sábado, 18 de enero de 2014

Capitulo 70 FINAL "En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse"

“Todo se terminó”, “Sorpresa mundial”, “Día de duelo”, “Los Beatles se separaron”. Esos eran algunos de los titulares de los periódicos, no sólo del Reino Unido, sino del mundo. Ante la vista de todos, la banda había surgido, había revolucionado todo, y con la misma rapidez, había desaparecido. “El sueño se terminó” dijo John. Y sí, el sueño terminó y una época también, aunque eso ellos aún no lo sabían.
Eva cerró el periódico y respiró profundamente. Casi todas las notas eran referidas al mismo tema, y eso sucedía desde hacía tres días. Apenas corrió la cortina, y vio la pequeña multitud de periodistas que se apiñaban en la acera. Suspiró otra vez, resignada.
-¿Cómo va todo? –John la saludó dándole un beso en la frente.
-Bien, supongo.
-Cambiá esa cara, pronto se olvidarán. Ya sabés, una noticia cubre a la otra y así.
-No sé...John, para mí esto es una mala decisión. Se van a arrepentir.
-No es una decisión mala, es una decisión necesaria. Basta de peleas, caras de desprecio, ambiente tenso. Cada uno por su lado y en paz.
-Sigue pareciéndome mal. Tengan en cuenta mi opinión, ¿acaso no fui importante?
-No fuiste, lo sos. Pero lamento decirte que la decisión fue de los cuatro. Serían cuatro contra uno, igual perderías. Y tranquila Vicky, no es tu culpa, y si alguien lo dice, miente. Las cosas fueron así, lo sabés.




-Y entonces, ¿qué hago?
-Cantá ahí, frente al micrófono.
-¡Pero si es lo que estaba haciendo!
-A ver Eva, ya sé que hacías eso, pero mirabas para cualquier parte, la voz se va. Tenés que cantar fuerte y quedarte quieta.
-Paul, ya te dije que esto no era buena idea.
-No es una buena idea, es excelente. Un momento, te acomodaré los cascos.
-¡Auuu! ¡Me tironeaste el pelo!
-Eva, no sos un beatle, mejor dicho, un ex beatle. No disponés de todo el tiempo del mundo para grabar. Concentrate, lo intentamos por última vez, si sale mal seguimos mañana, ¿de acuerdo?­
-De acuerdo. –asintió, cansada.
-¿Querés leche?
-¿Leche? ¿A esta hora?
-Para suavizar la garganta.
-No, gracias. Paul, terminemos con esto de una vez.
-Bien.-dio una señal a la cabina. Desde allí, levantaron el pulgar y comenzaron  a grabar.
Su voz llenó el estudio una vez más, esta, sin fallos ni interrupciones. Cuando terminó, miró a Paul con una amplia sonrisa.
-Esta es la buena.-anunció George Martin-Por hoy terminamos.
Salieron del estudio rápidamente, se había hecho demasiado tarde. Como siempre, llovía.
-Nunca creí que una canción llevara tanto tiempo.-dijo  ella poniéndose el cinturón de seguridad-¿Cómo hacían entonces para grabar un disco entero en un mes?
-Y eso que la mayor parte del tiempo eran tentadas de risa. La verdad es que no sé cómo lo hacíamos.
-Paul…¿no creés que fue una mala idea acabar con todo?
-No sé a qué llamás acabar con todo, para mí fue un comienzo. No quise que esto pasara pero me resigné y ahora lo veo como algo bueno. Voy por mi propio camino.
-Eso me dicen todos…Pero me gustaba más el camino que compartían.
-¿Quiere decir que mi trabajo solista no te gusta? –la miró de reojo, travieso.
-No es eso, claro que me gusta. Pero me refiero a…ya sabés.
-Eva, no me arrepiento de todo lo que vivimos y compartimos, pero ya está, eso pasó. Es casi lógico que parezca que lo de antes era mejor, pero te aseguro que no es así. A veces el presente supera por mucho al pasado, y puede que al futuro también, pero eso no lo sabemos, todavía.
Simplemente se quedó pensando, mirando a la calle, los semáforos, la gente que cruzaba apurada aferrada a sus paraguas.
-Hay algo de lo que a veces me arrepiento. –dijo Paul, cortando aquel silencio.
-¿De qué?
-De haber terminado con vos.
-Paul….-lo miró con severidad, él sólo soltó una risita.
-De verdad, pero creo que es por lo mismo de que todo tiempo pasado fue mejor. Eso tiende a confundir.
-Sí, puede ser.-respondió quedamente, mirando a la calle otra vez.
-¿A vos te pasa lo mismo?
-No. –respondió con contundencia.
-Qué bueno, por lo menos sólo somos tres lo que quedamos enganchados, y no más. Porque George y Ringo tam…
-Paul, basta.
-Ok, no te molestaré más.
Continuaron el camino en silencio, sólo se escuchaba el ruido del limpiaparabrisas quitando las molestas gotas.
-¡Cómo estás con tu vida? –preguntó ella, ya cuando se acercaban a la casa.
-Bien, Linda está embarazada.
-¿Otra vez? Qué bueno, te felicito. Ojalá sea el varón que tanto esperás.
-Mmm… a esta altura ya no me importa mucho. Me acostumbré a las niñas, son dulces.
-Paul, no van a volver, ¿no? Sólo pasaron tres meses y…
-Eva, respeté tu silencio, respetá el mío. Además, ya sabés la respuesta.
-Tenés razón.
Paul estacionó frente a la entrada.
-Ey, linda casa, me gusta. Pensé que era más grande.
-No, nos gusta así. ¿Querés bajar?
-No, no. Nos vemos el martes.
-Ok, nos vemos.
Se saludaron con un beso en la mejilla, y Paul se fue rápidamente. Eva suspiró, qué cambiado estaba todo.




