lunes, 23 de enero de 2012

Capitulo 33 Lágrimas y Sonrisas

Eva entró al bar y se sorprendió al ver a Jenny sentada en una de las mesas, abrazada, cuando no, a un vaso con bebida. Pero lo que mas la sorprendió fue que al parecer estaba muy entusiasmada charlando con Patrick.

-Vaya que vas rápido Jenny Cooke –se dijo a sí misma, mientras esbozaba una sonrisa

-¡Eva! –Patrick agitaba su mano, saludandola y ella se acercó- Te invito a tomar algo

-Ok, traé lo que quieras

El chico se levantó y se encaminó hacia la barra para pedir los tragos. Eva aprovechó para hablar con su amiga

-Te estás entendiendo bien con él, eh

-¡No seas tonta! –fingió enojarse- Es simpático y no voy a negarte que también es lindo, por lo menos me hizo reír un poco, hoy no fue un buen día.

-¿Joseph?

-Si....terminamos

-¿Qué?

-Si. Le dije que así no puedo seguir. Yo lo quiero....bueno, quizás no tanto como antes, me hizo muchas cosas que “desgastaron” mi amor

-¿Y él qué te dijo?

-Nada. Bueno, si. Me insultó de arriba abajo y se fue dando un portazo, como siempre.

-Acá están sus pedidos, señoritas –Patrick volvió, risueño, y las chicas fingieron una sonrisita.

-Chicos, los dejo, me toca subir –anunció Eva

Subió y comenzó a cantar. Decidió aprovechar que Jenny y Patrick charlaban demasiado cerca para cantarles algo medio romántico, así que se lució con “And I love her”, y de paso recordaba a su Paul. Jenny se dio cuenta, ya que Eva, mientras cantaba, los miraba pícara. Cuando terminó su turno, seguía Patrick y su banda, así que se sentó junto con Jenny.

-Lo hiciste a propósito, te odio –se quejó Jenny, mientras Eva no contenía la risa

-Es que se ven tan lindos juntos...

-¿Si? Mirá vos...Igual no quiero nada con nadie

-No seas así, parece buen chico

-Si, a mi también me parece bueno, y la verdad es que me dijo que soy linda –dijo haciendose la coqueta

-¡Jen, que arrastre tenés!

-Eva –Bill se había acercado a ellas- disculpá que te interrumpa, acá está tu paga –le entregó un sobre

-Gracias Bill ¿seguro que me perdonás?

-¡Si mujer, ya te dije que si!

Cuando la banda de Patrick finalizó su actuación, Eva se retiró, mas que nada para dejar a Jenny a solas con él. Llegó a su casa y abrió el sobre, para luego contar todo el dinero que tenía guardado en una pequeña caja celeste. Si, llegaba y además le sobraba para comprarle la guitarra a Dante, la semana siguiente era su cumpleaños.


El lunes, Eva caminaba apurada hacia su trabajo. Se habia dormido después de un domingo de locos junto a sus cuatros amores y para completarla, se habia quedado hasta tarde jugando con Dante a los autitos. Al llegar a la puerta del edificio, dos hombres muy bien vestidos se le acercaron.

-¿Sheels? ¿Eva Sheels? –preguntó uno

-Si...-respondió algo desconfiada

-¿Qué tal? Somos de la revista Rock Magazine. Queríamos hablar con vos.

-Verás –continuó el otro- nuestra revista hace poco que se lanzó y estamos buscando los mejores profesionales para ella.

Sabía de qué se trataba. Era la dura competencia que le habia surgido a la revista de Joseph, y muchas veces lo habia escuchado furioso por eso. Tenía una enorme popularidad, principalmente entre los jóvenes y la novedad era que sólo se dedicaba al rock.

-Sabemos que sos fotógrafa, pero que aquí también trabajas como una especie de periodista musical

-Si, algo así. Digamos que solo hago la columna de rock

-Nosotros queremos ofrecerte trabajo en nuestra revista. No sólo tendrás un mejor sueldo, sino que sólo harás un solo trabajo: serás fotógrafa.

La oferta no era nada despreciable. En la revista de Joseph hacía las dos cosas porque no le quedaba otra, pero su pasión eran las fotos. Y si además le ofrecían un mejor sueldo....

