jueves, 27 de septiembre de 2012

Capitulo 44 Separarse de la especie por algo superior


Después de un suspiro, decidió  contestarle.
-Mamá....
-Hija ¿no estás contenta? –interrumpió la mujer
-S, si, claro, pero hay un problema, ya no vivo con Anne y ....
-Ya me dijo ella cuando llamé y me dio éste número. ¿Dónde vivís ahora?
Engañarla sería difícil, su madre siempre había sido astuta, no se dejaba embaucar por nadie y sospechaba ante un mínimo cambio en el tono de voz. Lo mejor sería decirle la verdad, aunque eso le costara que su madre no le hablara nunca mas, ya que estaba segura que no aceptaría su relación.
Tomando aire, volvió a hablar.
-Mamá, es...complicado. Preferiría contártelo personalmente.
-¿Pasó algo malo?
-No, no, todo lo contrario. Pero quiero que hablemos cara a cara, por teléfono no me gusta.
-Me asustás.....
-No te preocupes. El fin de semana próximo estaré desocupada, viajaré a Manchester.
-¡Este fin de semana viajaría yo a Londres!
-Posponé tu viaje, iré yo.


-¿Vas a decirle la verdad? –Ringo abrió de par en par sus ojos azules.
-Créanme que será lo mejor...-Eva se veía preocupada –A mi madre hay que irle con la verdad, si trato de engañarla se dará cuenta y será peor.
-¿Y como creés que lo tomará? –preguntó George, también asombrado.
-¿Como creen que puede tomarlo una mujer criada con las rígidas normas morales de su pueblo,  y que además es ultracatólica? Pues mal, muy mal.
-Oh no Eva.....-Paul la abrazó -¿Cómo podemos ayudarte?
-Siendo así como son....-les sonrió –No se preocupen chicos.
-Si querés, nosotros te llevamos, incluso podemos hablar con ella...
-No John, gracias pero no. Ustedes quédense tranquilos acá, yo tomaré el tren del viernes a la noche.
-Está bien, pero si cambiás de idea nos avisás.


Disfrazados, se despedían con un abrazo de ella. Era la primera vez que tenían que separase desde que vivían juntos, y por mas que fuera por sólo un fin de semana, los hacía sentir mal, no tanto por el viaje en sí, sino por la circunstancia. Eva subió al tren y desde allí los saludó con la mano, asomada a la ventanilla.
El tren comenzó su marcha, llegaría a Manchester al día siguiente, así que trató de dormirse. Pero fue en vano, los nervios y la preocupación le ganaban. Comenzó a leer un libro, y eso pareció darle, poco a poco, algo de sueño, hasta que al fin pudo dormir.
La despertaron las primeras luces de la mañana que se colaban por la ventanilla, y comprobó que ya no estaba muy lejos. Eso hizo que se pusiera mas nerviosa, al punto de sentir náuseas. Joder, era a su madre a quien iba a ver, no a un ogro, pero temía mucho su reacción. Hizo una especie de control mental y sus náuseas cesaron.
-¡Manchester! –gritó el guarda, minutos antes que el tren comenzara a frenar.
Tomó su pequeña maleta y echó a andar por el pasillo, en dirección a la puerta.
Cuando bajó en la estación y comenzó a caminar, vio que nada había cambiado, todo seguía igual que el día que se fue.
Su casa quedaba a pocas cuadras de la estación, así que fue caminando. Al llegar, también la encontró exactamente igual, la puerta seguía despintada, y el resto de las casas de su vecindario seguian tan descuidadas como siempre.
Estaba a punto de golpear la puerta cuando ésta se abrió.
-¡Hija! –su madre le dio un abrazo.
-Hola mamá.
-Supuse que llegarías en este tren, asi que ya te estaba esperando. Pasá.
Eva entró a su antigua casa, en el interior tampoco había cambiado nada. Dejó su maleta al lado de la chimenea de la sala.
-¿Por qué no la subís a  tu habitación?
-Luego lo haré. Veo que todo está igual.
-Si.....Vaya, ¡qué sofisticada estás!
-Jaja, puede ser.
-Seguro que aún no desayunaste, prepararé  té. Ahí tenés galletitas.
Se sentó en uno de los sillones de la pequeña sala, frente a una mesita y al lado de la ventana, por la que extrañamente entraba el sol. Esperó que su madre regresara de la cocina, sentía que tardaba mucho aunque sólo estaba preparando té. Quería que volviera para hablarle, y a la vez no queria. En realidad, deseaba salir de allí corriendo.
-¡Ya está listo! –la mujer volvió con una bandeja con una tetera y dos tazas.
Miró bien  a su madre, estaba sólo un poco mas avejentada, apenas unas mínimas arrugas mas, y también algunas canas. Sin embargo, seguía conservando la belleza que ella misma había heredado,  pero su rostro seguía demostrando rectitud, quizás mas que antes.
-¿Como están todos acá? –preguntó mientras su madre le servía.
-Bien, todos igual. Salvo mi tía Frances, bueno, ella siempre estuvo enferma. ¿Y vos?
-Ya sabés, bien, el trabajo no puede ir mejor, me lleva casi todo el día, pero gano bien y me gusta, además....
-Hija –la mujer la interrumpió, sentándose frente a ella con la taza en la mano –Hablá de una vez.
Sintió como dentro suyo se hacía un nudo, y a la vez un vacío, acentuado por la penetrante mirada que su madre le había clavado.
-Mamá....Verás....Yo...yo....no vivo mas con Anne, vivo....
-Con otra persona., tenés pareja –su madre insistía en interrumpirla, pero seguía manteniéndole la mirada, y un tono casi escéptico, como si ya estuviera enterada de todo.
-Algo así....
-¿Quién es él?
-Bueno, no es “él”, sino....
-¿Estás con una mujer? –se inclinó hacia adelante, su rostro lucía escandalizado.
-No, no –casi rió por la pregunta -¿Conocés a The Beatles?
-Como para no conocerlos, si están por todos lados...
-Bueno yo....vivo con ellos.
La mujer levantó una ceja, y se echó hacia atrás.
-¿Sos empleada de ellos? ¿No era que trabajabas en una revista?
-Si, trabajo en la revista. Pero no soy empleada de ellos. Soy...soy la novia.
Se la quedó mirando, algo que casi hizo que Eva se desesperara, porque no le decía nada.
-¿De cuál de los cuatro? –preguntó al fin.
-De...los cuatro. Lo sé, te sonará raro y loco, pero los amo mamá, y ellos me aman a mí, no puedo estar sin ellos y sé que puede ser algo común que varios hombres gusten de la misma chica, pero no que la misma chica de todos ellos, pero es así, yo los quiero y....
-Te vas de mi casa –la voz glacial de su madre le cortó todo el argumento que estaba diciendo casi sin respirar.
-¿Eh? –fue lo único que atinó a decir.
-Que te vayas. No quiero seguir escuchándote mas –la mujer se puso de pie.
-Pero mamá....
-¡No me llames así! ¡Yo no parí ni crié a una....puta!
-¡No me trates así! –Eva también se puso de pie, y se acercó a su madre, desafiante -¡No lo entendés! ¡Los quiero, y no es pecado amar así!
La mujer levantó una mano y Eva apretó los párpados, sabía que le pegaría. Sin embargo, la bofetada se quedó en intención, porque su madre se quedó como petrificada.
-¡Te vas de mi casa, carajo!
Apretó la mandíbula, sin quitarle la mirada de encima. Jamás había mirado a su madre así, porque jamás habia sentido tanto odio. Sin embargo, que la echara no le resultó extraño, presentía que eso sucedería. Dio media vuelta, tomó su maleta, y se fue de la casa dando un portazo. 

