El teléfono sonaba con
insistencia y nadie parecía dispuesto a atenderlo. Luego de un minuto, calló,
para que a los pocos segundos, volviera a rajar el silencio.
-¡Ay ya voy! –Eva,
arrastrando los pies, se acercó maldiciendo, aún sabiendo que quien tenía la osadía
de llamar a las nueve de la mañana ni se
enteraría de todo lo que le estaba diciendo. –Hola...
-Quisiera hablar con el señor
John Lennon –dijo una voz femenina, seca, sin siquiera saludar.
-No vive acá –respondió
automáticamente, ya que se había acostumbrado a mentir ante cada fanática loca
que se hacía con el número de teléfono y llamaba.
-No es verdad.
Lejos de inmutarse ante la
seriedad de la afirmación, dejó escapar una risita. A eso también se había
acostumbrado.
-Trate de comprobarlo y
listo. Por ahora, no moleste.
Iba a colgar cuando la voz
contestó.
-Me dio este número el propio
John, en la exposición.
Golpeó con los dedos el
auricular del teléfono y tragó saliva.
-¿Usted es...?
-Yoko Ono –completó
rápidamente –Lennon me dio este número para que lo llamara. ¿Usted es la
secretaria?
-No, la novia –respondió con
toda la intención del mundo.
-Ah. Le dejaré mi número así
él me llama, ¿puede ser?
-Sí, claro, no hay problema.
Escuchó que le dictaba un
número, que obviamente no copió y al que ni se molestó en prestarle atención.
-Gracias, cuando llegue le
diré –colgó con asco y volvió a su habitación.
Sin embargo, no pudo
conciliar el sueño, pese a que en la noche anterior se había acostado muy tarde
y aún se sentía cansada.
Que una mujer rondara a John,
aunque sólo hubiera sido un llamado, la molestaba mucho. Él estaba raro últimamente,
y ella, para qué negarlo, también. Sentía que estaba llagando al final de su
aventura con tristeza, pero también con alegría. No quería arriesgarse aún,
pero si escuchaba a su corazón, ya tenía la respuesta. Eso quizás, también le
estaba infundiendo fuerzas.
Ringo se movió a su lado,
soltando un quejido.
-¿Qué hora es?
-Casi las diez.
-Uhh...
Se incorporó bostezando y
buscando su ropa con la mirada. Enseguida se vistió con su bata y se fue a
bañar.
Eva suspiró. Ringo...Estaba
tan mareada que no sabía qué le pasaba con él. Lo quería, sí, pero no como la
primera vez. Eso hacía que estuviera más segura de la certeza que abrigaba.
Además, sabía que él tampoco sentía lo mismo. Le había pasado igual que a
George y a Paul, y en parte se sentía culpable. Por llorar por los otros, lo
había descuidado a él, y ahora estaba segura que en algo andaba con esa chica
Maureen. A ella le había tomado odio, como a todas, aunque no tuvieran la culpa
de nada, aunque la fuera responsable de todo fuera ella. Las odiaba y a la vez
no, pero sabía que si no hubiera sido por ellas, jamás se habrían alejado así.
Aunque...si no hubieran ido ellas, hubieran sido otras, o ninguna, pero todo se
habría enfriado igual. Si tan solo todo hubiera seguido como al principio....De
recordar esos primeros momentos se le llenaban los ojos de lágrimas. Sabía que
la vida le había mostrado la felicidad y la tristeza casi al mismo tiempo, y
por eso le estaba agradecida.
-¿Si aprendo a cantar bien,
podré actuar en tu película?
Eva y Jenny soltaron una
carcajada que no le hizo ni pizca de gracia a Dante.
-La película de Eva es muy
loca, no te conviene.
-¡Pero Jenny! ¡Estará en le
cine! ¡La gente famosa está en el cine, y yo quiero ser famoso!
-Mirá Dante, como están las
cosas, dudo mucho que se estrene.
-¡Pero yo quiero...!
-Ay, ay, Dante –dijo Anne
entrando con una taza de leche –Mejor será que tomes la leche y hagas las tareas.
Las películas y la guitarra son para más adelante.
