sábado, 17 de agosto de 2013

Capitulo 60 La Última Noche

Luego de ver sólo oscuridad apareció la luz. Sintió sus párpados pesados, y con gran esfuerzo los abrió. Vio a George y a Ringo inclinados hacia ella, con cara de preocupación.
-Creo que tendríamos que llamar a Paul. –dijo Ringo.
-No, ¿para qué?
-No sé...Bueno, a una ambulancia.
-No hace falta –dijo ella con voz débil –Me siento mejor, aunque no sé qué me pasó.
-Te desmayaste –informó George.
-Todo por tu culpa.
-Ringo, basta.
-Ya, ya recuerdo porqué era, pero...George decime que no es verdad.
Suspiró, negando con la cabeza.
-Lo siento. Es todo lo que puedo decirte.
-No seas bruto, Harrison.
-¡No te metas!
-¡Decíselo otro día, mirá lo que le hiciste!
-No puedo, tenía que decírselo hoy, no podía aguantar más.
-Ah claro, el señor no puede aguantar, ¿y ella sí? ¡Sos un egocéntrico! ¡Me defraudaste George, pensé que eras mejor persona!
-¡No es asunto tuyo, no me critiques, a vos te va a pasar lo mismo!
-¡Cállense los dos!
George miró a Eva, que a su vez los miraba con furia. Se dio cuenta, lleno de culpa, de lo que acababa de decir delante de ella.
-Perdón...-dijeron al unísono, mirando el suelo.
-¿No tienen otro momento para pelear? –como pudo, se incorporó. Sentía furia y rencor.
-Eva, yo...
-Eva nada. ¿Te vas con otra? Pues buena suerte y que te dure.
-Pará, pará...
-No paro nada ¿Quién es? ¿Cómo se llama?
-Pattie.
-Debe ser otra rubia, ¿no es así?
-Sí, es rubia.
-Qué bien, de a poco se van contagiando. Vamos, vayan yéndose y déjenme tirada. Creo que la pasaron bien mientras me usaron.
-Eva,  a mí no me incluyas, yo...-Ringo se acercó a ella y quiso sentarse en el sofá.
-¡No me toques! ¡No quiero ver  a ninguno de ustedes! ¡Déjenme todos de una vez y terminemos con esto!
No pudo contenerse mas y rompió en un llanto desesperado, propio de alguien desamparado y ya sin esperanzas.
-Perdón Eva, yo te sigo queriendo, lo que pasa...
-Basta George, si me quisieras no me dejarías. Andate con la Pattie esa o como se llame.
-Pero...
-Dejame sola.
-Eva...
-Por favor George, dejame sola, te lo pido por lo que más quieras...
Le dio un beso en la frente y salió de la casa. Enseguida se escuchó el ruido del motor de su auto, saliendo a toda velocidad.



-¿Así que pasó todo eso? –John, cruzado de brazos, apoyado en el marco de la puerta, miraba a George y a Ringo.
-John, tenía que decírselo.
-Entiendo. ¿Ahora quién seguirá? ¿Ringo? ¿Yo? ¡Qué mierda es todo esto!
-Buen día. –por su voz, no parecía justamente un deseo. Eva entró  a la cocina, aún con la ropa del día anterior, con el maquillaje corrido y completamente despeinada.
-Ya está el café –anunció Ringo, tendiéndole una taza.
-¿Está bien fuerte?
-Algo.
-En fin...-suspirando y mirando el suelo, comenzó a tomarlo.
-Eh...yo me voy...-todos vieron como George salía prácticamente huyendo.
-Eva, tenés que entenderlo –John se acercó a ella  y la tomó de los brazos con suavidad. Sin embargo, ella se zafó.
-Estoy tratando de entenderlo, pero...la culpa es mía.
-No, no digas eso, vos no tenés la culpa de nada.
Ringo se dio cuenta de que Eva ni siquiera lo estaba escuchando. La chica tomó aire y apartando a los dos, salió con paso lento hacia el baño.