George la consolaba, abrazándola, mientras miraba preocupado a los otros.
-Joder, -dijo John –lo único que hemos hecho es arruinarte la vida.
-No digas eso –se separó de George, secándose las lágrimas con las manos –Yo a ustedes los quiero, y al que no le gusta que se vaya a la mierda.
-A veces las cosas no son así...
-¿Qué estás diciendo? –preguntó Paul, mirando a John.
-Que desde que aparecimos no hicimos otra cosa que darte vuelta la vida.
-Chicos no se culpen. Ustedes son lo mejor que me pasó. Y lo de mi madre.....me lo esperaba, sí. Quizás en un tiempo se le pase. Sigamos con nuestra vida.
-¿Y si le cuenta a alguien sobre lo nuestro? –se notaba que Ringo estaba inquieto.
-No, no será capaz, después de todo es mi madre y no creo que quiera arruinarme.


Pasaron tres días. Salió de una pequeña habitación que estaba bajo la escalera. No la usaban para nada, salvo para amontonar algunas porquerías y juntar polvo. Estornudó por quinta vez y se sonó la nariz.
-Tendré que limpiarle bien si no quiero morir de alergia –dijo en voz alta.
Miró el interior nuevamente, antes de cerrar la puerta., era perfecta sólo tenía una pequeña ventana junto al techo. Era lo que necesitaba, y si les pedía permiso, se la darían sin problemas.
Escuchó los autos de los chicos, y enseguida el torbellino que significaba que ellos entraran  a la casa.,
-¡Hola! –gritaron los cuatro al verla, y luego cada uno le dio un beso. Le encantaba esa parte del día.
-¿A que no saben qué? Salí mas temprano del trabajo y les preparé la cena: ¡Pasta!
-¡¡¡¡SIII!!! –gritaron como si fueran niños pequeños.
-Necesitan hidratos de carbono.
-Y si, hay que tener energía para...para.....bueno, ya sabés –John le guiñó un ojo, y George le dió un codazo -Ey, ¿qué te pasa, enanín?
-¿Por qué estás tan sucia? –George hizo caso omiso de John
-Estaba mirando un poco esa habitación, y bueno, me ensucié.
-Eso no es una habitación, es un cuartucho –dijo Paul
-Bueno señorito –rió –como usted diga.
-¿Y para qué mirabas ese cuartucho? –Ringo quizo saber.
-Emm....sobre eso quería hablarles....Necesito pedirles permiso para usarlo –notó como sus caras cambiaban, estaban extrañados –A ver, será mejor que me explique: quiero revelar allí mis fotografías.
-¿No hacés eso en tu trabajo?
-Si Ringo, pero en el trabajo revelo fotos del trabajo –remarcó bien las últimas palabras –Pero si voy a tomar fotos para la exposición esa, que calculo que serán muchas, no puedo usar cosas del trabajo. Uno, no sería honesto. Dos, si me descubren pueden despedirme.
-Entonces perfecto. Usala ¿no? –John miró a los otros
-Obvio que si, eso ni se pregunta –dijo Paul
-¡Gracias! –los abrazó –Bueno, vamos a comer.
-Esperá –dijo Ringo –Ese cuarto está muy abandonado, hay que ponerlo en condiciones....
-¡Yo puedo sola! Ahora vamos a comer, que tengo mas hambre que George jaja.