-No sé para qué te molestás
en decirle eso al chico, si no te hará caso –rió Jenny –él imita a Eva y a Patrick,
y bueno, a mí también.
-Imita lo que le conviene.
-Quizás esté necesitando un
hermanito.
-¡Jenny! ¡No le des ideas!
-Anne, ¿por qué no?
–intervino Eva –Sos muy joven, y Mark también, y...
-Alto ahí. No habrá más
niños.
Todos resoplaron, incluido
Dante, que pronto se fue con su taza a otra parte.
-¿Y Maureen? –preguntó Jenny,
de repente.
Eva palideció y miró a Anne.
-¿Qué dije? –Jenny las miraba
a las dos -¿Pasó algo? Oigan, ¿de qué no
estoy enterada? ¡Al final nunca me cuentan nada!
-Ey, ey Jennifer, pará –Anne la miró, tranquilizándola
–Lo que pasa es que Eva no estaba enterada de que Mo está en la ciudad.
-No, no sabía –afirmó con un
hilo de voz.
-Ah bueno, ahora lo sabés. Es
simpática, a mí me cae bien.
-Jenny...
-Ay, ¿y ahora qué pasa Anne?
–preguntó, ya cansada.
-¡Pasa que Maureen sale con
Ringo!
Callaron apretando los
labios, Jenny roja de vergüenza. Eva suspiró y apoyó el rostro sobre sus manos.
-Perdón. –dijo al fin –Perdón
por haber gritado así. Espero que Dante no haya escuchado.
-Está mirando televisión...
-Eva, yo no estaba enterada
de eso.
-Lo sé Jenny, y perdoname. Es
que acabo de darme cuenta el porqué de las salidas de Ringo durante estos días.
Sé que hay algo entre ellos, pero ahora todo cierra.
-Eva, ¿estás segura? –preguntó
Anne, temerosa.
-Sí, lo estoy. Y ahora sé que
todo se está yendo a la mierda.
John guardó su guitarra y salió
del estudio sin siquiera saludar. Paul suspiró, y miró a George, que desvió su
vista.
-Sería mejor que siguiéramos
sin él...
-No Paul, la canción era de él.
Y se la arruinaste.
-¡Yo no la arruiné! Sólo le
di un par de sugerencias.
-Como digas...-George se encogió
de hombros y también comenzó a guardar su guitarra.
-¿Qué, también te vas?
-No hay mucho para hacer.
-Pero está Ringo y...
-Yo me voy.
Miraron a Ringo, George
agradecido, y Paul sorprendido.
-Antes quisiera hablar con
ustedes. Es sobre...algo.
Los tres se dirigieron al bar
más cercano, tratando de pasar desapercibidos.
Cuando les pusieron las
cervezas frente, Ringo decidió comenzar a hablar sin rodeos.
-Me está pasando lo mismo que
a ustedes.
-¿Qué cosa? Ahh...ya. –dijo Paul
–Te compadezco.
-Y yo. –agregó George.
-¿Quién es?
-Es una prima de Mark, el
doctor marido de Anne.
-Ay no...-George se agarró la
cabeza- ¿Justo una parienta de Anne? ¡Habiendo montones de mujeres!
-¿Te creés que no he pensado
eso y me he detestado? Pero qué le voy a hacer...
-¿Y?
-Necesito que me ayuden
porque ahora los entiendo. El problema también es John. ¿Alguien sabe si le pasa
algo con ella todavía?
-¿Y quién puede saberlo? John
siempre es un misterio....
Paul asintió mirando a George
.Él, más que nadie sabía que John estaba más extraño que de costumbre, por lo tanto
era imposible saber si quería u odiaba a alguien.
-Tampoco sé si Eva me quiere
aún....-Ringo bajó la mirada. Algo en su interior le decía que Eva ya no sentía
lo mismo, que se había volcado a John. Era doloroso, pero también le daba
miedo, por ella. Si a quien amaba era a John y él le hacía lo mismo que el
resto, acabaría destrozada.