-Es la primera vez que venís a verme.
George se encogió de hombros, desviando la vista de Paul.
-Ni sé porqué vine, pero el tema es que....le dije todo a Eva.
-Ya, me puedo imaginar a qué te referís.
-Cuando lo hiciste vos, te odié. Ahora te entiendo perfectamente.
-Lo importante es que te vayas rápido, sino todo se complica. Bueno, ya sabés todo lo que pasó. ¿Te vas a casar?
-No sé, primero viviré con Pattie un tiempo.  A veces ni sé si la quiero.
-Entonces estás mal de verdad.
-¿Lo tuyo con Linda cómo va?
-Perfecto. Todavía no es seguro, pero quizás esté embarazada.
-Oh.
George no sabía muy qué decir en esos casos, y más en uno especial como  ese. Lo que sí sabía, era que no le diría nada a nadie.



Giró el grifo y el agua helada comenzó a caer. Fue quitándose la ropa y dejándola en un rincón. Se miró, desnuda, en el enorme espejo que había y se dio desde lástima hasta miedo. Parecía que había cumplido treinta años más de golpe. Se metió bajo el agua y trató de olvidar todo tiritando. Recordó a su madre y a sus palabras la última vez que la vio: “Yo no parí a una puta”. Tenía razón, ella era eso, y se había arruinado la vida. Ahora sólo era lo que veía en el espejo, lo que quedaba de la antigua Eva.
La solución que tenía era irse de allí, volver con su madre y olvidar que alguna vez fue quien era. Pero dejar a John y a Ringo..sabía que ellos la querían y no quería dejarlos porque estaba dolida por el desamor de los otros dos. Era que pagaran justos por pecadores y eso no era bueno para nadie.
Salió de la ducha temblando y comenzó a secarse. Otra vez se miró en el espejo y se dijo a sí  misma que dejaría de tenerse pena y que volvería a ser como antes, no sólo por John y Ringo sino por ella misma.




Pattie miraba expectante a George. El chico estaba dando muchos rodeos y eso la hacía impacientarse aún más.
-Vamos George, ¿qué pasa? –preguntó al fin.
-Está bien, dejaré de dar vueltas, de todos modos no sirve de nada –contestó suspirando.
Pattie se cruzó de brazos, y lo miró tratando de adivinar qué pasaba, mientras George buscaba las palabras en silencio. Al fin la miró, con su mirada penetrante y profunda.
-Le dije todo a Eva. Ya lo sabe, y se lo ha tomado mal, como era de esperarse. Pero ya está, y ahora quiero vivir con vos. Si querés podemos ir  ahora mismo a buscar departamento.
-Pará, pará....George, todo esto es muy rápido.
-¿Rápido? ¿Cuanto hace que estamos saliendo, que querías que tomara una decisión? Pensé que ahora estarías aliviada...
-Es que lo estoy, pero no sé, igual parece precipitado...No me hagas caso.
George sonrió y se acercó para besarla.
-¿Querés que salgamos a ver departamentos o te gustaría pasear?
-Mejor vamos a pasear, mañana buscamos.
-¿Ésta noche puedo dormir acá?
-Claro que sí, amor.
-Ya quiero terminar con esto de una vez.