-Mmm....no sé –respondió

-Pensalo. Pensalo todo el tiempo que quieras. Estaremos muy contentos si aceptás. Te dejamos nuestras tarjetas para que nos llames –cada uno le entregó su tarjeta y se sorprendió, ya que eran los mismísimos director y subdirector de la revista.

Tenía ganas de aceptar ese trabajo, no sólo haría lo que le gustaba, sino que ganaría mas dinero y prestigio. Pero tampoco quería dejar su viejo trabajo abandonando a Jenny, mas en el momento en el que estaba.

-Te ofrecieron trabajo ¿no? –preguntó Jenny ni bien la vio

-¿Cómo sabés?

-Vinieron mas temprano preguntando por vos. Me imagino que vas a aceptar

-No sé...

-Ah, pero vos sos una pelotuda con todas las letras ¿cómo no vas a aceptar? Muchos mueren por entrar ahí y mirá, a cualquiera no lo vienen a buscar el director y el subdirector. No me mires así. –dijo al ver el rostro sorprendido de Eva- Yo lo sé todo, desde hace rato que sé que esos son los directivos. Aceptá, no seas boba.

-Pero Jenny....no quiero dejarte

-¿Eh? ¿Estás rechazando ese ofertón por mi? Vamos Eva, ni que fuera tu novia para que me digas eso....

-Jen, tenés un lío bárbaro y aparte....te voy a extrañar

-Yo no me voy a ofender ni voy a dejar de ser tu amiga porque te vas, al contrario, me haría muy feliz ver que progresas.

-¡Jenny! –la voz de Joseph resonó y Jenny se mordió el labio en un gesto de preocupación. Dejó a Eva y se dirigió a la oficina.

Eva se sentó en su escritorio. Joseph siempre habia sido bueno con ella, es mas, gracias a él, conoció a los chicos, le daba pena dejarlo asi. Pero con Jenny últimamente no se estaba portando bien. Lo comprobó una vez mas, cuando vio que su amiga salía llorando desesperadamente de la oficina y se metía en el baño. La siguió, y ubicó el cubículo donde estaba.

-Jenny –golpeó suavemente la puerta- ¿Qué pasó? ¿Por qué estás asi?

-Dejame Eva, dejame sola, depués te cuento.

El resto de la jornada transcurrió extraña, Jenny no quiso decir qué era lo que le pasaba. Cuando salieron, Eva la acompañó hasta su departamento y ya estaban allí cuando no aguantó mas y le preguntó nuevamente qué habia ocurrido.

-Verás Eva...-dijo Jenny, mientras se le humedecían los ojos- aceptá el trabajo. No pienses que me abandonarás, porque no será así. Si no aceptás, la que te abandonará seré yo.

-No te entiendo...

-Joseph me hechó.

No podía creer lo que escuchaba. Joseph no parecía tan hijo de puta.

-Porque terminaste todo...

-Si. Dijo que si no hay nada entre nosotros, tampoco habrá trabajo. Creo que lo dijo para asustarme y que yo le pidiera de volver juntos, pero yo no quiero. Y como no quiero, no tengo mas trabajo. La semana que viene será la última. Estoy en la calle...-comenzó a llorar otra vez y Eva la abrazó. Ahí se le ocurrió una idea.

-Creo que sé cómo solucionarlo. Vos dejame a mí.


Al día siguiente, almorzaba con los chicos y aprovechó para contarles sobre su oferta de trabajo.

-¡Aceptá! –gritó John con un tenedor en la mano

-No, no aceptes –contradijo George

-¿Por qué no querés que aceptes? –preguntó Paul- Es un buen trabajo....

-Porque no quiero

-Uy, ya se puso caprichoso

-Callate Lennon

-Georgie ¿por qué no querés que trabaje?

-Porque así tenés mas tiempo para nosotros

-Ay, el benjamín de la casa extraña a mamá –rió John

-Te dije que te calles

-Chicos, chicos, tranquilos –intervino Eva- George....no quiero dejar de trabajar, aunque claro, me encantaría pasar mas tiempo con ustedes, yo también los extraño cuando no los veo

-Pero es lo mismo –dijo Ringo, que habia estado muy callado- Si dejaras de trabajar, tampoco podríamos vernos mucho, porque nosotros siempre estamos ocupados. Mejor dejemos las cosas como están.

