Despertó sintiéndose extraña. No sabía qué tenía, si le dolía
el cuerpo o no, si estaba deprimida o no. Era una sensación nueva, pero fea.
Se pasó las manos por la cara, tratando de recordar qué
había hecho para estar así. Suspiró con culpa cuando lo recordó: la noche anterior
se había puesto con la porquería de coca. No le había gustado, y ahora notaba
las consecuencias. En realidad, ya no estaba atraída por esas cosas, ya no le
llamaban la atención, pero estar rodeada de gente que sí le gustaba le hacía
sentir la extraña necesidad de seguir consumiendo. Eso le daba miedo, pero creía
en su autocontrol.
Estiró la mano y rió. Últimamente sus noches eran muy
“locas” y a la mañana siguiente ni recordaba con quién estaba durmiendo. En otros
tiempos le hubiera parecido una cosa de escándalo, pero la mente le había
cambiado mucho.
-Ringo. –dijo adivinando. Lo destapó casi completamente y
comprobó que sí era él.
-Ay Eva! –se quejó –¡No me destapes que hace frío!
Ella rió y volvió a taparlo. Se sentó en la cama y comenzó a
vestirse, hasta que recordó que ese día no debía trabajar porque era feriado.
Poco le costó sacarse todo y volver a meterse
en la cama.
No llevaba ni diez minutos dormida cuando escuchó que John
le hablaba.
-Ey Vicky, vino tu amiga.
-¿Eh? –se giró con los ojos bien abiertos.
-Sí, Jenny. Está abajo. Creo que no anda muy bien....
Rápidamente se puso una bata y bajó junto a John. Mientras bajaba
las escaleras, vio a Jenny sentada en un sillón, desarreglada y al parecer,
bastante angustiada.
-Hola –saludó Eva.
Su amiga no le contestó, sólo se abalanzó sobre ella en un
ataque de llanto.
-¡Perdón, perdón!
-¿Qué? ¿Perdón por qué?
-¡Tenías razón, tenías razón!
-¿En...en qué? –preguntó con temor.
-¡Joseph!
-¿Qué te hizo?
Jenny sólo negó con la cabeza y dijo algo ininteligible debido
al llanto que la ahogaba. Eva la condujo hasta un sofá y allí se sentó
junto a ella, a esperar a que se calmara mientras le acomodaba el cabello.
Cuando pudo hablar, Jenny tomó aire, tratando de controlarse y no volver a llorar.
-Jo..Joseph....es una basura. Eva, me fui con él. Fue una
pasadilla, me pegó.
-¿Cómo que te pegó?
Jenny asintió y se arremangó, en sus brazos Eva pudo ver
varios moretones.
-Cuando me enteré que habías regresado de Francia, vine
corriendo. Necesito alguien que me ayude, él me hará la vida imposible.
-Tranquila, lo vamos a denunciar.
-Nadie nos escuchará....
-Los chicos me pueden ayudar.
-Eva, mirá si gente tan famosa como ellos se va a enredar en
un caso de una mujer golpeada.....Por favor...
-Tienen contactos. ¡Paul! –gritó.
El chico se asomó desde la cocina, somnoliento.
-¿Qué pasa?
-¿Podés venir?
Se acercó y saludó a Jenny.
-Paul, necesito que le preguntes a Brian o a alguien que
ustedes conozcan, si nos pueden ayudar. El...bueno., el novio de Jenny le pega,
y no la dejará en paz.
-Desgraciado....Mmm....creo que podríamos decirle a algún
abogado....Se pueden hacer esas cosas, esas órdenes judiciales que no permiten
que el tipo se acerque.
-Un perímetro judicial, sí.
-Se sentirá protegida. Hablaré ahora mismo con Brian. No le
caés my bien pero...en un caso asi no dudará en ayudar, es buen tipo.
-Gracias Paul, de verdad.
-De nada, no me agradezcas –sonrió –Ahora lo llamo.
Paul se alejó y Jenny miró a Eva.
-Eva, ¿te parece?
-Claro, vas a ver que ese hijo de puta te dejará tranquila.
Ahora volvé a tu casa y descansá. Pará....mejor te acompaño, hace mucho que no
veo a Anne y a Dante.
Después de casi todo un día compartido juntas, Jenny se sintió
mejor e incluso llamó a Patrick, a quien le había mentido diciéndole que ella
también había viajado a Francia. Aún no sabía si decirle la verdad, pero no
quería lastimarlo, él era el único tipo de su vida que verdaderamente era un
hombre.