Cuando entró a la casa, vio a John subido a una silla, supuestamente acomodando libros en la biblioteca. Se le cayó uno y comenzó a maldecir.
-Ey, ey, qué boquita tiene este señor. –riendo se acercó.
-Tengo una boquita para su boquita.-le plantó un beso cuando se bajó de la silla-¿Y qué tal esa grabación?
-Uff, un puto desastre.
-Hablando de boquitas…
-Bueno, las boquitas tienen que combinar, ¿no? –esta vez fue ella la que lo besó.
-Ya verás –dijo él, apartándose-que las próximas grabaciones te salen perfectas.
-John, no habrá una más, es un simple, dos canciones.
-¿Y los restantes discos de tu prometedora carrera?
-No tenés remedio…-se quitó la cartera, dejándola en un sillón y caminó hacia la cocina-Ey, ¿comida china?
-La pedí hace un momento, calculé que no tendrías ganas de cocinar.
-Calculaste bien pero…odio lo oriental.
-Todo porque una japonesa te agarró de los pelos…
-¡John, no es chiste! –gritó desde la cocina.
-No te lo tomes a la tremenda…Ey, si de verdad no te gusta, pido otra cosa.
-No hace falta. –se asomó, masticando-No está tan mal, sólo que no sé usar los palillos.
-A ver, traé para mí, quiero probar. –Eva se giró y John bajó de la silla otra vez-Y no hacen falta esos palitos, comeremos con las manos, querida esposa.
Se detuvo en seco y agudizó el oído. Se volvió hacia él.
-¿Qué…?
-¿Qué cosa?
-Ehh…nada, nada…-se volvió, confundida.
-Ah, esperá, me olvidé de decirte algo, aunque no tiene mucha importancia.
-¿Qué?
-Si te querés casar conmigo.
Lo miró, primero asombrada, pero de inmediato seria.
-John, dejá las bromas. Hoy no es el día de los inocentes, ni el día de la risa, ni nada de eso.
-Lo que supuse, no tiene mucha importancia. En fin, seguiré con lo mío…-volvió a subirse  a la silla, a repasar con una franela los lomos de los libros y a silbar una cancioncita, intercalándola con una sonrisita pícara.
Se lo quedó mirando, más confundida que antes.
-John.
-¿Ah?
-Nada.
Soltó una risita y dejó caer al piso la franela.
-Dejá de esconder la curiosidad, Evita.
-No entiendo nada.
-Yo tampoco. Me hablás, y después me decís “Nada”. Sos rara ¿eh? Pero ya que tanto insistís, te diré si te querés casar conmigo y esas cosas.
-John, dejá el juego.
-Está bien, sé que en el fondo sos como cualquier mujer que sueña con que se lo pregunten así. –rebuscó en sus bolsillos –Mierda, ¿dónde está? Ay no, no me digas…¡acá está!
Sacó el puño cerrado y lo abrió. En la palma de su mano brillaba un anillo dorado con una piedra azul-¿Y ahora? ¿Qué seguía? No pude estudiar el guión, perdón. Ah, toca poner una rodilla en tierra. Joder, mi reuma. Bien, ahora, cumplidos todos los requisitos: Eva Victoria Sheels, DNI número dos millones…
-John. –lo miró conteniendo la risa pero tomando su mejor aspecto serio. Él sonrió, cerró la mano, se puso de pie y la tomó por la cintura, acercando su boca a la de ella.
-Lo sé, basta de bromas. Ahora lo diré bien en serio. ¿Te querés casar conmigo?
-¿No es broma?
-Desconfiada. No aceptes sólo por el anillo, ¿eh?
-No, no acepto.
-¿Eh? No…¿no te querés casar? –la miró preocupado.
-No acepto sólo por el anillo. Lo acepto por otras cosas y…basta de charla –le dio un beso apasionado, inesperado para él, pero al que correspondió con gusto, hasta que la separó.
-Ey, ey, ey, me vas a comer. ¿Debo pensar que esto es un sí?
-¡Sí! –respondió llena de alegría, dando un saltito.
-Ahora podés comerme. –esta vez la besó él, con más pasión, y así se dirigieron a la habitación.