Eso era, justamente, lo que
pensaba ella. ¿Cómo saber si John no seguiría el mismo camino? A la vez se
culpaba, si no hubiera dejado pasar el tiempo y hubiera tomado una decisión, no
estaría pasando por eso. Era como si a una pena le sumaran otra pena. Pero también
se negaba a dejar a Ringo, no quería perderlo como a todos.
-¡Mierda, mierda, mierda! –gritó
desesperada, estrellando contra el piso el vaso con agua que tenía en la mano. –¿Por
qué me pasa esto? ¿Por qué amo tanto?
Se dejó caer en el piso,
llorando sin consuelo, buscando desesperadamente una solución.
-Será mejor que me dejes acá –Maureen
señaló una esquina.
-¿Te parece? Puedo llevarte
hasta la casa de tu primo....
-Mmmm no, mejor no. Ya sabés,
está Anne y ella le cuanta a...
-Ah sí. –Ringo asintió sin
despegar la mirada de la calle.
Ya era de noche y caía una
fina llovizna, a pesar de que el día había sido completamente soleado, lo que les
había permitido pasear tranquilos durante la tarde.
Habían pasado dos días desde
la charla con Paul y George, y pese a que los consideraba dos inútiles para
darle consejos, hablar con ellos le había dado cierta seguridad.
Detuvo el coche a unos metros
de la casa de Anne, por lo que Maureen lo miró, seria.
-Te dije que...
-Si, lo sé, perdón. Pero no
te preocupes por Anna o tu primo.
-Es que es inevitable, ellos
piensan que...bueno...que vos...
-Sí, que vos y yo estamos en
algo. En cierto modo, tienen razón.
Lo miró sorprendida, con
alegría pero también con susto.
-Ringo, yo...
-Seamos claros, Mo –la interrumpió-
Está bien, yo estoy con Eva. Sabés la historia, ¿no?
-Algo...Bueno, nunca supe si
era verdad lo que decían, de que era novia de los cuatro.
-Sí, es verdad. No la
juzgues, pero es verdad. Paul y George ya no están con ella. El amor se acaba,
o no sé...La verdad es que no sé qué pasa, todo fue muy raro siempre.
Maureen asintió, bajando la
cabeza.
-Lo mío con Eva ya está como
frío. No es lo mismo que antes y creo que ella ya no siente lo mismo. Sufrió mucho,
y creo que por fin está dándose cuenta de a quién quiere.
-¿Y a vos? ¿Qué te pasa con
ella?
Sonrió ante el repentino
interés de la chica.
-La quiero, sí. Nunca se deja
de querer a alguien, más cuando pasaron tantas cosas.
Otra vez bajó la cabeza, con
el semblante triste.
-Pero a quien quiero más es a
vos. No sé, me gustás y quiero estar con vos. Te digo todo esto para que evalúes
si me das una oportunidad o no, no quiero mentirte
-Claro que te la doy –sonrió,
ilusionada –Estaba esperando que lo dijeras, porque no me importa lo que tengas
detrás, quién sos, con quién has estado...Me interesás vos y punto.
-Entonces..¿lo intentamos? –preguntó
con una amplia sonrisa.
-¡Sí! –Mo se acercó y le dio
un tierno beso en los labios.
Abrió los ojos de repente, al
escuchar el ruido de las llaves en la puerta. Se había quedado dormida
estudiando el guión, y en la penumbra de la sala, adivinó la figura de John. El
teléfono comenzó a sonar y él encendió una lámpara. Sonrió, sorprendido al ver
que ella estaba allí, y atendió.
Eva se sentó y comenzó a
recoger las hojas que se le habían caído cuando escuchó algo que la dejó congelada:
John aceptaba ir a una exposición. Por su manera de hablar, tan lacónica, quien
estaba al otro lado de la línea era esa mujer. Se mordió los labios, angustiada:
esa mujer seguía insistiendo, y a Ringo lo estaba perdiendo. Tenía dos frentes
de batalla y todavía no sabía en cuál luchar.
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Hola!!! Acá yo otra vez, o al fin jajja
Espero que anden bien, aviso que el próximo capitulo es el de las DECISIONES chan chan! XD
La canción, como siempre. Temazo de Babasónicos:
Hasta mas vernos!