Luego de un rato de comer, charlar y bromear, pareció que los chicos recordaran algo de repente.
-Mm! Mm! –Paul intentaba hablar pero tenía la boca llena de comida, por lo tanto hacía señas locas. Los otros parecieron entender.
-Señoras y señores....-anunció John, y luego imitó el sonido de una corneta, mientras Ringo hacía un redoble con los cubiertos en la mesa –...con ustedes....¡el certificado médico!
George sacó del bolsillo de su saco un papel, que blandió en el aire. Luego se lo entregó a Eva.
-“Certifico que la señorita Eva V. Sheels debe hacer reposo por DOS MESES. Diagnóstico: pul....¿pulmonía?
-Fue lo primero que se nos ocurrió –se excusó Paul.
-¿De dónde sacaron esto?
-Je, somos una pequeña mafia, querida. Paso a explicarte –John encendió un cigarrillo y la rodeó con un brazo –Al estudio fue el doctor que nos hace los controles mensuales. George le robó el anotador donde escribe los diagnósticos y recetas, yo escribí eso....
-Porque es el que peor letra tiene –interrumpió Paul –y ya sabemos que los médicos tienen una letra horrible
-Si –continuó John –Después Ringo le robó el sello –Ringo hizo una cara de satisfacción –Le inventamos una firma cualquiera y ¡voilá! ¡Un certificado! Sólo falta ponerla la fecha. ¿No es genial?
-Ya lo creo....-dijo entre risas –ok, si nos vamos a ir en una semana, será mejor que comienze a hacerme la enferma a partir de ahora. Así a nadie le parece sospechoso que de un día para el otro tenga pulmonía.
-Muy bien, se nota que vivís con nosotros.


Luego de una semana de tos y dolores fingidos, Eva terminaba de preparar su maleta. Tenía algo de nervios, y también miedo, temía que alguien descubriera “El Gran Secreto”, como los chicos lo llamaban. También le temía a Brian, sabía que ella no le caía bien ni en lo mas mínimo. Pero también estaba ansiosa porque sabía que sería una gran experiencia. Algo le decía que no sería un simple viajecito.



*--*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Hola! Como están? Bueno, notarán que ahora el blog tiene música. Copia de otros blogs? Sí, un plagio total jajaja. La explicación es la siguiente: quería ponerle music al blog, y ya que la mayoría de los capitulos tienen títulos que pertenecen  a letras de canciones, las puse acá. También hay canciones que no son títulos de capitulos, pero que por ahi fueron importantes. Casi todas son bandas o cantantes argentinos, asi que pueden conocerlos, a medida que avanzan los capitulos, iré agregando canciones. Díganme si les gusta o no, si las molesta  lo saco jajajjaa
saludos!

jueves, 20 de septiembre de 2012

Capitulo 43 Porque en esta vida no quiero pasar un día entero sin ti


El despertador sonó, ruidoso, y Eva recordó que era lunes. Refunfuñando, le dio un manotazo para que dejara de hacer escándalo. Se dio vuelta, aún tapada hasta la cabeza, y sintió algo. Se incorporó, asustada.
-¿PAUL?
-¡Buen día!
-¿Qué hacés acá? ¿Querés matarme del susto?
-Tenía miedo de la tormenta de anoche y vine acá....-respondió, haciendo su mejor carita de niño.
-Assh....me hubieras despertado.
-Es que mi idea era que pasara esto que pasó. Te sorprendí ¿no?
-Ya te dije que casi me matás. Ay....¿por qué es lunes? ¡No tengo ganas de levantarme!
-Mmm....y yo tampoco –dije acercándose y besándola con pasión.
-No, no –lo separó –No puedo, llegaré tardísimo.
-Ummm....
-Vamos Paulie, no te pongas así. Quizás esta noche...-lo miró, traviesa.
-¡Fantástico!
Rió y se levantó de mala gana para abrir el armario y buscar ropa. Paul, por su parte, la miraba, hasta que se quedó dormido. Le dio un beso y salió. La casa estaba en total silencio, los otros seguramente dormirían tan plácidamente como Paul.


-¡Eva llegás tarde!
-¡Lo sé Jenny, el bus se atrasó!
-¡Ya te están esperando!
Corrió hacia el ascensor y subió al segundo piso. Cuando llegó, los dos periodistas y el chofer la estaban esperando.
-¡Al fin! –dijo uno de ellos.
-Discúlpenme, salí a horario, pero no sé qué le pasó al bus.
-Bien, salgamos ya. Tenemos mucho para hacer.