Cuando Eva volvió a su casa, estaba cansada de correr detrás
de Dante y afónica de charlar y reír.
-Llamaron del instituto de fotografia –informó George ni
bien la vio.
-Ah..¿qué dijeron?
-Nada, les dije que llamaran después. ¿Viste que buen
secretario soy?
-Jaja, claro amor, eso no se duda –le dio un beso. El
teléfono sonó.
-Ahí están –dijo George.
Corrió a
contestar.
-¿Eva
Sheels?
-Sí, soy yo.
-Soy Murray, del instituto de fotografía. ¿Mañana podría acercarse,
por la tarde? Necesitamos hablar con usted.
Eva asintió, peo no se animó a preguntar qué pasaba. Pensó
que quizás querían ofrecerle algo y eso le daba temor, sin saber porqué. Aún
continuaba pensando la idea de dejar su puesto en la revista, pero no estaba
segura.
Al día siguiente trabajó mucho pero casi terminó de
decidirse a dejar su trabajo cuando escuchó, al pasar por un pasillo, que
tenían pensado mandar a “un grupo” a Estados Unidos, a hacer notas. Se agarró
la cabeza, seguramente en ese “grupo” estaría ella, y quién sabe por cuanto
tiempo la mandarían, Estados Unidos era enorme y llevaría meses recorrerlo.
Por eso, cuando fue hacia el instituto lo hizo con rapidez,
aceptaría cualquier cosa que le ofrecieran hacer.
-Pase.
-Hola señora Murray –saludó con timidez.
-Eva, pensaba que no vendrías. Sentate –señaló unas sillas
frente a su escritorio.
-Disculpe la tardanza, tenía mucho que hacer en el trabajo.
-No te preocupes. Decime...¿en ese trabajo ganás bien?
-Mmm....sí, no está mal.
-Pero debés cumplir horarios e ir donde ellos quieren, ¿no?
-Si, si,. Además es un trabajo de tiempo completo.
-Y...¿te gusta?
Frunció el ceño, extrañada ante la pregunta. Murray era una
mujer que parecía recta y de pocas palabras, era realmente raro que le hiciera
esas preguntas.
-Pues....sí, me gusta porque amo tomar fotografías.
-Bien Eva, iré al grano. Hay otra exposición y queremos que
estés. Eso no choca con tu trabajo, ¿o sí?
-N...no....
-Pero hay otra cosa. Me decís que te gusta tu trabajo porque
tomás fotos. Te ofreceré algo, pero quizás no te podamos pagar lo mismo, no tenemos
las ganancias que tiene una revista, por mas que el arte esté en auge.
Pestañeó rápido, tratando de entender todo lo que le había
dicho. Murray continuó hablando.
-Existe la posibilidad de un libro de fotos. Serías vos y
cuatro fotógrafos mas. Sabemos que será un éxito, a todo el mundo le interesa
la fotografía ahora. Pero si aceptás, tendrás que poner lo mejor de vos, y creo
que si trabajás tanto no podrás....Si te interesa el dinero inmediato, esto no
te conviene. Pero si no es así, y te conformas con dinero luego de la
exposición, o de la salida del libro, podés aceptar. Te doy unos días para
pensarlo y después me de...
-Acepto.
Murray la miró, era la primera vez que Eva la veía sorprendida
por algo.
-¿Cómo?
-Si, acepto. Quiero dedicarme a esto, el dinero no me
interesa mucho. Sobre todo, quiero tener mas tiempo para dedicarle a....mi
familia.
-¿Estás casada?
-No, estoy de novia.
-Mirá que si aceptás tendrás que...
-Si, ya sé, tengo que renunciar a la revista –la interrumpió –Lo haré.
-Muy bien Eva Sheels, bienvenida al universo de la
fotografía. De acá a nada serás una reconocida fotógrafa.
-¿QUÉ? –exclamaron los cuatro al mismo tiempo -¿RENUNCIÁS?
-Así es –respondió traviesa. –Que conste que ustedes no
ganan, evalué todo y decidí que es lo mejor.
-Claro que es lo mejor –dijo John –Ahora no te mandarán por
ahí con un montón de babosos.
-John y sus celos....¿Para cuándo la película?
-No te burles Victoria, que sabés que digo la verdad. Tus compañeros
son unos acosadores.
-Bueno...en cierto punto, sí.
-¡Ahora pasarás mas tiempo junto a nosotros! –dijo George.