Pese a que estaba sola en su habitación, se había arreglado como para salir, maquillando hasta sus ojeras. Se tiró en la cama a leer una novela que hacía poco había salido a la venta y que estaba teniendo un éxito rotundo. Era muy buena y la hacía olvidar de sus problemas para ocuparse de los problemas de los personajes.
Había leído dos capítulos cuando escuchó golpecitos en la puerta.
-Soy yo. –escuchó la voz de Ringo.
-¿Y quién es yo? –rió –Pasá.
Ringo entró con una taza blanca, humeante.
-Dijiste que no vas a cenar y eso no puede ser. Te traje caldo.
-No estoy enferma.
-No me importa, estás flaca y aunque sea esto tenés que tomar. –le dió la taza y se acostó a su lado -¿Y esto?
-Una novela. Cuando la termine te la paso , está muy buena. Mucha sangre.
-Uy, me gustan ésas. Voy a leer el primer capítulo.
Ringo comenzó a leer mientras ella tomaba el caldo y lo miraba sonriendo al ver su cara de concentración.
-Ya me ha enganchado. –dijo cuando terminó de leer.
-¿Ves? Es buena. Me falta poco para terminarla.
-Ni se te ocurra contarme el final.
-Ay claro que no.
-Bien, te dejo en companía del caldo y de la sangre del libro. Me voy a dormir.
-¿No querés quedarte?
-Uy, tu propuesta me gusta, pero no, estoy molido.
-Como quieras, que duermas bien. –le dio un beso y observó como Ringo se iba arrastrando los pies.
Terminó su caldo, pensando y dándole vueltas a todo el lío en el que se había metido. Pese a todo, si le volvieran a ofrecer vivir lo mismo, lo elegiría con los ojos cerrados. Si ponía en la balanza las cosas buenas y malas, había más motivos para sonreír. Pero aunque lo malo fuera poco, era muy doloroso y pesaba más. Suspiró, dejó la taza en la mesita de noche y se quitó la ropa para vestirse con el pijama. Se metió en la cama y continuó leyendo. Sin darse cuenta, inmersa en la lectura, pasaron casi dos horas, y el reloj marcaba las dos de la mañana, cuando oyó pasos en el corredor. Trató de escuchar, pero volvió a la lectura, pensando que sería John o Ringo que andaban todavía dando vueltas por la casa en vez de dormir.
Unos minutos después, escuchó que alguien golpeaba la puerta. Cerró el libro y se levantó apurada sin siquiera calzarse. Abrió la puerta tiritando de frío, y se encontró con la mirada de George.
-Ah, George...Ya te vas, ¿no?
-Algo así...-respondió. También temblaba, pero de nervios –Yo....te pido perdón. Me siento una mierda y sé que te estoy lastimando, pero...
-Sí, sí, tenés que irte. –completó exasperada. –No quiero más explicaciones, son todas iguales.
-No te e....Bah, es una estupidez pedirte que no te enojes, estás en todo tu derecho.
-Ojalá algún día te odie.
-No seas tan dura....
-Es la única forma de que deje de quererte –con lentitud, le acarició el rostro. No podía evitar desarmarse ante el él. –Andate por favor.
-Perdoname por todo esto. –lejos de irse, George se acercó a ella y la besó con pasión.
Trató de resistirse, pero fue inútil. Mas que nunca quería estar con él, sentirlo por última vez, por mas que después se arrepintiera. Pronto cayeron en la cama, amándose desesperadamente, deseándose con una mezcla de amor, rabia y culpa, despidiéndose y lastimándose más de lo que estaban.


Pronto, para ellos, se hizo de día. Eva vio, a través de sus ojos entrecerrados, como George se vestía apurado, mirando la hora a cada instante. Suspiró y se giró dándole la espalda, apretando los párpados para no sentir la luz del sol, y para detener a las lágrimas que ya caían sobre su almohada. George se inclinó hacia ella, le besó un hombro y le apartó el cabello. Al notar que estaba llorando, le dio un beso en la mejilla, y se fue.


Pasaron dos meses.  Intentar llevarse bien con Pattie, fue inútil. En esos dos meses tuvo que verla cinco veces, y las cinco terminaron con peleas monumentales. En la última le gritó a la cara lo que había pasado con George la noche que se fue. Pattie pareció no inmutarse, pero saberlo le dolió mucho.
Sin embargo, en esos dos meses de guerra, Eva aprendió que así nunca conseguiría nada. Lo había aprendido antes, con Linda, pero al parecer se le había olvido. Quizás, para cuando el último de los Beatles la dejara, aprendería la lección, pensaba con tristeza. Lo cierto era que estaba cansada de pelear, y mas por alguien que, según decía, ya no la quería. Aunque con George siempre tendría dudas.
Si se ponía a pensar, el mismo método había funcionado con Paul: él ya no la quería, ello lo dejó libre, y para esa fecha ya se había olvidado de él. Bueno, eso le hacía creer su mente, porque su corazón aún lo recordaba. Si de algo estaba segura, era  que jamás los dejaría de querer. Quizás el amor amainara, pero nunca desaparecería.
Por eso, aquella tarde de casi primavera, invitó a Pattie a un café. En un lugar público, ambas se cuidarían de hacer escándalos.
Llegó a la hora fijada y se sentó en una mesa alejada. Se encendió un cigarrillo y miró el reloj: Pattie llevaba casi diez minutos de retraso. Bufó fastidiada, y pidió un café.