-¿Ves George? –lo abrazó- Igual no nos podríamos ver.....aunque me gusta que quieras pasar mas tiempo conmigo

-¿Y quién no? –rió él, antes de darle un beso.

Esa misma tarde, luego de salir del trabajo, Eva se encaminó hacia Rock Magazine. Era un poco tarde ya, pero quizás la atenderían. El edificio estaba en pleno centro y era imponente. Entró y una recepcionista le pidió sus datos antes de indicarle la oficina del director. Subió en ascensor y el hombre ya estaba esperándola.

-Eva, pasá, pasá –la hizo entrar a la moderna oficina- Sentate. ¿Querés café, té, jugo? También tengo whisky.

-Ehhh....jugo.

-¿Galletitas? ¿Fumás? –el hombre parecía desesperado por atenderla y eso le causó gracia

-No, gracias, con el jugo estoy bien.

Justó entró el subdirector y se sorprendió de verla allí.

-¡Eva! ¡Qué bueno que viniste! ¿Ya le ofreciste algo para que tome? –dijo dirigiéndose al director

-Si, si –ambos se sentaron frente al escritorio, mirandola expectantes

-Bien....decinos en qué podemos ayudarte.

-Bueno....básicamente....-quería hacerse la interesante, sólo para intrigarlos mas- ....estuve pensando y...si, acepto el trabajo.

Abrieron los ojos como platos.

-¡Qué bueno!

-¡Muchas gracias!

-¡ya mismo hago tu contrato!

-¿Cuándo querés empezar?

-Esperen, esperen –trató de frenar un poco la algarabía –acepto...pero con una condición.

-La que quieras

-Si querés un escritorio rosa, lo tendrás

-No, no –rió- Verán...tengo una amiga, trabaja conmigo y hoy la despidieron. Por motivos que nada tienen que ver con el trabajo.

-Decile que venga cuando quiera, la tomamos.

-¡Pero si no saben ni qué es lo que sabe hacer!

-A ver, Eva, te explicamos: buscamos empleados, pero si encontramos gente que fue despedida de otras revistas, mejor. Eso es competencia, ¿entendés?

-Si, creo...

-Bien, decile a tu amiga que venga con vos a traer el currículum. La vamos a estar esperando.

martes, 10 de enero de 2012

Capitulo 32 Beautiful Stranger

Eva entreabrió los ojos y sintió que Ringo jugueteaba con un mechón de su pelo. Se abrazó mas a él, le gustaba estar así, sentir su calor. Cualquiera diría que lo de la noche anterior habia sido igual a lo de la noche del sábado, simplemente se había acostado con un tipo. Pero para ella era totalmente distinto.

-Mierda –pensó- ¿será que nunca podré decidirme? Pensaba que por lo que habia pasado con Paul preferiría a el, pero ahora....también me quiero quedar con Ringo....basta Eva, viví el presente y listo.

-Evy....¿ya despertaste? –preguntó Ringo suavemente

-Si! –dijo incorporándose alegre y dándole un beso

-Te amo muñeca ¿Que te parece si vamos a desayunar? Al final anoche no comimos la gran cena que me maté preparando –ahí recordó que sus amigos seguramente habian vuelto y podrían estar durmiendo o, lo que era peor, dando vueltas por la casa

-¿Qué pasa? –preguntó Eva, que notó su preocupación

-Los chicos....

-Uhh....un momento ¿qué hora es?

-Las 7 –respondió mientras daba un bostezo

-¿¿¿Qué??? ¿¿¿Las 7??? ¡¡¡Tengo que ir al trabajo!!! –se sentó en la cama mientras buscaba desesperada su ropa desperdigada por toda la habitación y Ringo la miraba, divertido

-Voy a ver si están en casa –dijo levantandose

Espió por la puerta, pero se escuchaba nada, bajó las escaleras pero tampoco, ni signos de desorden ni nada parecido, todo tal cual lo habia dejado en la noche. Miró en las habitaciones y nada.