-Ja, te dije que el disco sería un fracaso.
-Eva, estamos hablando de miles.
-Paul, dijiste ocho o nueve…-lo miró desconcertada, dejando su cigarrillo en el cenicero.
-Ocho o nueve mil.
-¿Nueve mil copias vendidas?
-Sí.
-¿Y eso es…?
-Bueno, muy bueno, un gran comienzo.
-Santo Dios…¡Yo no quería esto!
-Evy, Evy –George sonrió-Vamos, no te asustes. Ahora ya podés seguir y…
-Es que justamente no quiero seguir.
-Estás muerta de miedo, ¿no?
-Sí George. No…no quiero.
-Te vas a arrepentir, no podés desperdiciar esto. Aceptá hacer otro simple. Con uno más ya está.
-Además, en poco tiempo, ya le habrás tomado el gustito. –rió Paul.
-No sé…Necesito pensarlo.
-Pero tenés que firmar ahora.
-Dejen de explotarme.
-¡No es explotación! Eva, tenés talento, aprovechalo hasta donde tengas ganas.
-Paul…
-Eva…vamos.
-Repito, quiero pensar. George, ¿puedo pasear por tu espectacular jardín?
-Claro que sí, ¿te acompaño?
-Bueno, porque sos callado. Paul, vos no, sos una máquina de hablar.
Paul rió de buena gana y se quedó tomando su café. George y Eva salieron al parque, mientras seguían fumando.
-Me encanta, te compraste un excelente lugar.
-Sí, además parece hasta mágico a veces. Podés venir cuando quieras.
-Gracias Geo, seguramente vendré.
Continuaron la caminata, a veces ella admiraba algunas flores y él le explicaba cómo se llamaban y de dónde las había conseguido.
-¿Así que te vas a casar? –George la miró de reojo, interrumpiendo un silencio que se había formado entre los dos.
-Sí.
-Te deseo mucha suerte. Lograste reconquistar a John, sacárselo a la vieja ésa.
-A veces me da miedo. No sé  de lo que será capaz, pero bueno, mejor es no pensar en cosa malas.
-Evy yo…te quiero mucho, ¿sabías?
-George, no empieces.
-Sí, ya sé que soy pesado pero sólo quería que lo supieras. Me volaste la cabeza y eso no se olvida nunca.
-Yo tampoco me olvido.