Estaba llegando casi a la mitad de su café cuando vio entrar a la rubia. No fue necesario llamarla, la chica la ubicó enseguida.
-Lamento el retraso. –dijo sentándose y quitándose la cartera –Tuve que hacer trámites y George fue a...
-Ya, no me cuentes –la interrumpio secamente.-Pedí café, ¿querés uno?
-Bueno, pero con leche. –Eva llamó al camarero y le dio la orden. Pattie sólo la observaba, casi hasta con miedo. Las veces anteriores, Eva le había mostrado que tenía garras y dientes para defender  lo que quería, pese a parecer una chica frágil y triste.
-Te llamé para que arreglemos todo de una vez -dijo Eva. El camarero se acercó con el café de Pattie.
-Ya era necesario eso –contestó la rubia, revolviendo –Eva, yo no quiero estar así con vos. Sos una persona importante en la vida de George.
-No quiero que me hables de George.
-Pero yo sí. –dijo con contundencia –Repito, es necesario. Por él estamos así. Yo no vine a quitártelo, simplemente me enamoré, y no me imaginaba para nada que los rumores sobre vos y ellos eran ciertos. Igual él no tiene la culpa, no creas que lo estoy culpando de todo.
-A veces pienso que la culpa fue mía, y a veces que la culpa no es de nadie. Esto era una aventura y como tal, tenía que acabar. Bien o mal, pero tenía que acabar.
Pattie asintió, y le dio un sorbo a su taza. Sentía la mirada de Eva, y sabía que estaba odiándola. Ella también le había tomado odio, porqeu siempre iba a estar en la vida de George, y por ser una mujer tan fuerte y que inspiraba respeto por todo lo que había vivido, cuando ella se sentía una estúpida.
-Eva, sé que no me podés ni ver, y si te soy sincera, yo tampoco a vos. Sin embargo, te admiro. Es algo muy raro lo que siento por vos, y sé que a Linda le pasa lo mismo.
-Me estoy dando cuenta que mi mayor habilidad es confundir a la gente y por lo tanto, generarle sentimientos encontrados –quiso sonar sarcástica, pero parecía mas triste que otra cosa.
-Tratemos de no pelear mas, sigamos sintiendo lo que sentimos, pero no peleemos.
-Por George.
-Sí, por él.
-Bien, asumo que lo perdí.
-Nunca lo perdiste Eva, nunca.


Regresó a la casa con paso lento, esquivando miradas indiscretas. Sólo tenía que cambiarse y salir nuevamente hacia la casa de Anne, que la había invitado a cenar. Ringo había prometido acompañarla.
Cuando llegó se encontró con que él no estaba, pero sí John...con Paul. Ambos discutían sobre una canción, mirando fijamente un trozo de papel que la letra desprolija de John había llenado de garabatos y tachones.
-Hola. –saludó con una sonrisa forzada, sacándolos del mundo aparte en el que se metían cada vez que componían.
-Hola.- respondieron los dos, naturales.
-¿Ringo?
-Salió a....a buscar no sé qué cosa –dijo John –Pero volverá a tiempo.
-¿Salen? –preguntó Paul, al que se le notaba el esfuerzo para que su pegunta no sonara impertinente.
-Sí, Anne nos invitó a cenar.
-En realidad te invitó a vos, pero el enano se metió.
-John, no es necesario que te diga que vos también podés venir.
John esbozó una sonrisa dulce y negó con la cabeza.
-Gracias, pero me quedaré con mi amado Paul. Tenemos que terminar esto sí o sí.
-Como quieras –se encogió de hombros y se dirigió hacia las escaleras.
-Eva –Paul la llamó y se acercó casi corriendo.
-Si, ¿qué pasa? –respondió ella, solícita.
-Necesito hablar con vos.
-Claro, vení. –fueron hasta la habitación. Notó que Paul estaba nervioso y le sonrió. Por un momento tuvo la tentación  de tocarlo, pero se contuvo. Sabía que si cedía, rompería el delicado equilibrio que había entre ambos.
Paul se aclaró la garganta y la miró. No sabía porqué, pero le parecía verla más linda que antes. Quizás ya hubiera superado todo...
-Te tengo que decir algo, y sé que quizás no te caiga bien, pero no quiero que te enteres por boca de otro.
-Bien, decime, y no te preocupes.
-Linda está embarazada.
Fue como si le echaran un balde de agua fría y sintió que por unos instantes dejaba de respirar. Apretó los labios y luego sonrió ampliamente, tratando así que Paul no notara sus ojos húmedos de repente.
-Bueno...te felicito.
-Lo siento.
-Paul, ¿cómo vas a decir eso? Un hijo es una bendición, tendrías que estar feliz y no con esa cara. Lo pasado, pisado.
-Pero es que vos...
-Nada, olvidate de mí de una vez por todas. Mirá, ya tenés un gran futuro, y con alguien que querés. ¿O no la querés? –se arrepintió enseguida de aquella pregunta, era su crueldad la que había hablado.
Paul miró el suelo, con una media sonrisa, que mas parecía una mueca.
-Claro –fue todo l oque respondió.
-Saludala de mi parte. Y bueno, después me irás contando que tal todo ¿sí?
-Sí, como quieras.
Sonrió apenas y salió de la habitación, siempre con la mirada clavada en el suelo. Recién cuando vio que cerró la puerta, Eva dejó en libertad todo su llanto, su rabia, y su soledad.