-No hay nadie –dijo ya nuevamente en su habitación. Eva suspiró aliviada- John y George deben andar borrachos por ahi, y Paul quien sabe donde está

Pese a que en ese momento estaba ahi con el, no pudo reprimir un gesto de enojo, al saber que “sus otros tres” andarían aún de jarana por cualquier lado.

-¿A qué hora entrás a trabajar? –preguntó el, que se habia dado cuenta del gesto de ella, pero no le dio importancia

-Ocho y media

-Ahhh....¡tenés tiempo! Yo te llevo, no te preocupes. Preparo el desayuno, si querés bañate.

Diez minutos después, Eva le daba un gran abrazo y un beso mientras él le servía el desayuno.

-Mmmm....¡esto huele rico! –dijo mientras comía una tostada- café con leche, mi preferido

-¡Viste que yo sé todo!

Dijeron algunas tonterías mas, mientras comían, y se reian de sus caras de dormidos.

-¿Vas a seguir trabajando en el bar? –preguntó Ringo cuando se hizo un rato de silencio

-Si....bah, no sé. ¿Por qué la pregunta?

-Es que no entiendo porqué empezaste ahí, y además justo trabajás viernes y sábados, los días que podríamos vernos tranquilos, o verte con los chicos....

-Empezé para distraerme, para sacármelos de la cabeza a ustedes. A la vista están los resultados –rió

-Tendrías que dejar todo tus trabajos, así tenés mas tiempo

-Claro, y vivo de comer aire

-Jajaja, no, ¿para qué estamos nosotros?

-Mantenida jamás –dijo con una sonrisa, pero con firmeza- Voy a pensarlo mejor a lo del bar, porque la verdad es que termino la semana agotada y encima tener que estar levantada casi toda la noche, y ya empieza esta época en la que la garganta no me acompaña, me pongo afónica enseguida. Y con la próxima paga llego para comprar la guitarra para Dante.

-¿El nene que vive en tu casa?

-Si, ¿como sabes?

-Me dijo George, dijo que es precioso

-Si, es muy vivo. ¡Uy, que tarde!


Ringo la llevó hasta el trabajo y después de una despedida interminable, por fin entró al edificio. El muchacho le encantaba, lo quería con locura, era tan tierno y dulce....

-¡EVA!

-Jenny ¿que pasa?

-¡Te estaba hablando mujer! ¡Parecés que estuvieras volando! Ah, ya recordé porqué....¿que tal tu noche?

-Maravillosa –dijo soltando un suspiro

-Maldita, no sabés cuanto te envidio. Pero igual te aviso que llegaste tarde.

-¿Como? Si son las Ocho y med....-miró el reloj de la entrada y vio que ya eran las nueve y unos minutos. Ahí comprendió la carita de travieso de Ringo cuando ella entró a la cocina y lo sorprendió “acomodando el reloj” de la cocina, según dijo él. Lo habia atrasado.

-Eva ¿me estás escuchando? –Jenny trataba de que su amiga bajara de la nube de colores donde parecía flotar

-¿Eh? ¿Si? ¿Que pasa?

-Sacate esa sonrisa tonta.

-¿Que pasa?

-Nada. Dejalo así. Veo que estás muy enamorada.

-¡Ay si Jenny! ¡Son tan lindos!

-¿Cual es mejor, Paul o Ringo? y no me mires asi, sabes a lo que me refiero.

-No tienen puntos de comparación, son totalmente distintos ¡pero tan hermosos, tan dulces, tan román...

-¿Pueden callarse las dos? –Margaret las miraba con fastidio.

-Perdón Margaret –alcanzó a decir Eva y se sentó en su escritorio.


La semana pasó sin sobresaltos. El trabajo igual que siempre, con algún que otro encontronazo con Margaret, siempre fastidiada por las conversaciones entre las chicas y la pesadez del “estúpido” que siempre revoloteaba demasiado cerca de Eva. Los chicos vivían llamandola por teléfono a todos lados, ya sea en su casa, o en el trabajo. En las noches continuaba con sus clases a Dante, que avanzaba muy rápido, tanto en tocar la guitarra como en sacar conclusiones sobre quien era “el novio” de Eva, porque ya habia deducido que tenía. Pero lo que la preocupaba era Jenny, parecia la misma Jenny de siempre, no obstante algo ocultaba, seguramente su situación con Joseph, a quien no habia mencionado en toda la semana y Eva temía sacarle el tema.