Resopló, mirándose al espejo, cansada pero a la vez divertida al ver a Jenny y Anne  intentando ponerse de acuerdo.
-¡Te dije que así no! ¡Es imposible que quede bien si cruzás este mechón para este lado! ¡Queda todo amontonado!
-Ya, pará de gritarme Jennifer. Te dije que va así, yo lo he visto hacer.
-¡Y yo también!
-Mirá, con esta flor se tapa esto y listo.
-Oiga, oiga, dejen de inventar cosas con mi cabello, que después de todo yo soy la dueña. Lo dejan suelto, o apenas agarrado, le ponen las putas flores y hasta mañana.
-Ay, está bien, ¡pero quedará mal!
-Jenny, estás mas nerviosa que yo.
-Es que vos ni siquiera lo estás, no entiendo, sos la chica de acero.
-Sólo me controlo.
Dante bostezó, aburrido de las mujeres y sus problemas.
 -Mamá, ¿llevaré los anillos y qué más? –preguntó, arrojándose a la mullida cama de Eva.
-Nada más, te quedás quieto a un costado. Podrías quedarte quieto ahora también ¿por qué no llevás a Patrick  J. a pasear?
Con pocas ganas, el niño se levantó y agarró de la mano a Patrick, que jugaba en el piso con dos tapitas de perfume.
-A ese chico le falta un hermano. –sentenció Eva.
-O un primo. A ver si te ponés, Eva de Lennon.-replicó Anne.
-No agregues “de” que no me gusta.
-La chica sin dueño. –rió Jenny-A ver, un poco de rubor.-¿Y tu madre?
-¿Mi madre? Nada. Cortadas todas las relaciones. Por favor, no me arruines el momento con eso.
-Ya hay mucha gente. –anunció Anne, mirado desde la ventana.
-Entonces están todos, no hay muchos invitados.
-Sigue pareciéndome rarísimo que hayas invitado a Paul, George y Ringo. O sea, ¡son tus ex!
-¿Y con eso? También son amigos de John.
-¿Lo siguen siendo? –Jenny la miró, dudando.
-Sí, aunque no lo creas, y seguirán siéndolo.
-Bueno, ya está. Terminamos todo. ¿Te dejamos sola?
-Llamen a John.
-Ni locas, no te tiene que ver, es para que tengan suerte.
-Tendremos suerte, Anne. La tendremos con o sin esas cosas.







El parque estaba lleno de gente, aunque no era muy grande. Al costado de la casa, había sillas blancas, una mesa con velas y flores ante la que el juez esperaba, paciente, y una alfombra roja. Mas atrás, las mesas y sillas dispuestas para el almuerzo. Por todos lados había muchas flores, que Jenny se había empeñado en poner. Ya todos estaban en sus sitios, salvo Dante que perseguía a Heather, la hijastra de Paul, para darle un beso. Al fin Anne y Paul calmaron a los niños, que entre risas se acomodaron en sus lugares.
Anne peinó con la mano a su hijo y Dante avanzó sobre la alfombra, impecable, con una pequeña canastita entre las manos, y llegó hasta donde el juez y John estaban. John le sonrió, por no poder hacer otra cosa. Todos los anteriores días se lo había tomado en broma, pero en se momento estaba tan nervioso que creía desmayarse. Nunca se imaginó que algún día se casaría, y menos con ella.
Eva avanzó, con una sonrisa también cargada de nervios. Ella tampoco se imaginaba que en algún momento de su vida llegaría ese día, lo veía muy lejano.
Llegó hasta él, que la vio casi como una aparición del cielo, con su vestido casi túnica color lila con una larga cinta violeta que ceñía su cintura y su cabello ondulado, que despedía aquel perfume que tantas veces lo había embriagado, adornado con florecitas blancas. Sí, era como un ángel.
Lo tomó de la mano, necesitaba su contacto porque sentía que se caía, y sabía que él, siempre él, era el único que le daba seguridad.
-Te amo. –le susurró él y ella respondió con una sonrisa mirando al juez, pero apretando aún más su mano, un gesto que a él, en otro momento, le habría parecido insignificante, pero que allí  le parecía la gloria.
El juez comenzó con sus palabras, aburridas palabras  acerca de la unión civil, sus obligaciones, sus derechos, sus pros y sus contras. Si le ponían atención, parecía que el tipo estaba haciendo esfuerzos para que desistieran del casamiento y se pelearan allí mismo. Seguramente la pasaría muy mal en su casa con su mujer.
Al fin llegó el momento de los anillos. Dante los acercó, solícito, y John tomó uno, se le notaba el temblor en la mano, Eva sonrió. John le colocó el anillo y ella hizo lo mismo. No pronunciaron votos, ya había demasiadas palabras allí, innecesarias cuando se podían decir todo con la mirada.
Luego el juez los hizo firmar y pronunció las tan conocidas preguntas que definían todo.
-John Winston Lennon, ¿acepta por esposa a Eva Victoria Sheels, para amarla y respetarla en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
-Sí, claro que sí. –respondió con una amplia sonrisa, mirándola.
-Eva Victoria Sheels, ¿acepta por esposo a John Winston Lennon para amarlo y respetarlo en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?
-Sí, acepto. –respondió igual de sonriente.
-Entonces los declaro marido y mujer. Puede be…-no continuó, John ya sabía todo eso de memoria y procedió a besar a Eva como si no hubiera mañana. Ella se separó, riéndose.
-Hay niños, John…