Bajaron de la camioneta, y luego el chofer la estacionó. Estaban en las afueras de la ciudad, en un galpón abandonado. El director de la revista había pedido mas fotografías en locaciones y no todas dentro de un estudio.
Eva, como siempre, ni sabía a quiénes tendría que fotografiar, pero suponía que sería a alguna banda nueva, como venía haciendo desde hacía unos quince días.
Estaba preparando la cámara, apoyada en una despintada pared cuando lo escuchó.
-Vaya, vaya, no sabía que la asistente de The Beatles también era fotógrafa.
Se giró asustada y ahí lo vio: Dave Davis, otra vez.
-Ho....hola Dave.
-¿Cómo estás, linda?
-Bien...bien.....Veo que me descubriste, sí, tengo dos trabajos.
-¿Tan poco te pagan los fabulosos? –rió.
-No es eso, es que hay días que no tienen mucho para hacer...-respondió nerviosa, temía que sus compañeros de trabajo escuchan algo sobre su supuesto “trabajo” con The Beatles.
-Eva, tenemos que comenzar –dijo uno de los periodistas.
Dave se sentó junto al resto de la banda para contestar las preguntas que les hacían, mientras ella los fotografiaba, y observaba todo, buscando el mejor lugar donde podría tomarles mas fotos. Mientras tanto, notaba como Dave no le quitaba los ojos de encima, y eso la incomodaba.
-Bien, eso es todo –uno de los periodistas apagó el grabador.
-Acompáñenme –Eva caminó hacia el fondo del galpón, seguida por ellos.
Allí los acomodó, y luego de tomarles unas diez fotos, les hizo señas de que había terminado.
-Ya está chicos, será una excelente portada.
-Espero que hayamos salido lindos –bromeó Avory.
-¡Por supuesto! –Eva se extrañó, al parecer el único que la había reconocido era Dave, los demás no. Aunque quizás fuera porque la noche de la fiesta ellos estaban demasiado borrachos.
-Eva...-se giró y vio a Dave, muy cerca suyo. Notó que los demás, junto con los periodistas, estaban afuera, fumando y conversando. Sólo habían quedado ellos dos dentro del galpón.
-¿Qué pasa? –preguntó algo nerviosa, mientras desarmaba el trípode de su cámara.
-Mirá, me da igual que seas la asistente de The Beatles......o lo que seas de ellos –lo miró, casi asustada, pero él continuó –Quiero invitarte a salir esta noche ¿Podés?
Le desvió la mirada, simulando que nada pasaba, mientras guardaba la cámara en su estuche. Entrecerró los ojos, como para pensar rápido y mejor. Dave era lindo, sí, y ante ella tenía la posibilidad de convertirse en una perfecta groupie. Pero no quería eso para ella. Si bien mantenía una relación mas que extraña, eso no le daba el pase libre para hacer cualquier cosa, por ejemplo, salir o algo mas, con Dave. No podía hacerles eso a los chicos, porque a ellos los quería.
-Lo lamento Dave, pero no puedo.
-¿Y el sábado?
-No puedo ni hoy, ni el sábado, ni ningún otro día. Tengo novio.
-Ah...no sabía. Supongo que tendría que haber empezado por preguntarte eso...Aunque a la fiesta del sábado fuiste, y que yo sepa, no había ningún novio tuyo...¿o me equivoco?
Lo miró, otra vez asustada. Le parecía que Dave sospechaba o quizás habia visto algo. Si era eso, estaba perdida. Así que decidió parecer lo mas segura y natural posible, como para que a él se le fueran todas las dudas.
-Mirá Dave, si estás insinuando que tengo algo con algún beatle, debo decirte que estás equivocado. Son mis amigos desde hace mucho tiempo. Mi novio es un chico que nada tiene que ver con este ambiente, y el sábado no pudo acompañarme porque estaba enfermo. Eso es todo. ¿Alguna pregunta?
-No, no. Ehh....perdoname por andar metiéndome en asuntos que no me importan.
-No es nada. Si me disculpas, tengo que irme.
-Claro, adiós ¡y saludos!
Salió de allí completamente segura de que lo había convencido, pero también asombrada por su capacidad de mentir.


Cuando entró a la casa, sintió un penetrante olor a marihuana. Pensó que estarían los cuatro, pero sólo encontró a uno.
-¡Ringo pará de fumar!
-Hola ¿no? –le contestó el chico, recostado en un sofá.
-Hola, hola.
-Te ves nerviosa, tomá –le convidó, y dudando unos segundos, lo tomó.
-Fue un día fatal. ¿Y vos? ¿Por qué estás solo?
-Ya grabé mi parte, así que vine a dormir, me siento cansado.
-Yo no te veo durmiendo –rió.
-Cuando llegué me acordé que hay cosas mejores que dormir.
-¿Y cuándo llegarán los chicos?
-En una hora ya estarán acá. No te preocupes por la cena, ya la encargué.
-¡Perfecto! Auch, me sacaré estos zapatos, me están matado –se los quitó y los arrojó, desparramados.
-Vení –Ringo la tomó de la mano y la hizo sentar en su regazo -¿Sabés qué? Tenemos una linda noticia
-¿Si? ¿Cuál?
-No te puedo decir
-¡No me dejes intrigada! –protestó, dándole golpecitos en el pecho.
-Si hablo me matan. Pero es algo lindo, te gustará.
Ambos bostezaron casi al mismo tiempo. Eva se recostó sobre él, que la abrazó, y se quedaron dormidos.