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Hola! Después de mucho tiempo, volví con el capitulo 60 (Ya el capitulo 60. O debería decir, recién jaja) Como siempre, les dejo la canción que da título, que es de Diego Torres.

Saludos y hasta luego!!!




3 comentarios:

  1. *OO* ¿qué te digo? ¡Me encanta tu fic! Vivo los sentimientos de la protagonista, todo te lo transmite.

    Ay, ese Paul y ese George. En fin, esperemos que Eva llegue a superarlos.

    Cuídate♥️. Saludos.

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  2. Nena, ya te lo dije ayer cuando acabé de leer el capi, pero nunca está de más recordártelo por si acaso se te olvida o algo, jajaja. Este capi, María, este capi es sublime, redondo, de esos con los que te paras a leerte cada una de las palabras disfrutando de la lectura sin más de tan bien escrito como está (de los que a mí me gusta leer, vamos). Lo que pasa es genial, pero aún más genial creo que es como está transmitido, como eres capaz de hacernos, como dice Ximena en el comentario anterior, sentir como Eva. Esa, y lo sabes (y si no lo sabes yo te lo digo, jajaja) es una de tus mayores habilidades y has de explotarla porque se te da realmente bien. Esa empatía que se siente con tus personajes raramente te la transmiten otros, así que lo dicho, ya lo sabes.
    Y después de cubrirte de glorias y alabanzas, de disparar unas cuantas salvas en tu honor ( http://www.youtube.com/watch?v=pGgQ0UQaNPU ), de contratar a los niños cantores de Viena y a la Filármonica para que te canten en tu honor una pieza de Strauss (el de los pantalones vaqueros Levi's, era ése, no? XD http://www.youtube.com/watch?v=Um-YiNXZlbQ )y de lanzar una de las palmeras más grandes de fuegos artificiales del mundo ( http://www.youtube.com/watch?v=VZ5lwOYqNtw ), pues ya como que paso a comentarte y todo eso. Más que nada porque después de tales honores me he quedado en la ruina más absoluta, hipotecando hasta a mi gata, y ahora debo pedir limosna en la puerta de la iglesia del pueblo... XDDDD
    Jo-der, que capítulo más completito en todos los sentidos. Leñe con este George. Ya decía yo que tal y como se lo dijo y en el momento en el que se lo dijo, esto era para matarlo. Pues normal que la chica se nos haya desmayado. Lo que me extraña es que no le haya dado algo más chungo, porque tiene narices la cosa... Ahora bien, George quería decirlo... Vale, que muy bien, colega, que me parece muyyyy legítimo, pero que oye, hay maneras y maneras, y momentos y momentos. Desde aquí, me gustaría, por cierto, mandar un sutil mensaje para los cuatro Beatles:
    "QUE ME VAIS A MATAR A EVA DE UN PASMO, DESGRACIADOS! Y COMO LA MATÉIS OS MATO YO A VOSOTROS!!!! (vale, vale, lo reconozco tal vez dejara un solo superviviente... ejem, ejem)"