-Esa es una de las ventajas. No cumpliré mas horarios, y le
tomaré fotos a los que se me antoje. Pero hay algo mas....Adivinen qué.
-¿Harás muchas exposiciones? –preguntó Paul.
-Mmm....no sé. Pero eso no es.
-¿Hoy prepararás la cena?
-Ni sueñes George.
-¿Te teñirás el pelo?
-John...está relacionado con el trabajo –lo miró y negó con
la cabeza.
-¿Sacarás un libro?
-¡Bien Ringo! ¿Cómo adivinaste?
-Es medio vidente el narigón.
-Callate Lennon
-Ey, ey, no peleen. Decime cómo supiste.
-Se me ocurrió.
-Buena ocurrencia., acertaste. Harán un libro de fotos de
cinco fotógrafos y ahí estaré yo.
-¡Eso es brutal! –gritó Paul -¡Vamos a festejar! John, traé
algo para tomar.
-Sí, amo –le sacó la lengua.
Cuando se despertó sintió lo mismo que días atrás. Otra vez
el festejo se había alargado mas de la cuenta y lo que era peor, se había
metido la mierda de coca otra vez.
Recordó que tenía que hablar con el director y se levantó, apresurada.
-¿No hay beso de buenos días?
-No John, estoy apurada –contestó tratando de ponerse los zapatos.
El chico sólo gruñó y ella juntó sus cosas.
-Iré a maquillarme al baño, así no te molesto con la luz.
Nos vemos después –le dio un beso rápido y se fue.
Al llagar al trabajo miró su reloj. Era temprano y eso
explicaba que aún no hubieran llegado todos. Vio al director de la revista
peleando con una máquina expendedora de café.
-Hola....
-¡Hola Eva! ¿Cómo estás?
-Bien. Necesito hablar con usted, es un tema...digamos que delicado.
-De acuerdo, vamos a mi oficina, asi no termino de romper esta
máquina.
Subieron al ascensor y allí hablaron de cosas triviales,
como el clima. Ni bien entraron a la
oficina, Eva enseguida comenzó a hablar de lo realmente importante. Le expuso
sus razones y agradeció todos los beneficios de los que había gozado mientras
estuvo allí. Para su suerte, el director no se lo tomó mal, e incluso la felicitó,
asegurándole que se haria famosa.
Trabajó todo ese día y cuando terminó sintió que se había sacado
un peso de encima. Sonrió, ahora era libre.
Hellooooooooo! Bien, bien, bien, lo primero que he de decir después de ver esta doble actualización es que... Yujuuuuuuu! Vaya, la verdad es que cuando me has dicho que habías subido dos capis me he quedado un poco o_O jajaja, pero me ha molado mucho la cosa
ResponderEliminarDos capis, dos comentarios. Total, ya sabes que últimamente estoy acostumbrada a hacer comentarios múltiples, no? XD La diferencia es que estos qie te voy a hacer ahora tienen un mérito añadido: te los estoy haciendo desde mi flamante y puto teléfono móvil, así que aprovecho para pedir disculpas por posibles dedazos en las palabras y tal... (que correcta que estoy hoy, lo ves? XD)
Bueno, bueno, a comentar el capi en cuestión, que es lo que toca. Primero que nada, voy a cagarme en la puta madre que parió al redesgraciado del Joseph ése... Me he enfadado mucho, pero mucho, al saber que le pega a Jenny. La pobre... Encima que casi lo tira todo por la borda por él (su relación con Patrick, todo!), el muy cerdo le pega. Mira, se merece hundirse en la mierda, asì, tal cual. Espero que todo se solucione...:/
Pero bueno, no todo podía ser malo en este capi! Tenemos... Nuevo trabajo! Bieeeennnnn! la verdad es que ha hecho bien de renunciar y dejárselos con cara de bobos a los de la revista, que desde mi punto de vista ya estaban abusando más de la cuenta... Ahora, encima, con idea de mandarla a Estados Unidos con los "simpáticos" de su viaje a Francia. Tela. Sólo por esa idea, ya merecen los de la revista esa que Eva los mande a tomar por saco (por no decir otro sitio, jajajaja). Y bueno, le ha venido como anillo al dedo que le ofrecieran trabajar como fotógrafa, con el tema de la exposición y del libro. El dobero, oye, es lo de menos (tiene a 4 beatles para ella, no? :P ), y puede trabahar en lo que realmente le gusta: la fotografía artística. Así que... A aprovechar las opirtunidades!
Bien, nena, muy buen capi! A comentarte el otro! Muaaaak!