-¡Ey dormilones! ¡Despierten! –Paul los sacudía.
-¡Ringo te fumaste todo! ¡Incluso mis reservas! –se quejó John
-Después te compro....
-¿Qué pasa? –Eva se restregándose los ojos, soltándose de Ringo.
-Llegó la cena., y es mejor que nos apuremos antes de que las pirañas arrasen con todo –Paul la ayudó a ponerse de pie, y Ringo se levantó como pudo.
Cuando llegaron a la cocina, John y George ya estaba comiendo.
-Suelten esos tenedores –dijo Ringo con voz pastosa –Teníamos que hablar, ¿no?
-¡Ah, cierto! –Exclamó George, masticando.
Eva se sentó a la mesa y ellos le sirvieron. Los miró, expectante.
-Tenemos una noticia –anunció John
-Sí una noticia linda
-Ya abrió la boca el enano....
-No peleen y díganme de una vez qué pasa
-Nos vamos de gira
-¿Eh? –dijo luego de unos segundos –Eso no es una linda noticia....por lo menos para mí. Los voy a extrañar.
-¿Y por qué nos vas a extrañar si nos vamos a seguir viendo? –dijo Paul, sonriendo –Te venís con nosotros.
Los miró, se encontró con cuatro caras llenas de emoción.
-Chicos...¿cómo me van a llevar a mí?
-Asistente. En la fiesta funcionó.
Hubiera querido decirle a George que con Dave Davis el truco muy bien no había funcionado, pero no quiso alarmarlos.
-No sé...
-Vamos Eva, por favor, es genial. Nadie sospechará nada –dijo Ringo
-¿Y Brian?
-Ya le dijimos. No le gustó nada la idea, pero simulará que eres empleada suya. Y dijo que nada de acercamientos en público y esas cosas, pero es obvio, nadie cometerá ese error.
-Bueno....si es así....Aunque no sé que diré en el trabajo.
-Mmmm....¡Licencia por enfermedad! Podemos conseguir un certificado médico falso.
-Paul, parecés de la mafia –rió
-Es “la cosa nostra” –dijo John, también riendo.
-Será fácil, sólo será un certificado por dos meses y....
-¿¿¿Dos meses???
-Si....
-Es mucho tiempo, pensé que serían dos semanas o algo así.
-¡Por favor Victoria! –John seguía rogando.
-Bueno....está bien.
-¡Si! –exclamaron todos.
-Además creo que estaría bien conocer otros ligares, y también podría tomar fotos para la exposición esa.....y lo mejor de todo ¡no tendría que separarme de ustedes!



El teléfono sonaba y sonaba, pero no podía atender. Estaba revelando fotos, no podía dejar todo porque se arruinarían. Sin embargo, el odioso ruido continuaba. Con cuidado, acomodó las cosas como para que no ocurriera ningún accidente, y atendió.
-Hola...-saludó de mala gana.
-¡Hola Eva!
-¿Ma....Mamá?
-¡Si, soy yo! ¿Cómo estás?
-Bi...bien mamá, estaba trabajando.....¿Pasó algo? Es raro que me llames.....
-Es que tengo una noticia –por su tono de voz no parecía que estuviera sucediendo algo malo.
-¿Qué pasa?
-¡Iré a visitarte!

sábado, 1 de septiembre de 2012

Capitulo 42 La noche tira un salto mortal


-¡El sábado tenemos una fiesta! –informó George entrando a la habitación –Uy,....perdón por no golpear.
-No importa –respondió Eva sonriéndole –No estaba haciendo nada importante –miró su guitarra, la tenía entre las manos.
-Está desafinada –George la señaló.
-No, no lo está.
-Que sí...-insistió él, y se la sacó de las manos, para comenzar a afinarla.
Haciendo honor a la fama que tenía de afinador extra rápido, en menos de 4 minutos la guitarra estaba lista. Eva volvió a tocarla, aunque no notó ninguna diferencia.
-Para mí está igual.
-Eso es porque te falta oído, no sos genia como yo.
Eva rió, hasta que la cara de John se asomó por la puerta.
-¿Son cosas mías o alguien dijo fiesta?
-Ja, estás obsesionado. Si, yo dije que el sábado hay fiesta. Y grande. Por darte nombres, estarán los Rolling, Bob, The Who, y The Kinks.
-Uy, no me lo pierdo por nada. Eva, vos venís si o si.
-Pero.....¿qué me pongo?
-La eterna pregunta de las mujeres –rió George.
-Si fuera por mí, nada –dijo John con picardía.
-Vamos, hablo en serio.
-Nada importante, será informal.
-Genial. Pero....¿cómo me llevarán a mi?
-En auto.
-John...vamos. Me refiero en calidad de qué.
-No había pensado en eso –George se puso serio –Mmm....como asistente. Si, asistente de la banda. Nadie sospechará nada.
-Pero, si dicen que es informal, ¿para qué estará una asistente?
-Excelente pregunta. Qué inteligente, por algo sos mi novia.
-John....
-Georgie, tranquilo.
-¡Es que también es mi novia!
-Ey, ey, ey, ey, no empiecen –Eva los separó –Vamos, hay que buscar una explicación.
-Bueno....-dijo John –Iremos con nuestra asistente aunque sea algo informal, porque la asistente es nuestra amiga y la invitamos.
Eva y George se miraron y asintieron.
-Será perfecto –dijo George.
-Coincido. Bueno chicos, será mejor que me vaya a dormir, mañana tendré un día que, de sólo pensarlo, me agoto.