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  3. Dado mi gran mensaje, sigo con lo mío. Espero que surta efecto o me voy a vestir de mensajera y empezar a repartir (y no serán paquetes y cartas, precisamente, jajaja). Lo de George con Pattie, ya que estamos hablando de él, me medio dejó mosca. Sí, sí, mosca. Porque parece que tampoco está muy seguro de sus sentimientos hacia Pattie... Pero bueno, lo que sí tiene claro, y pesa mucho, eso, es que los sentimientos que tenía por Eva ya no son los mismos, al menos ya no son tan fuertes como antes. Y eso, sin lugar a dudas, lo jode todo... :/
    Y dentro de todo esto, la despedida de ellos dos. Sí, estoy de acuerdo con Eva: para lo único que ha servido es para hacerse más daño mutuamente, pero había ahí una tensión que no podía resolverse de otra manera, aunque nunca debería de haber pasado una vez George ya tenía la decisión tomada y tan claras las cosas... La verdad es que, como dice la canción que una vez tú usaste para un comentario de mi fic (para que veas que me acuerdo de todo lo que me dices, eh? jajajaja): donde hubo fuego, cenizas quedan (o algo así, era, jajaja). Y claro que queda algo entre ellos dos, como también queda algo entre Paul y ella. Lo que ha pasado con estos cuatro no es una tontería y en realidad no era solo un juego meramente sexual (como insinuó la madre de Eva) sino que se querían...
    Pobre Eva, me da una inmensa lástima y me parece que dificílmente nadie podrá sufrir más que ella por amor. Es sensación de que se le van todos... Esa sensación de que todo fue un magnánimo error pero, que a la vez, lo volvería a hacer si se preciara de nuevo. Qué lío... Con menos, es para hundirse, aunque me alegra ver que ella ha decidido no hacerlo. No se lo merece, la verdad, y cuanto antes asimile las cosas, mejor que mejor.
    Pattie y Eva es lógico que no se lleven nunca bien. Al fin y al cabo, Eva es una mujer despechada y PAttie le ha "quitado" a uno de sus chicos, no creo que las cosas estén como para irse de fiesta las dos juntas por ahí. Y lo de las tremendas discusiones (incluido el chivatazo de que se acostaron juntos la última noche, golpe a Pattie, por cierto), cualquiera que estuviera en la piel de Eva, lo hubiera hecho (o al menos, yo sí lo habría hecho tal cual). No obstante, pues como pasó con Linda, al final la razón ha de vencer a lo que sientes por el bien de todos (que no vamos a estar matando mutuamente), y sobre todo por el bien de George. Pattie es su pareja, pero Eva ha sido (y es, creo) alguien muy importante en su vida también, así que... En fin, al final más vale una tregua que una guerra.
    Y el final... VArias cosas ahí. Primero, lo de Paul, que tiene a Linda embarazada. Está bien que se lo haya dicho él en persona antes de que ella se enterara vete tú a saber por quién o si incluso por prensa, pero no deja de ser un golpe en toda regla. Pero bueno... Le dolerá, pero a la larga era algo que se veía venir... A la pobre Eva, parece que le ha tocado el autobligarse a ser más fuerte que el increíble Hulk... Y segundo, una cosa que me ha olido mal, por así decirlo: Ringo. Habían quedado y cuando ha llegado no estaba él. Y John... (ay, que te conozco como si te hubiera parido), cuando ha dicho eso de "ha salido... a por algo", me ha dado así como mala espina. Ojalá me equivoque y haya salido a por tabaco o a por cola blanca para pegarse la suela de los zapatos, que sé yo :P , pero que haya salido a por algo tal y como dice John y no por nada más.
    Bueno, niña, por mí, nada más. Simplemente felicitarte de nuevo por esta delicia de capi que te has marcado y... sigue pronto que esto está calentito, calentito! :D

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