Luego de comer y divertirse durante toda la tarde, y de saludar a todos antes de partir rumbo al viaje que John había preparado para Eva, Ringo se acercó a ella y la tomó de un brazo.
-Vení.
-Pero…
-Vení.
La llevó hasta un lugar apartado del parque, ya casi completamente a oscuras. Allí vio a Paul y a George.
-Eva, queríamos decirte que te deseamos lo mejor.-comenzó Ringo-Siempre serás una mujer importante en nuestras vidas. No sé qué nos pasó, cómo pudimos….amarte tanto. Pero supongo que serán misterios del amor, y bueno, ¿para qué tratar de entenderlos? No sé si, en el fondo de tu corazón, aún nos tenés presentes, si no es así, no reclamamos nada.
-Sabemos porqué fue.-dijo George, interrumpiéndola, ya que ella quería decir algo-Pero bueno, hablaré por mí, yo te sigo queriendo. Quizás no con el amor que te tenía, es sólo cariño…Por eso quiero que seas feliz, muy feliz.
-John es un idiota-sonrió Paul-pero es un gran hombre, ya lo sabés. Y creo que elegiste muy bien. Creo que todos elegimos bien.
-Gra…gracias chicos. Aprendí mucho de la vida gracias a ustedes, y no me arrepiento de nada, absolutamente de nada, y también creo que elegimos lo correcto.
-Perdonanos por todo. -Paul se acercó a ella-Y perdonanos por esta despedida.
Le tomó el rostro con suavidad y acercó sus labios a los suyos. Le dio un beso corto, simple, pero cargado de sentimientos. Cuando se separó, ella lo miraba asombrada, sin poder creerlo.
-Sí, creételo Vicky. –John apareció por detrás, y al parecer, adivinando pensamientos.
-¡John! Yo…eh…
-No me expliques, ya lo sé.
-John, ¿vas a permitir que me besen?
-¿No lo he permitido antes? Vamos, esta será la última vez. Quiero creerlo, ¿no? –miró amenazadoramente a los otros tres, que asintieron riendo.
-Esto es una locura. -se levantó un poco el vestido, para salir caminando con rapidez. George, sin embargo, la tomó de un brazo, impidiéndoselo.
-¿Acaso no fue locura lo que vivimos? Vamos, que sea una última locura.
-Pero…
No pudo seguir, George la tomó con delicadeza y le dio un beso igual al de Paul.
-Cuidate.-le dijo al separarse. Eva no pudo menos que sonreír.
-Sigue pareciéndome un disparate. O sea, no es normal que en el casamiento te besen los amigos del novio.
-Sí, nosotros somos súper normales.-dijo Ringo en medio de una carcajada-Vamos Evy, basta de quejas.
-Pero es que…
Recibió de Ringo un último beso que la interrumpió, un beso tan lleno de cosas lindas como los anteriores. Cuando se separó, vi la cálida sonrisa de él, la sonrisa por la que siempre había muerto de ternura.
-Si todo empezó a así, que terminé así también, ¿no? –John, para rematar, también la besó.
Después de semejante cosa, no le quedó más que reírse y llorar a la vez.  Era rarísimo y bello, triste y feliz. Era todo, todos los sentimientos ahí, en cuatro personas. Lo mejor era que ya no sentía esa duda, ni esa confusión, ni nada, porque era ver a John y sentir que se le paraba el corazón.
-¡Que venga el fotógrafo! –gritó John, corriendo hacia donde estaba la gente, aún festejando. De allí arrastró al fotógrafo, que estaba muy entretenido tomando vino.
-Genial idea, vamos, vamos. –dijo George entusiasmado.
Se acomodaron los cuatro alrededor de ella, que todavía no sabía qué pensar de todo aquello.
-¡Una sonrisita por favor! –pidió el hombre, antes de que brillara la luz del flash.
Y allí terminó todo. Quedó una foto, donde cada uno mostraba su sonrisa más sincera. Quedó ese amor flotando en el aire, ese amor inexplicable, pero no imposible. Y quedó esta historia.