Efectivamente, el día siguiente fue demasiado cansador, y recién a última hora pudo sentarse, tranquila, a fumar. Pero el teléfono la sobresaltó. Era Jenny.
-Eva, aquí hay un hombre y una mujer que te quieren ver.
-¿A mi?
-Si....el hombre es de apellido Scott y la mujer es Murray.
-Mmm....no los conozco. Deciles que suban.
Cinco minutos después, un hombre mayor, de cabellos ya blancos, y una mujer joven, rubia, estaban sentados frente a Eva.
-Es un gusto conocerla, señorita Sheels –dijo la mujer –Se preguntará quiénes somos.
-Bueno....no se equivocan –respondió amable.
-Tenemos un instituto de fotografía –dijo el hombre –se dan clases, se hacen exposiciones, se promocionan a nuevos talentos en Europa y América.....
-Ah que bien –en sus adentros pensaba que querían publicidad para su instituto, y ya estaba esperando que terminaran de hablar para mandarlos al departamento d publicidad.
-Estamos interesados en su trabajo –continuó el hombre.
-¿Mi trabajo?
-Así es. Creemos que lo que hace es muy bueno –afirmó la mujer.
-Pero....sólo tomo fotografías a bandas o cantantes, o en eventos de rock....No veo qué pueda aportar a un instituto de fotografía.
-¿Nunca ha hecho fotografías artísticas? –peguntó la mujer.
-Bueno....si, cuando estudié, y a veces salgo a la calle y lo hago, pero jamás las publiqué. Tampoco creo que sean “artísticas”.
-¿No tiene nada para mostrarnos?
-Mmm.....-Eva mió a su alrededor, hasta que dio con un pequeño cuadrito, que estaba detrás de ella –Esta fotografía la tomé yo. Es de mis preferidas.
Murray y Scott tomaron el cuadrito y lo miraron con detenimiento. Era una fotografía en blanco y negro de una calle prácticamente inundada por la lluvia, donde varios automóviles esperaban que una niña con paragüas terminara de cruzar. Ambos se miraron.
-No necesitamos mas –dijo la mujer con una sonrisa -¿Le interesaría tomar algunas para luego exponerlas con nosotros?
-Ehh..ehh-....no sé si pueda, yo....
-Nos gusta lo que hace –la interrumpió Scott –Usted tome las fotografías que quiera, luego las seleccionaremos para la exposición.
-¿Y sobre qué tiene que ser? –preguntó, aún llena de dudas.
-Sobre lo que quiera. Aquí les dejo nuestra dirección y los números de teléfono –dejó una tarjeta sobre el escritorio.
-Señorita Shells, sería un gusto tenerla con nosotros –Murray se puso de pie, y ayudó a Scott a hacerlo. Se despidieron y se fueron.
Eva quedó pensativa. La propuesta era buena, a veces se le había cruzado por la cabeza exponer, pero la forma tan extraña en la que habia llegado la oportunidad, la hacía dudar. Jamás había considerado a sus fotos como artísticas. Para ella eran simplemente “buenas” o “malas”.


-Voto por el “Si” –dijo Ringo levantando la mano
-Yo también –George hizo lo mismo, y John y Paul lo siguieron.
-Chicos.....no sé. Aparte, ¿a qué le voy a sacar fotos?
-A nosotros. Yo soy lindo –Paul hizo su mejor sonrisa –Mentira, tomale fotos  a lo que encuentres.
-Mmm......sí. –se quedó pensativa –Después de todo, creo que cada cosa tiene un lado artístico que merecen que se muestre. Si.....tal vez acepte.
-Tal vez, no. Vas a aceptar –dijo John, serio.
-Ya mismo llamás –Ringo le acercó el telefono
-Pero....
-Llamá.
-¿Y si...?
-Llamá.
Suspiró, y sacó de un bolsillo la tarjeta. Discó el número.
-Soy Eva Sheels –respondió cuando preguntaron quién era del otro lado de la línea.
-Eva Victoria –corrigió John, pero Eva le hizo señas de que se callara.
-Ah, hola señora Murray –saludó –Llamo para decirle que acepto la propuesta.


Ya era sábado, de mediodía, y Eva se prendía los botones de una blusa floreada, mientras escuchaba el barullo que provenía de la cocina.
-¿Se puede? –Paul se asomó.
-Claro.
-Ey, qué arreglada. Te invito a salir esta tarde.
-Lo siento Paulie, hoy debo salir con otro hombre.
La miró, y levantó una ceja. Eva largó una carcajada.
-¿De qué te reís?
-De tu cara. ¡No seas celoso! –rió –Si te digo Dante, ¿te suena?
-¿El chiquito que vivía con vos? ¿Vas a salir con él?
-Así es. Iré a visitar a Anne y de paso lo llevaré a alguna plaza, para que juegue.
-Que idiota, pensé que ibas a salir con un tipo.