El viernes por la noche, esperaba que el bar comenzara a llenarse de gente para cantar. Mientras, podría hablar con Bill y comunicarle su decisión.

-Bill ¿puedo hablar con vos?

-Un momento, antes quiero darte una noticia: ¡comenzarán a trabajar dos bandas! Las contraté ayer, son muy buenos.

Vio que Bill estaba muy entusiasmado y no se animaba a hablarle

-¿Y qué tenías para decirme?

-No, nada Bill

-¿Como que nada? Vanos chica, ¿que pasó?

-Es que...no sé como decirtelo, no me lo perdonarás. Me ayudaste mucho cuando entré acá y ahora....

-¿Querés irte?

-Si. ¡Pero no me voy a otro lado, eh! Solo que ya no voy a cantar mas. Perdoname.

-Eva, no hay qué perdonar. Decís que te ayudé, pero vos también me ayudaste a mi, fuiste la primera que se animó a cantar acá y a hacer este lugar un poco mas entretenido para que viniera la gente, y lo conseguiste. No me pidas perdón, es tu decisión. Pero no hace falta que te diga que cuando tengas ganas de volver a rascar la guitarra y pegarte unos gritos, las puertas estarán abiertas para vos.

-Gracias Bill, de verdad, sos muy bueno. Gracias por todo.

-¿Cuando será tu última actuación? Asi ya voy avisando...

-La semana que viene ¿te parece?

-Como quieras. Ahora podes ir preparándote, ya hay bastante gente.

Dio una mirada al pequeño local y vio sentada a Jenny en una de las mesas.

-¡Jenny! ¡Que raro vos por acá!

-Ora vez discutí -respondió amargamente

-Amiga...

-En realidad no discutí, pasó lo que siempre pasa: yo quiero hablar y él se va pegando un portazo –hasta ese momento habia hablado con dureza, pero se quedó en silencio unos instantes y con la mirada gacha. Luego levantó la vista y Eva vio sus ojos húmedos- estoy tan cansada de esto...

Eva la abrazó, y Jenny descargó algunas lágrimas.

-Tranquila, pronto acabará

-Si, si me decido a terminar...ahora –dijo secándose los ojos y volviendo a su habitual alegría -¡quiero tomar algo fuerte! ¡Hay que ahogar las penas!

-¡Yo te invito! ¿Cerveza, ajenjo, vino....?

-Nada de esas pavadas. Whisky con vodka.

Eva pidió en la barra lo que Jenny quería cuando vio que Bill la llamaba desde el costado del escenario.

-¿Que pasa? –dijo al acercarse

-Eva, el es Patrick, el líder de una de las bandas que contraté

Vio a un muchacho alto, rubio y simpático.

-Hola Patrick, un gusto

-¿Como estas Eva? Estamos acá gracias a vos, porque comenzamos a venir a este bar para escucharte. Me dijo Bill que te vas, es una lástima

-Si, pero las cosas son así, son etapas

-¡Eva me dijiste que me invitabas y no pagaste mi trago, el mozo está reclamándome! –Jenny se apareció, interrumpiendo la amable conversación con cara de fastidio

-Ahora lo pago, no te pongas asi....-respondió la chica con pocas ganas- te presento a Patrick, es de una de las bandas que tocará ahora

-Hola Patrick, soy Jenny –se presentó, ya con otro semblante y con un tono de voz mucho mas suave

-¿Que tal, Jenny? –dijo sonriendole

-Bien, muy bien

-Si me disculpan –dijo Eva- tengo que subir a cantar, nos vemos después

-¡Ey, mi trago!

-Uff..., ahí tenés –le arrojó su billetera, que Jenny abrió impaciente, como un niño pequeño, mientras Patrick se reía

Comenzó a cantar “Cotton Fields” de Creedence. Desde allí, vio que Jenny y Patrick charlaban y reían al pie del escenario. Quizás era demasiado rápido para hacer predicciones, pero algo le decía que esos dos se entenderían. Y muy bien.