FIN







Hasta aquí, Eva. No voy a mentir si digo que se me escapó una lágrima traicionera, que siento un vacío raro dentro de mí y que me está costando mucho poner la palabrita “Fin”. Palabrita chiquita y con tanto significado. Y cómo no va a costar, si desde junio del 2011 que estoy compartiendo alegrías  y penas junto a Eva y junto a todos los personajes de esta historia. No sé si fue buena, no sé si fue mala, quizás no tenga ni pies ni cabeza, pero es mía, y con eso soy feliz.
Agradezco a todos/as aquellos/as que leyeron, aunque sea una sola vez este fic, pero principalmente quiero agradecer a alguien muy especial: Cris, a vos te dedico, no este final, sino todo el fic, porque gracias a él un día apareciste en mi vida, con tus comentarios súper chistosos, con tus reflexiones filosóficas, con tus ganas de matar a alguien, pero sobre todo, con un maravilloso tesoro: tu amistad. ¿Cómo no estarle agradecida a Eva, si gracias a ella te conozco?
Y ahora, dejando los pañuelos llenos de lágrimas y mocos a un lado, y haciendo como que  este no es el último capitulo, les dejo la canción. Las canciones fueron muy importantes a partir de que me di cuenta que podía inspirarme gracias a ellas, que sus letras reflejaban lo que yo también quería reflejar. La mayoría aparecieron “mágicamente”, a veces incluso dando la solución a algún que otro estancamiento que tenía al escribir.
En este caso, puse “Inolvidable”. Podría haber puesto “The End” pero resultaba muy obvio jaja, y apareció esta con su genial “En la vida hay amores que nunca pueden olvidarse”


 Y bueno, ahora sí me voy, que esto está mas largo que el capitulo. Agradezco nuevamente a todos, y agradezco la posibilidad de escribir que tengo, de imaginar pavadas, pero imaginar.
Que Dios, Alá, Jehová, Buda, John, George, o en quien crean, los bendiga mucho.


María.  

5 comentarios:

  1. ¡OOOOOHHHHH, VOY A LLORAR! No puedo creer que este sea el final, lo veía tan lejos pero a la vez tan cerca que me impacta leer que hasta aquí ha llegado toda esta belleza extraña(? Desde el primer capítulo me encantó, no me arrepiento nada en haberte seguid durante un tiempo por medio de la fic.
    Debo de felicitarte porque cada uno de tus capítulos, todos fueron increíblemente geniales.
    ¿Y qué decir del final? Los ojos se me llenaron de pequeñas lágrimas. Extrañaré leer a Paul, a George, a Ringo, a John y a Vicky.
    Bueno pues, cuídate mucho, te mandó un gran abrazo. Saludos. :""")