Luego del almuerzo, fue caminando hasta la casa de Anne. Allí se encontró a Jenny y Patrick.
-¡Eva! –gritó Dante corriendo hacia ella
-¿Cómo está el nene mas hemroso de todos? –dijo levantándolo en brazos.
-¡Bien! Ya falta poco para que termine el jardín, ¡voy a empezar la escuela!
-¡Eso sí que es genial! ¿Que te parece si lo festejamos....yendo a pasear?
-¡¡¡SI!!!
Anne le cambió la ropa a Dante, mientras Eva charlaba con la pareja, que parecían estar cada vez mas enamorados. Por suerte, todo estaba saliendo bien para ellos.
Cuando Dante estuvo listo, Eva se lo llevó.
-Te llevaré a una plaza.
-Está bien, pero no quiero ir a la que está acá cerca. Esa ya me tiene aburrido.
-Iremos a otra, está lejos, así que tendremos que tomar un bus.
-¡Si, yo quiero viajar en bus!
Enseguida tomaron uno y en cuestión de minutos, estaban en una enorme plaza, casi como un parque, donde Dante corrió, subió a todos los juegos y se llenó de arena. Todo seguido por Eva, que pensaba que llegaria muy cansada a la fiesta de esa noche.
El sol se fue escondiendo, y Dante ya estaba cansadísimo. Tomaron otro bus para regresar, no sin antes comprarse unos copos de azúcar y algunas golosinas. En el trayecto, el nene se quedó dormido, así que tuvo que llevarlo en brazos hasta su casa.
-Estás muy cansada –dijo Anne acostando a su hijo en un sillón.
-Si, pero no sabés lo que me divertí. Me hizo correr por todos lados.
Anne sonrió, pero su expresión enseguida cambió.
-Eva....hace un rato...llamó tu madre.
-¿Mi madre? Qué raro, sólo nos escribimos. ¿No sabés si pasó algo?
-No, igual se la notaba bien. Pensaba que aún vivías acá. Le dije que llamara después, porque no supe si darle el número nuevo o no.
-No, no, no se lo des, no quiero que sospeche nada. Dale sólo el de mi trabajo, y decile que....que....no sé, decile que donde vivo ahora no hay teléfono.
-Ok....
-La verdad, me extraña que llame.


