ringo

-Ni bien volvamos tenemos que llamarla, o ir a la casa, o al trabajo, o a ese bar –dijo Paul- Pero tenemos que hablar con ella.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Capitulo 24 Propuestas

Acababa de decirles lo sucedido la noche anterior, y si bien no era un buen momento para contárselos, ya que era de mañana y todos se levantaban con un humor de perros, necesitaba decírselos cuanto antes. Se habían quedado en silencio, y no se miraban. George abrió la boca, pero no le salió nada. Lo intentó nuevamente.

-Así que...vos la amás

-Si...-respondió casi inaudiblemente- Chicos, necesito saber qué les pasa a ustedes con ella –dijo ahora con mas firmeza

-Yo también la amo –dijo George y enseguida se dio cuenta de que lo que acababa de decir, simplemente se le habia escapado

Todos lo miraron.

-Si, yo también la amo, ¿qué quieren que le haga? Ringo, necesito que me perdones, vos la viste primero y todo eso, pero....pero nada, ya lo sabés.

-No hay nada que perdonar. ¿Y ustedes?-dijo mirando a Paul y a John

-Mierda...-dijo Paul, ofuscado- me odio. Me odio por amar a la misma mujer que aman mis dos amigos

Lo miraron, Paul estaba enojado consigo mismo, no entendía qué le había visto a Eva, qué era lo que tenía que no tuviera cualquier otra chica, de las tantas que se le tiraban encima, o que le mandaban cartas o que hacían cualquier cosa con tal de, aunque sea tocarlo. Con tantas mujeres a su disposición, con casi, podría decirse, un harén, ¿por qué estar con una que al parecer estaba medio loca por amar a cuatro tipos y que además, dos de esos cuatro tipos también la querían y eran sus amigos?

-Paul, no te preocupes –dijo George poniendo una mano sobre su hombro- todos estamos confundidos, y entre todos lo solucionaremos. Bah, todos no, nosotros tres, porque John....

-Si a mi también me gusta-interrumpió John

Ahora sí, quedaron mas sorprendidos que antes. Que John reconociera eso, después de todas las críticas que le habia hecho a “la chica de violeta” como la llamaba él, era una gran confesión.

-Pero...¿sólo te gusta? –preguntó Ringo, quizás tratando de buscar alivio en que solo “le gustara”

-No. La quiero. La amo. Como ustedes. –dijo tirando la colilla del cigarrillo que acababa de fumarse. Ringo hizo una cara de disgusto.

-Pero...¿están todos seguros? –preguntó Paul

Le respondieron asintiendo con la cabeza.

-Tenemos que averiguar qué hizo, alguna brujería o algo...-propuso John

-John, ¿por qué siempre que querés a alguien pensás que lo hacés por brujería, o algo así? ¿Por qué no aceptás que la amás y punto?-dijo Paul, conocía demasiado bien a John, él siempre se enojaba cuando alguien captaba su atención o mas, como lo hacia Eva.

-Es que....la odiaba, no podia entender qué le veían, por qué tanto escándalo con ella, pensaba que solo quería fama, como tantas y resulta que...me enamoré como un estúpido –John se veía realmente mal por lo que le pasaba, pero a la vez sentía que respiraba mejor. Tanto tiempo escondiéndoles eso y ahora decírselos, significaba sacarse un secreto muy pesado de encima.

-Y a mi...se me fue de las manos –dijo Paul en un suspiro- me gustaba, si, pero pensaba que sólo eso, que la olvidaría pronto, o que se la daría a Ringo, como quien le da un regalo –miró a su amigo y sonrió- pero ya vez Rich, no pude, el obsequio también me gustó a mi.

-Y entonces...¿qué vamos a hacer? –preguntó George

-Vayamonos, dejémosla en paz, solo le haremos daño –dijo John

-Pero ella...también nos ama, a los cuatro –dijo Ringo

-Está confundida, eso no puede ser, John tiene razón –Paul trataba de salir de esa situación

-No, no, todos la queremos ¿por qué alejarnos si ella también nos quiere? Yo no voy a dejar de verla solo porque ustedes lo dicen –George se veía muy decidido

-Pero por mas que la sigas viendo, ella no podrá quedarse con vos, porque para ella es todos o ninguno –Ringo también sentía lo mismo que George, pero recordaba lo que Eva le habia dicho, no podía elegir a uno.

-¡Y bueno, entonces vayámonos, como yo dije! –dijo John extendiendo sus brazos

-Si dijo “todos o ninguno”, será ninguno –Paul seguía dandole la razón a John

-Eso sería aplicable si a solo tres o dos les pasara lo mismo y al resto no, entonces podríamos decir “Ninguno”, pero estando los cuatro en la misma situación....¿Por qué no “todos”? –George seguía firme en su decisión

-Pensándolo así...tenés razón –dijo Paul

Eva lloraba desconsoladamente, abrazada a Jenny. Estaba en su horario de trabajo y muchos la estaban mirando, pero no le importaba.

-Pará mujer, pará –Jenny trataba de que Eva se calmara- La verdad no entiendo porqué se lo dijiste

-Necesitaba de...decirlo....Jenny...-trataba de parar su llanto, pero no podía

-¡Pero si me lo dijiste a mi!

-¡Necesitaba decírselo a alguno de ellos! Que paren de una vez este juego

-Pero al final ¿es un juego o no?

-Según Ringo no...

-¿Y entonces?

-Entonces....entonces no sé Jenny, ¡no sé qué hacer! ¡Quiero matarme!

-No no no, no digas esas cosas....quedate tranquila, él te dijo que va a hablar con ellos, supongo que le dirán la verdad, luego él te la comunicará a vos y ahí ves si te desesperás o no.

-Si, tendría que haber pensado asi...es mas...ni siquiera sé porqué estoy llorando....

-Evy, estás mal, estás estresada por esta situación....tendrías que alejarte un poco

-¡No puedo! ¡Y tampoco quiero! Además..¿cómo alejarme si ellos están por todos lados? En la radio, en la tv, en las revistas, en la calle....es imposible.

-Volvé a tu casa

-No, tengo un buen trabajo, no quiero volver.

Margaret se acercó a ellas.

-Eva...¿estás bien?

-Si Margaret, gracias...-respondió mas calmada

-Eh...¿podría hablar con vos?

-Claro, dígame

-Mi hijo...bueno, no sé si sabés que tengo un hijo.

-No la verdad que no sabía.

-Bien, mi hijo acaba de abrir un bar, o algo asi...y quiere cantantes que actúen. Pensé que, como te dedicás al rock, a lo mejor conocés a alguien que quiera hacerlo.

Jenny miró a Eva, y ella miró a Jenny.

-Andá vos –le dijo Jenny con mirada cómplice

-¿Yo? Estas loca...

-Eva, te hará bien, cantando descargarás tensiones. Además, un fin de semana cantando no te vendrá mal, aparte de algún dinerillo mas que ganes. Dale, animate.

Margaret la miraba y le sonreía. Sin dudas, estaba esperando que Eva se ofreciera para cantar.

-Pero yo....no estudié canto....

-¿Y con eso? A quien la importa! Tocás la guitarra, o sea, te acompañás vos sola, el resultado puede ser genial. Quien sabe, quizás conozcas a alguien que te haga olvidar de los fabulosos cuatro....-Jenny la miraba con picardía. Al decirle esto, sabía que Eva, con tal de sacarse de la cabeza a sus amados, haría cualquier cosa. Entre ellas, cantar.

-Muy bien Margaret, aquí tiene a la primera cantante –dijo Eva muy decidida, dándole la mano.

-Chicos esto se solucionará si lo hablamos con ella- dijo Ringo

-¿Te parece? –preguntó, incrédulo, John

-Le dije que lo hablaría con ustedes y que después le diríamos qué es lo que pasa

-Bien...entonces....hablemos con ella. Llamala, decile que venga. ¿Ustedes están de acuerdo?

-Si pero...¿qué le vamos a decir? – George estaba preocupado

-Lo que nos dijimos entre nosotros –dijo Paul- que la amamos y que si no puede elegir...bueno, veremos que hacemos.

Ringo marcó el número del trabajo de Eva.