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  2. Bien, a ver, creo que voy a necesitar fuerzas extra para ser capaz de hacer esto con mediana dignidad, a saber, comentarte y nada más ni nada menos que en el último capítulo de este fic precisamente que tantísimas cosas me ha traído. La verdad es que hay tantas cosas que quiero decirte, tantísimo por comentar, que no sé ni por dónde empezar. Además, tengo la sensación de aunque te llenara la entrada de comentarios jamás sería capaz de decir todo lo que quiero. Y no, no me digas exagerada porque es así, sin más. Porque este fic, aparte del inmenso placer que me ha proporcionado mientras lo leía, aparte de la historia en sí, me ha dado muchísimas más cosas que van mucho más allá.
    Pero bueno, vayamos por partes y empecemos por donde siempre es conveniente empezar las cosas: por el principio. Así que me voy a resetear la mente y hacerme a la idea de que esto es un capi más que tengo que comentar igual que los otros, por partes y procurando no dejarse nada en el tintero. Porque nena, vamos, ¡qué capítulo! Ya te lo comenté nada más lo terminé de leer: te has lucido pero bien, en todos los sentidos. Ha sido una verdadera gozada leerlo, tanto desde el punto de vista de la redacción (jugar con las palabras de la forma en que lo haces merece que te den todos ya la enhorabuena ipso facto) como desde el punto de vista de argumental. Qué capítulo y… ¡qué final! La verdad es que le has puesto la guinda al pastel, que has cerrado de manera redonda un fic redondo, haciendo que se nos quede un sabor de boca inmensamente agradable. Como dije en ese tuit (y no, no me refería a Geralt de Rivia por muy fan que sea del Sapkoski) es imposible no sentir pena porque se acaba esto, pero a la vez, el ver que tiene este final ya no digno, sino genial en todos los sentidos, te alegra. Eso has conseguido, María, así que ale, sí, ponte roja que me da igual, porque las cosas son como son y no voy a mentir a estas alturas de la vida :P
    Supongo que después de la arenga del párrafo anterior no hace falta ya que diga que el capi me ha encantado, jajajajaja. Sabes? En mi imaginación estaba no sé por qué metida la idea de que ibas a dar un salto temporal más grande, pero no, me equivoqué, el salto temporal es más bien corto y so me ha encantado. También me ha gustado aunque suene mal decirlo el tema de la separación, pero tranquila que ahora me explico, jajaja. La verdad es que no me ha sorprendido para nada el hecho de que esos titulares con los que abres el capi aparecieran en el capi. Yo, como creo que muchos, soy de la opinión de que los Beatles, por más que nos duela, hubieran acabado separándose igual por infinidad de motivos, ya lo sabes. Me paso por el arco del triunfo (nótese que estoy hablando de manera fina porque no quiero mancillar el capi con mis palabras impuras :P ) las explicaciones simplistas porque me parece que todo fue mucho más complejo de lo que creemos, aunque resumiendo, creo y nadie me hará cambiar de opinión que la máxima razón por la que se separaron fue por cansancio ya, por puro y duro agotamiento. A ver, los chavales estos llevaban juntos y casi que hasta día y noche un montón de tiempo y trabajando sin parar. Quien de los aquí presentes no acabara hasta los mismísimos de esto en unos años, por más amigo que seas de una persona, es un semidios o semidiosa y merece un monumento a la Santa Paciencia ¡Tiembla, Job! xD Me ha gustado muchísimo que trataras el tema como lo has tratado, con la aclaración de que estos cuatro no han dejado de ser amigos aunque ya era una especie de necesidad vital el separarse, respirar y tomar cada cual su camino por separado antes de que acabaran partiéndose las guitarras por sus bonitas cabezas, jajajajajaja. Y no, Eva, hija, no padezcas, que las cosas no son por tu culpa. Y si no te lo crees, un día quedamos a tomarnos un café tú y yo y yo te lo explico con calma, exponiéndote con claridad meridiana mis argumentos (se ruega no sensibilidad a las palabras malsonantes y derivados, aunque creo que Eva Victoria Sheels es de las mías y por eso precisamente me cae tan rebién, jajajajaja).

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  3. Otra cosa. Aquí veo que hemos renunciado a una carrera (la de The Beatles), pero a cambio hemos ganado cinco: la de los cuatro en solitario y la de… EVA!!!!! No es un mal cambio, no? ;) Vaya, ya anda ésta ahí toda metida para editar su primer sencillo, con un Paul cuya paciencia me sorprende, jajajajajajaja. ¿Sabes? Pese a que ella se haga la remolona y haga como quien no quiere la cosa yo, desde esta silla en la que estoy sentada le auguro una carrera imaginariamente fiquera (¿qué es esto que acabo de decir? No, yo tampoco tengo ni idea) plagada de éxitos y con tantos discos de oro que si un día decide fundirlos y hacer joyas con ellos será capaz de abastacer de cadenas y de anillos de oro a un par de bodas gitanas por lo menos (y ahí te aseguro que hay incluso toneladas de oro), jajajajajaja. Por ahora, el sencillo ese se ha vendido más que los chicles con pegatinas de los Pokemon, así que con este gran comienzo, lo dicho, va a tener éxito y la van a contratar para todas las galas de Fin de Año y Navidad de la tele hasta el año 2030 por lo menos, jajajajaja.
    Ahora voy a revelarte una cosa. Me he enamorado. CHAN CHAN CHAN. Sí, sí, lo he hecho. Me he enamorado de dos partes de este capi que se disputan mi amor: la parte en la que John le pide matrimonio (es que… es que… -la autora del comentario no se encuentra en estos momentos, se ha ido a un lugar apartado de gente para decir las cosas que le despierta esta situación y que no pueden ser dichas en horario de protección infantil. Esto es un mensaje automático meramente informativo, gracias.- pues eso, que todo eso me ha provocado.) y la escena final. Pero si te he de ser sincera, por ternura, gracia, amor y de todo, casi que me quedo con la primera. ¡En la vida había yo visto una propuesta de matrimonio tan original! Jajajajaja. Te juro que iba que me mataba de la risa, derritiéndome a la vez de amor a la vez (claro, como soy mujer puedo hacer varias cosas al mismo tiempo :P ). Me ha encantado: desde la forma en la que John se lo dice como quien comenta que qué buen tiempo ha hecho hoy, pasando por la incredulidad de Eva (vamos, es que a mí me lo dicen así y creo que también me lo tomaría a cachondeo, jajajajajaa), hasta la petición tradicional de rodillas y con reuma incluido. XDDDDD A ver, que si después de esto Eva le dice que no, me meto yo ahí y la asesino a collejas, jajajajajjajajajajaja. ¡Qué grande! ¡Esto sólo podía salir de tu mente! :D
    Y ahora, la boda. Me has encantado ahí. Conforme escribías, conforme lo redactabas. La verdad es que yo no me creo capaz de hacer algo así y te lo digo sinceramente, algo tan “narrado” como una boda y que lo puedas visualizar a la perfección redactado conforme lo has hecho. Qué decir ahí, se nota que Eva ha elegido bien (ya sabes que le alabo el gusto, jajajajajaja) y que, pese a que haya dudas respecto a lo otro, pese a todo, seguro que con ese amor que se tienen las cosas salen bien y tiran para adelante. Sí, me he puesto en plan romántico, pero bueno, es lo que hay, jajajaja. Pero sin duda, lo que más me ha cautivado de aquí es el final final final, cuando los otros tres la “secuestran”, cuando queda patente que siempre habrá algo muy fuerte entre ellos por más que cada uno haya elegido su camino y esté bien seguro de ello, cuando aparece John y la besan, de nuevo, como hacían antes, los cuatro por última vez. Ha sido, como te dije, como rescatar un poco todo lo que hubo entre ellos, acabar con esa “tensión” que había para con Paul, George y Ringo y cerrarlo todo ya definitivamente. Cada cual está muy seguro con su camino: Paul con su niña en camino (bien, hijo, más vale que te hagas a la idea de las niñas, jajajajajaja), George con su jardín de aúpa y con Pattie, Ringo con su Maureen y John y Eva felizmente casados.

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  4. Y esa foto. Esa foto final. Cerrarlo todo con una foto me ha parecido una maestría, una foto que los tiene a todos y que pone fin a esta historia y deja en evidencia que todos los que aparecen en ella son muy importantes para los otros. Y ya, en temas estilísticos, el último párrafo ha sido delicioso. Una manera de acabar una historia como esta perfecta diría yo. Y lo digo completamente en serio.
    Y bueno, ahora llega el momento en el que yo me pongo sensiblera, me saco el paquete de pañuelos de papel y empiezo a llorar como una depresiva viendo la película del Hachicko ese. Aparte del capi, hay algo muy bonito que has puesto en esta entrada y que a mí me ha llegado, y mucho. Es algo precioso eso que has dicho, que haya dedicatoria ya no sólo en el final sino en el fic entero. Es un gesto que no tengo palabras para describir por tu parte y es algo que te agradezco de veras. Yo también le doy las gracias a Eva porque ella, con su historia, sin quererlo tal vez y desde el primer capítulo, me regaló algo que no se puede comprar ni con todo el dinero del mundo: tu amistad. Nos ha regalado horas de conversaciones, de risas, de apoyos mutuos, horas altas y bajas. Más buen regalo que ése no hay. Aún me acuerdo compo llegué casi sin proponérmelo, a este blog y leí el primer capi que tenías colgado. Fue una especie de “revolución” que cambió mi concepto a la hora de ver los fics. Fue como ver, por fin, algo que estaba hecho según mis gustos, algo que me podía enganchar. Y vaya si me enganchó. Ya no sólo me enganchó sino que además, aparte de todo, me animó a mí a escribir ese par de fics que tengo publicados hasta el momento, otra cosa que también he de agradacerle a este “Ocho brazos para abrazarte”. Así que fíjate si le debo yo a esto…
    A mí ya poco me queda por decir ya, sólo que gracias, gracias y mil gracias por habernos brindado esta magnífica historia, que sólo podía salir de tu mente. Gracias por hacernos disfrutar con Eva, sufrir con ella, dudar con ella, experimentar la tristeza y la alegría con ella. Y gracias por compartir con nosotros tu genialidad, que no debes dejar nunca de lado. Ojalá nos brindes mil y una historias más. Y ahí me tendrás a mí siempre para leerte.
    Hasta la vista, crack. Nos vemos en otros lares.
    BESOS! :)

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  5. Apenas leí este, a mi también me hiciste llorar :D hubiera preferido que se quedara con Paul xD peor mejor no, ese para mi :3 que hermoso T.T quien fuera ella...

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