Como la fiesta sería informal, no llegarían en limusina ni con custodia, sólo en sus autos particulares. Sin embargo, al llegar al lugar, se dieron cuenta que estaba lleno de fotógrafos.
-Ohh no...
-Tranquila Evy –dijo Ringo –Recordá que sólo sos “nuestra asistente”. No pasará nada.
Lo miró, tenía mucho temor y nervios. Ringo estacionó el coche y la ayudó a bajar.
-Estás muy linda.
-Gracias...
Los demás ya habían bajado se sus autos y juntos, esquivando los flashes, entraron a un gran salón, llenísimo de gente. John la tomó de la mano y comenzó a presentarle a todos. Si bien a muchos ya conocía gracias a su trabajo, ahora hasta podia verlos distintos, mas distendidos y relajados.
-¿Para qué trajiste a tu asistente? –ambos se dieron vuelta y vieron a Mick Jagger sonriéndoles con una copa en su mano.
-Ey Mick -saludó John –La traje porque aparte de asistente, es amiga.
-Ahh que bien ¿Y cómo te llamás linda?
-Se llama Eva Victoria. Después nos vemos Mick, tengo que seguir saludando gente –John casi la arrastró, y se la llevó.
-¿John, ¿qué hacés?
-No me gusta que te salgan con “Hola linda” “¿Como te llamás linda?”.
-¡Pero si sólo me preguntó cómo me llamo! Tus actitudes pueden hacerlos sospechar.
-Los conozco demasiado bien. Y sabés que soy un enfermo de los celos.
Resopló, y se dejó guiar por él hasta una de las barras. Ringo se apareció con Keith Moon y comenzaron a charlar entre todos, hasta que Paul la sacó a bailar.
-¿Lo hago bien? –preguntó.
-No Paul, sos pésimo. Un tronco. –respondió riendo.
-Pero por lo menos soy lindo.
-Qué ego tenés, dejá de decirte lindo.
-Tenés razón, acá la única linda sos vos –se acercó a ella para besarla, pero lo separó con la mano.
-Ey Paul, recordá donde estamos.
-Uff, perdón, fue un impulso. Mejor no sigamos solos, porque meteré la pata. Te voy a presentar  a The Kinks.
Asintió y lo siguió hasta una mesa donde estaba uno de sus grupos favoritos. Se podría decir que estaba hasta emocionada por conocerlos.
-Bueno, éstos son los que te gustan –dijo Paul, riendo junto con la banda.
-Un gusto chicos –saludó.
-Sentate –Dave Davies le señaló una silla junto a él.
-Ella es nuestra asistente –aclaró Paul, para luego comenzar a charlar con Mick Avory.
-¿Cómo te llamás? –preguntó Dave.
-Eva.
-Vaya, lindo nombre. Es corto, pero lindo. Tienen suerte los Beatles de tener una asistente tan bonita.
-Bueno...gracias...
-¿Así que te gustamos?
-Si, me encantan, tengo todos sus discos.
-¿Y no te gustaría cambiar de banda? Estamos necesitando asistente
-Jaja, no gracias, con los chicos estoy bien.
-Mmm.....bueno, pero siempre se puede pensar en un cambio, ¿no? –sintió como Dave apoyaba su brazo en el respaldo de su silla, como si la quisiera abrazar. Miró a Paul, estaba muy entretenido charlando y tomando con los demás.
Miró hacia donde estaba John, y se sorprendió: junto a él estaba Bob Dylan, otro de sus mas admirados.
-Perdón, tengo que irme –prácticamente se zafó del brazo de Dave y caminó hacia John.
-Bob, ella es Eva –John la presentó cuando la vio acercarse.
-Hola Eva, ¿cómo estás?
-Bien Bob.
Reanudaron la conversación, pero como Eva no sabía de qué iba, no pudo unirse. Sólo  los escuchó, y con eso le alcanzaba, ya que ambos tenían una filosofía de vida que la impactaba. En un momento miró atrás y se petrificó: George y una pelirroja, charlando demasiado juntos. Sintió como los celos se apoderaban de ella, tuvo el impulso de ir y darle un empujón a esa mujer para sacarla de allí. Pero se contuvo al recordar dónde estaba. No podía interferir. Se alejó de John y Dylan, y pidió un trago en la barra. Se sentía ya un poco mareada, pero no le importó. Se sentó a tomar, y a mirar desde allí a George. Si no podía hacer nada, por lo menos lo vigilaría.
Hasta ella llegó un olor que reconoció enseguida. Marihuana. Había llegado la hora en la que todos dejaban los cigarrillos comunes por otros, el alcohol solo, para mezclarlo con pastillas, y algunos se retiraban a un lugar apartado para comenzar un viaje lisérgico.
-Sos la asistente de The Beatles, ¿no? –levantó la vista y vio nada menos que a Pete Townshend.
-Si....
-¿Y qué hacés acá sola? Por lo menos tomá esto –le dio un porro ya encendido, y le dejó un par de pastillas en la mano.
-Gracias –sonrió.
-De nada –como vino, se fue; y ella comenzó a fumar con tranquilidad, pero dejó las pastillas sobre la mesa.
-Hola Eva
-Ah, hola Dave.
-¿Qué hacés sola? Ahhh....ya veo –miró hacia donde ella tenía clavada la vista –Parece que Harrison consiguió una chica.
-Así parece –trató de disimular su enojo, pero le costaba.
-¿Querés bailar?
-No, estoy cansada, gracias. Hoy fue un día largo.
-Entiendo....¡Ey! ¿Y esas pastillas?
-Me las dio Pete Townshend.
-Son buenísimas, pero tomá sólo una.
-¿Pero qué son?
-No lo sé, pero son buenas.
-Eva, ¿por qué no venís conmigo? –miró a su izquierda y se encontró a Ringo –Estamos haciendo una especie de “competencia” –Eva lo miró mejor y sonrió. John no era el único enfermo de los celos.
-Está bien –se puso de pie y lo siguió –No estés celoso.
-Es que lo estoy. Y mucho. Podríamos decir que muchísimo. Y no me provoques porque no respondo de mi.
Sonrió y se sentó junto a él, en una mesa donde estaban los Who. La “competencia” era quién tomaba mas rápido un vaso de lo que sea. Se unió, pero los hombres eran demasiado rápidos.
-¿Puedo sumarme a esta noble causa?
-¡George! –exclamó Ringo –Claro que si, vení.
George se sentó al lado de Eva.
-¿Ya te aburriste de la pelirroja? –le dijo al  oído, aprovechando que no los estaban mirando.
-Sólo es una amiga
-Siempre dicen eso....
-¿Pensás que te dejaría? Vamos, no seas así..
-No lo puedo evitar.
-No pasa nada –le apretó la mano por debajo de la mesa.

Dos horas después, la fiesta era un descontrol. Y no sólo la fiesta, Eva también. La “competencia” le estaba pasando factura, ya que no paraba de reír, decir incoherencias, y sentirse mareada. Aún así, se la estaba pasando en grande.
-Evy....-Ringo prácticamente se tiró sobre ella, para besarla.
-¡Ringo! –a pesar de lo borracha, aún estaba conciente que allí sólo era “la asistente”.
-Todos están dormidos, y los que no, están demasiado drogados o borrachos –otra vez, intentó besarla, pero ella lo apartó.
-No, igualmente es un riesgo.
El se puso de pie, y casi la obligó a ella a hacerlo. Como pudo, lo siguió hasta un rincón oscuro, cerca de la entrada del salón. Allí la arrinconó contra la pared, para besarla casi con desesperación.
-Rin....Ringo....acá no –dijo apenas.
Él le sonrió con picardía, y le dio un beso rápido.
-Elegí: en mi auto o en el jardín.
Le sonrió, traviesa, y lo atrajo hacia ella agarrándolo de la corbata.
-En el jardín.

 *--*-*-*-*-*-*-*
Hola!!! acá volví, les recomiendo que escuchen el tema que le da título al capitulo: